La vacunación contra la polio, un rayo de esperanza para la población en Gaza

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Tras más de un año de violencia en la Franja de Gaza, 1,9 millones de personas se encuentran desplazadas y hacinadas en una porción ínfima del territorio. Esto, sumado a la falta de acceso a agua potable, medicamentos o productos higiénicos, y al colapso del sistema sanitario y de los sistemas de saneamiento, han provocado un alto riesgo de propagación de enfermedades infecciosas, incluso algunas que estaban prácticamente erradicadas en la zona. 

A principios de agosto, se detectó el primer caso de polio, una enfermedad infecciosa que afecta al sistema nervioso y es más probable que ocurra en menores de entre 4 y 15 años. Este caso confirmado fue un bebé que vivía desplazado con su familia y fue el primer contagio tras más de 25 años. 

Inmediatamente después de la alarmante noticia, los profesionales médicos de la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) comenzaron a trabajar para llevar a cabo la vacunación de los niños y niñas menores de 10 años. Todo un reto teniendo en cuenta las condiciones en Gaza. Pero nada supuso un freno a su compromiso y convencimiento de asistir a la población más vulnerable. 

La primera fase de la campaña de vacunación contra la polio finalizó con éxito, alcanzándose una cobertura de vacunación del 90 %, y con alivio entre las familias palestinas, que temían que los más pequeños se contagiaran. “Tengo seis hijos y estaba muy preocupada por ellos hasta que estuvo disponible la vacuna contra la polio. Cuando recibimos el mensaje, vine de inmediato”, explicaba una madre desplazada con sus hijos. 

En los últimos días, los equipos de UNRWA han comenzado la segunda ronda de la campaña de vacunación contra la polio en las zonas centrales de la Franja. Las jornadas de vacunación continuarán por el sur y por el norte y el objetivo es alcanzar con éxito la inmunización de un total de casi 600.000 niños y niñas. 

La vacunación está siendo un salvavidas en mitad del sufrimiento de la población. Los equipos médicos en los centros de salud y en los puntos médicos de UNRWA sienten el alivio y la alegría de las madres y padres que acompañan a los menores a vacunarse. En sus rostros observan el primer rayo de esperanza después de más de un año de infierno. 

Pero el personal de la Agencia no solo trabaja para poner las vacunas. Los equipos están aprovechando la ocasión para administrar dosis de vitamina A a los niños y niñas.

Además, están creando espacios aptos en los centros de vacunación para que puedan disfrutar de actividades lúdicas. El objetivo es hacer el trámite mucho menos impactante para los menores, cuya salud mental está muy afectada. Es una forma de que acudir al centro médico sea un buen recuerdo y un respiro para su ansiedad. 

La salud es un derecho humano fundamental y no debería ponerse en riesgo en ninguna circunstancia. Incluso en situación de emergencia, de violencia o de desplazamiento, la población civil debe tener acceso a instalaciones y a atención sanitaria. 

UNRWA es uno de los principales agentes de salud en Gaza y no ha cesado en su labor a pesar de los grandes riesgos. El papel de la agencia para brindar asistencia sanitaria en mitad de una emergencia está siendo clave para salvar vidas.