Por comercio justo se entiende aquel intercambio en el que ambas partes, productor y consumidor, juegan en igualdad de condiciones. El primero cobra de acuerdo con su trabajo y el segundo aporta lo que le corresponde de acuerdo con la calidad del producto adquirido. Sin embargo, actualmente se venden artículos de alimentación y artesanía de países como Ecuador y Perú, que son fruto del trabajo prácticamente gratuito de menores y amas de casa, es lo que se viene a llamar comercio injusto.
Representantes de las ONG Solidaridad Internacional, Movimiento Manuela Ramos de Perú y Fundación Sendas de Ecuador presentaron ayer en Albacete una campaña informativa que pretende, precisamente, luchar contra ese el comercio injusto que no respeta las reglas del juego solidario.
Bajo el lema: «Tu carro de la compra, un carro de combate. Consume lo justo», estas ONG quieren concienciar sobre los perjuicios que causan a los grupos de mujeres artesanas de Perú y Ecuador la compra de productos que, aunque más baratos, se han puesto a la venta fomentando la explotación de los trabajadores. Además, estas mujeres pretenden que su trabajo sea valorado en Europa, para combatir la pobreza que sufre su país con sus propias armas y sin tener que recurrir a la caridad.
Laura Rodríguez, responsable de Comercio Justo de Solidaridad Internacional, explicó ayer en Albacete que estos productos de comercio justo se pueden encontrar en tiendas especializadas o en numerosos supermercados.
A juicio de Laura Rodríguez, los consumidores son quienes tienen que exigir a los centros comerciales que les informen sobre el origen de los productos y el procedimiento que se ha seguido en su manufactura. Para distinguir entre un artículo de comercio justo y otro fruto de la explotación, aseguró que bastaba con fijarse en el precio. Artesanas de Perú y Ecuador están presentando sus productos por toda España y ayer lo hicieron en Albacete.