Sudáfrica, Marruecos y Bali. Estos son tres destinos a los que pueden viajar las familias que deseen aprovechar el verano para hacer un viaje solidario. Hasta ahora, lo habitual era realizar uno de estos viajes de manera individual o en grupo, junto con otras personas con el mismo interés. Sin embargo, ya no es necesario renunciar a compartir esta experiencia con los familiares, ya que se diseñan programas especiales para todos.
Viajes solidarios en familia: características
Los viajes solidarios se rigen por principios de justicia social y económica, respeto al medio ambiente y a las culturas locales
Los viajes solidarios en verano cuentan con una nueva modalidad: los viajes en familia. Hasta ahora, la mayoría se planteaba de manera individual o en grupo, pero la ONG AIPC Pandora ha comenzado a ofrecer esta propuesta para familias. Estos viajes se caracterizan por desarrollarse en destinos donde las ONG organizadoras llevan a cabo proyectos o los comparten con contrapartes locales y se rigen por «principios de justicia social y económica y con total respeto por el medio ambiente y por las culturas locales».
En estos destinos, sobre todo, se fomenta el trabajo en equipo, el conocimiento y el respeto. Hay que dejar las costumbres propias en casa para sumergirse en la cultura de acogida y acercarse a su realidad. Son viajes para fomentar valores, estrechar lazos y que las familias regresen con un sinfín de experiencias en la memoria.
Cada día de viaje está organizado para esquivar el aburrimiento. Se plantean actividades matinales y vespertinas que incluyen juegos, prácticas deportivas, excursiones o tareas propias de la comunidad, como hacer pan o cultivar verduras y hortalizas. Estas son las máximas de AIPC Pandora, que propone a las familias tres opciones: Sudáfrica, Marruecos y Bali.
1. Viaje en familia a Sudáfrica: naturaleza, deporte y animales
El viaje a Sudáfrica se realiza en dos periodos: del 4 al 19 de agosto y del 18 de agosto al 1 de septiembre. La primera de las propuestas lleva a Kaapsehoop, cerca del Parque Nacional Kruger y el Cañón del río Blyde. Se dirige a familias «con gran afición a la naturaleza y al deporte y que deseen ayudar a las comunidades locales a entender el significado de la importancia del medio ambiente», explica AIPC Pandora. Se propone a quienes viajen que colaboren en acciones de sensibilización para transmitir a la comunidad la importancia de preservar la naturaleza y ayudar en actividades agrícolas, además de aprender a montar a caballo y desarrollar algunas habilidades de supervivencia, detalla la ONG.
La segunda propuesta lleva a la provincia de Limpopo, la más septentrional de Sudáfrica y cerca de la reserva de Waterberg, reconocida Reserva de la Biosfera por la UNESCO. El viaje se centra en el trabajo con animales, ya que, además de ayudar en The Hood Spruit Endangered Species Centre (HESC), «uno de los centros de referencia en investigación y ayuda a especies en peligro de extinción», se realizan tareas de cuidado y asistencia a guepardos y otros animales. También hay tiempo para actividades de biodiversidad y de apoyo a la comunidad, así como para excursiones por la zona.
2. Viaje a Marruecos: lugares de interés, con turismo sostenible y responsable
En este caso, también es posible viajar a Marruecos en dos periodos, con una única propuesta. Del 7 al 14 de julio y del 19 al 26 de agosto, familias con hijos mayores de 7 años pueden viajar al sureste de Marruecos. Combina visitas a lugares de interés, con turismo sostenible y responsable. Este viaje se plantea para familias por desarrollarse en una zona tranquila, organizar desplazamientos en furgoneta y contar con alojamientos cómodos, en función de las posibilidades. «En ningún momento se realizarán actividades de riesgo o agotadoras, y el contacto con niños y jóvenes locales será permanente», destaca la ONG.
3. Viaje a Bali: aguas termales y cultura local
El viaje a Bali está pensado para familias con hijos mayores de 11 años, que estén disponibles del 3 al 19 de agosto. La promoción de este viaje anima a pasar estos días entre «aguas termales, mágicos templos hindúes, extensos arrozales, volcanes, lagos, puestas de sol, espiritualidad, artes ancestrales…». La fórmula mezcla la visita a las playas turísticas del sur con actividades agrícolas en los campos de arroz, el aprendizaje de la cocina tradicional y la visita a los artesanos en el mercado local. En algunos momentos del viaje, se tendrá la posibilidad de convivir con familias y habrá tiempo para recorrer la isla y conocerla.