El «phishing» ya no es la única manera para obtener las claves bancarias de los usuarios de la banca por Internet.
Según han informado expertos policiales, los delincuentes han sofisticado el «phishing», que consiste en el envío masivo de correos electrónicos en los que los timadores suplantan la imagen de un banco para conseguir del usuario información no autorizada.
Pero los internautas ya conocen este sistema y cada vez menos gente cae en la trampa para entregar sus datos bancarios. Por ello, los delincuentes han perfeccionado la técnica para robar estos datos mediante el «pharming», que, según los entendidos, es más peligroso y sofisticado que el «phishing».
Casi todos los bancos y cajas de ahorro han sufrido el duplicado de sus páginas web, aunque no todos han sido «atacados», ya que a los estafadores les ha sido imposible lograr su objetivo.
Correo vacío
El «pharming» consiste en manipular el archivo de dominios que utiliza el usuario para desviarle, cuando teclea la dirección de la página real de su banco, a otra web falsa y que aparenta ser la de la entidad, sin que la víctima se percate.
Para manipular el ordenador del internauta, los delincuentes le envían un correo electrónico aparentemente vacío y, al abrirlo, se activa un programa que les permite modificar los nombres de dominio.
Los especialistas policiales en estos delitos aconsejan no abrir los correos cuya procedencia se desconozca.
Subastas y ventas ficticias
Pero junto a esta nueva modalidad hay otra que preocupa a la Policía. Se trata de las subastas y ventas ficticias por Internet: los delincuentes ponen a la venta, en páginas reales de subastas y de compra-venta, artículos inexistentes con precios atractivos y, cuando los usuarios se ponen en contacto con ellos, les convencen para salir del circuito de pago que usan esas web con el argumento de que así se evitan las comisiones y se reduce el precio.
El pago se hace entonces a través de una transferencia de dinero, a cambio de la que el comprador no recibirá nada.