Un reciente estudio asegura que los niños que juegan con videojuegos pasan un 30% menos de tiempo leyendo o haciendo deberes que sus compañeros que no los usan. Sin embargo, esta forma de entretenimiento no parece interferir significativamente en el tiempo que se pasa con los amigos y la familia, según este trabajo, publicado en «Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine».
Uno de los autores, Hope Cummings, de la Universidad de Michigan, señaló que los niños jugadores «pasaron menos tiempo leyendo y haciendo deberes». A pesar de ello, «no pasaron menos tiempo interactuando con parientes y amigos, ni tampoco restaron tiempo a la práctica de deportes u otras actividades activas de ocio», añadió.
Cummings y Elizabeth Vandewater, de la Universidad de Texas, en Austin, querían averiguar si estos juegos afectan a los resultados académicos y las relaciones sociales. De los 1.491 participantes, 534, es decir el 36%, jugaban a videojuegos. En torno al 80% de estos últimos eran del sexo masculino. Mientras que los niños pasaban menos tiempo leyendo, las niñas dedicaban también menos tiempo a hacer los deberes del colegio, según las conclusiones de este estudio, que no obstante subraya que en ninguno de los casos parecieron verse afectadas las relaciones con amigos y familiares.
Por otra parte, investigadores del departamento de Psicopedagogía de la Universidad de Alcalá de Henares están estudiando cómo a través de estos juegos los niños pueden desarrollar nuevas formas de alfabetización asociadas al pensamiento narrativo. Y es que el uso de videojuegos puede ayudar a que los menores «comprendan la importancia del trabajo en equipo, distingan entre ficción y realidad, y desarrollen capacidades narrativas», según estos expertos, que defienden además su validez como instrumento de comunicación y relación entre padres e hijos.