Las restricciones geográficas a las compras por Internet podrían eliminarse si sale adelante el proyecto de la Comisión Europea, que pretende que los consumidores puedan aprovecharse de las diferencias de precio entre los distintos Estados miembros y adquirir un producto en el país en el que sea más económico.
El Ejecutivo comunitario está llevando a cabo un estudio sobre comercio electrónico para iniciar el debate sobre esta cuestión. «No hay sitio en el mercado único europeo para restricciones geográficas artificiales que encierran a los consumidores en sus fronteras nacionales», señaló la comisaria responsable de Protección de los Consumidores, Meglena Kuneva. «Ha llegado el momento de examinar de cerca la legitimidad de fragmentar el mercado de acuerdo con las fronteras nacionales, sobre todo en el comercio electrónico», anunció.
«En el mundo en el que vivimos, no estamos obligados a comprar en los supermercados y los grandes almacenes de nuestro código postal», dijo la comisaria. «Sin embargo, no podemos comprar libremente en toda la UE ordenadores, billetes de tren o consolas», subrayó.
Por otra parte, la comisaria expuso otras prioridades del Ejecutivo comunitario en el desarrollo del comercio electrónico. En primer lugar, Bruselas presentará este otoño propuestas para crear un marco único de derecho contractual en la UE, que elimine las diferencias nacionales en cuestiones como los plazos en los que es posible dar marcha atrás en una compra o la duración de las garantías.
Asimismo, la Comisión presentará este año una guía del usuario digital para aclarar cómo se aplican los derechos de los consumidores vigentes en el espacio digital. El objetivo es luchar contra la «próxima generación de prácticas comerciales desleales», como la aparición de casillas previamente marcadas en los formularios que se han de rellenar en Internet o la difusión de «anuncios virales». Finalmente, Kuneva reclamó reforzar la protección sobre los datos que los consumidores facilitan durante sus compras.