El Ejecutivo comunitario ha dado el primer paso para eliminar las trabas que dificultan los pagos con tarjeta, por Internet y con el teléfono móvil en el extranjero. Su objetivo es facilitar el comercio electrónico y crear un mercado integrado en la Unión Europea (UE) que beneficie a empresas y consumidores y permita reactivar el crecimiento.
«Los sistemas de pago ineficientes dentro de la UE aumentan los costes de transacción, socavan la competitividad de la economía europea y limitan su potencial de crecimiento», denunció el vicepresidente de la Comisión Europea (CE), Joaquín Almunia, en un comunicado. «Los consumidores, los comerciantes y las empresas europeos merecen servicios de pago en línea con el siglo XXI, que sean transparentes, con auténtico valor añadido y que hagan el mejor uso de nuestras tecnologías», señaló Almunia.
Bruselas lanzó una consulta pública, que durará hasta el 11 de abril, para que todas las partes interesadas le hagan llegar sus opiniones sobre cómo superar los obstáculos que fragmentan el mercado. Entre ellos, las dificultades para entrar en el mercado de los nuevos proveedores de estos servicios de pago, la seguridad y la protección de datos, la falta de transparencia sobre los precios, y la falta de estándares técnicos y dificultades de interoperabilidad. La CE anunciará antes del verano los próximos pasos.
Además presentará un plan de acción con 16 acciones concretas cuyo objetivo es duplicar de aquí a 2015 la cuota de comercio electrónico (que hoy está en el 3,4% de las ventas minoristas) y el peso de la economía de Internet en el Producto Interior Bruto (PIB) europeo, que en la actualidad es inferior al 3%. Bruselas cree que el comercio y los servicios electrónicos podrían representar más del 20% del crecimiento y de la creación de empleo en algunos Estados miembros -como Francia, Alemania, Reino Unido o Suecia- de aquí a 2015.
El comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, destacó entre los obstáculos para el desarrollo del comercio electrónico en la UE los costes excesivamente elevados para hacer llegar los productos a otros Estados miembros, los productos y contenidos ilegales en Internet y los problemas de pago. Bruselas presentará iniciativas en los próximos meses para corregir estos problemas. La CE cree que la supresión de los obstáculos al comercio electrónico en el mercado interior podrían generar beneficios para los consumidores de hasta 204.000 millones de euros, el 1,7% del PIB de la UE.