En las últimas semanas se ha registrado un incremento de los fraudes en las subastas por Internet, a través de las denominadas «plataformas de comercio», páginas web donde particulares colocan a la venta productos de cualquier tipo, desde material informático o electrónico hasta equipos de imagen y sonido, joyas, mobiliario e incluso ropa y calzado.
Según la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU), los fraudes que se están produciendo son de tres tipos: o bien el usuario no recibe en su domicilio el producto adquirido (en ocasiones, algunos de elevada cuantía como el caso de ordenadores portátiles, supuestamente a precio de saldo), el mismo no responde a las expectativas creadas o simplemente es defectuoso.
Las garantías para el consumidor «son nulas» en estos casos y los cauces para reclamar, «complejos», advierte la Confederación. Una dificultad añadida para dirimir las responsabilidades es la dispersión de los que intervienen en la compra, ya que en estas transacciones hay un complejo entramado societario, cuya matriz está situada generalmente fuera de la Unión Europea (UE) -la mayor parte de las veces en EE.UU.-, formado por un vendedor particular no español y un consumidor de nuestro país. CEACCU recomienda no comprar en estos centros de subastas si no son capaces de garantizar los derechos a los usuarios, especialmente la identificación y la dirección del vendedor. En cualquier caso, aconseja no pagar nunca por adelantado sin las suficientes garantías. Según la asociación, las casas de subastas «online» generan una imagen de confianza en el consumidor invitándole, con señuelos, a realizar la compra a través de su web, por la que cobrará una comisión en función del precio de la venta.