Los chatbots, esos programas informáticos que simulan una conversación humana a través de texto o voz, llevan con nosotros más tiempo del que parece. Están dentro de una amplia gama de aplicaciones, desde el servicio al cliente hasta la educación —como los chatbots de universidades que responden a las dudas de los estudiantes— y el entretenimiento, como aquellos integrados en videojuegos. Ahora, la llegada de la inteligencia artificial ha disparado su popularidad y, sobre todo, sus capacidades.
¿Todos los chatbots emplean IA?
Confundir los chatbots con inteligencia artificial es habitual. La IA Generativa se centra en la creación de contenido nuevo, como texto, imágenes o música.
Los chatbots, por su parte, simulan una conversación humana y pueden utilizar la IA Generativa para ofrecer respuestas más naturales y realistas. Sin embargo, no todos usan inteligencia artificial: los más simples están basados en reglas de respuestas, es decir, siguen un conjunto de instrucciones preprogramadas y, de hecho, surgieron mucho antes de que apareciera la inteligencia artificial.
¿Cuál es su origen?
Los chatbots nacen casi al mismo tiempo que la informática. Se tiene constancia de su primera mención en la década de los sesenta, aunque no se popularizaron hasta los noventa con el desarrollo de Internet. En los últimos años, los chatbots han experimentado un nuevo auge, impulsados por el desarrollo de nuevas tecnologías.
Los primeros eran muy simples y solo podían realizar tareas básicas, como responder a preguntas o proporcionar información predeterminada para casos concretos. Su aplicación en esa época se reducía a elementos como los primeros manuales interactivos o, ya más complejos, dentro del mundo de los videojuegos, con las aventuras conversacionales, en las que la acción se describe en formato de texto y el jugador teclea la instrucción que quiere seguir.
Sin embargo, a medida que las tecnologías han mejorado, los chatbots se han dedicado a realizar tareas más complejas, como mantener conversaciones fluidas y generar contenido original.
Cómo funcionan los chatbots
Los chatbots basados en reglas son capaces de mantener una conversación con un usuario, pero solo pueden responder a preguntas o peticiones que estén preprogramadas. Por ejemplo, si se utiliza para proporcionar información sobre un producto, únicamente contestarán a preguntas sobre ese producto que previamente se han introducido por parte de los creadores.
🤖 Chatbots basados en IA Generativa
Aquellos basados en IA Generativa, por otro lado, pueden aprender y adaptarse a nuevas situaciones. Pueden generar respuestas más naturales y realistas e incluso iniciar conversaciones y cambiar de opinión. Son también capaces de comprender qué y cómo les preguntamos sobre un tema para adecuar su respuesta a través de dos tecnologías clave:
- El procesamiento del lenguaje natural (NLP) es una rama de la inteligencia artificial que se centra en la comprensión y generación del lenguaje natural, lo que se utiliza para comprender qué están pidiendo los usuarios y generar respuestas relevantes.
- El aprendizaje automático permite a los sistemas, como podría ser un chatbot, aprender sin ser explícitamente programados en ese campo, simplemente a base de recabar y analizar la información que van recibiendo de los usuarios, las respuestas ofrecidas y las reacciones obtenidas.
La explosión de la IA Generativa ha dotado a estos sistemas de la capacidad de acceder a contenidos muchos más amplios, virtualmente infinitos, ya que pueden estar en constante aprendizaje, ampliando y mejorando sus capacidades al alimentarse de grandes cantidades de bases de datos que pueden incluir libros, artículos, código, conversaciones humanas y cualquier otro tipo de texto.
A medida que las tecnologías de IA y el procesamiento del lenguaje natural continúen desarrollándose, se volverán cada vez más sofisticados y capaces, y puede que, en algún momento, no podamos distinguir si nos contesta una máquina o un humano.
¿Están regulados?
Su regulación es uno de los elementos más controvertidos ya que, actualmente, no está claro quién es responsable de las acciones de un chatbot si, por ejemplo, genera contenido dañino. ¿Es responsable el desarrollador, el usuario o el proveedor de servicios?
En España no existe un marco legal específico, aunque pueden estar sujetos a las mismas leyes que otros sistemas de inteligencia artificial, como la Ley de Protección de Datos Personales o la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y el Comercio Electrónico.
Pero aún está en debate, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. La Unión Europea anunció en diciembre de 2023 un proyecto de reglamento que pretende garantizar que los sistemas de inteligencia artificial comercializados en el mercado europeo y utilizados en los países comunitarios sean seguros y respeten los derechos fundamentales y los valores de la Unión Europea.