Científicos de las universidades de Oslo (Noruega) y Stanford (EE.UU.) han dado un paso de gigante para luchar contra la enfermedad celíaca, una de las patologías crónicas gastrointestinales más frecuentes. El origen de esta enfermedad está en la intolerancia a las gliadinas, unas proteínas que se encuentran en el gluten del trigo, la cebada y el centeno. Pues bien, estos investigadores han descubierto que dentro de las gliadinas hay un péptido (porción) de 33 aminoácidos que es el auténtico responsable de la enfermedad, según publica la revista «Science».
El núcleo de las gliadinas (el péptido de 33 aminoácidos) no se destruye por el ataque de los ácidos y las enzimas digestivas, aseguran los científicos. Por eso llega intacto hasta el intestino delgado provocando en el celíaco una reacción autoinmune que inflama y destruye las vellosidades intestinales, con lo que se impide la absorción de alimentos con gluten.
Según «Science», los científicos han podido demostrar que si se destruye la cadena de 33 aminoácidos antes de ponerlos en contacto con las paredes intestinales, la reacción de rechazo casi desaparece. Y ahí es donde está la posibilidad de tratamiento: existe una enzima (la prolinproteasa) que puede romper el péptido en trozos muy pequeños aprovechando la abundancia de un aminoácido, la prolina, en su estructura.
Ahora hay que estudiar si esta enzima se puede suministrar como un suplemento dietético en los celíacos. Pero existe otra pega: los estudios sólo se han podido hacer hasta ahora en cultivos de laboratorio, porque los animales no padecen la enfermedad celíaca.