Trucos para reconocer un mensaje fraudulento
Es imprescindible no precipitarnos y leer bien los SMS que recibimos para evitar caer en la trampa. Algunas pistas sencillas pueden sernos muy útiles:
- 1. Comprobar la ortografía y redacción. Muchos de los mensajes fraudulentos contienen errores ortográficos y de redacción debido al uso de traductores automatizados.
- 2. Ver si se incluye un enlace. Los SMS fraudulentos siempre llevan un enlace a través del que van a realizar el ataque. Por lo general, son HTTP que, como no van cifrados, son los más peligrosos. Esta es una señal de alerta, aunque no quiere decir que todos los enlaces sean una trampa.
- 3. Fijarse si el link está acortado. La mayoría de los enlaces de un mensaje fraudulento están acortados. Los ciberdelincuentes evitan así que se vea realmente la dirección a la que va dirigido.
- 4. Verificar el remitente. Si es un número demasiado largo (más de 10 cifras), debemos sospechar. Por norma general, estos números se crean de manera internacional, por lo que incluyen muchas cifras.
Y ante la duda… ponerse en contacto con la entidad. Si creemos que estamos ante un mensaje fraudulento, lo mejor es comunicarse con la empresa que envía el SMS para comprobarlo.
Consejos para no caer en la trampa
La web Internet Segura for Kids y la Guardia Civil ofrecen una serie de advertencias para mantenernos a salvo de los ciberataques:
- Emplear contraseñas seguras (combinación de letras, números y signos) y un segundo factor de autenticación para proteger nuestras cuentas.
- Evitar hacer clic en los enlaces que aparecen en los correos electrónicos o los mensajes privados y no descargar archivos adjuntos, si no estamos por completo seguros del contenido. Siempre se ha de prestar atención a las direcciones y enlaces cortos.
- No facilitar nunca información personal, como nombre, apellidos, teléfono, dirección, correo electrónico o fotos.
- Escribir directamente la dirección en la barra de navegación o utilizar una aplicación oficial. Evitar seguir enlaces que lleguen a través de mensajes o correos.
- Comprobar la autenticidad de las apps, fijándose bien en el nombre, el desarrollador y las opiniones de otros usuarios, y valorar si los permisos que solicita son proporcionados.
- Actualizar con regularidad el sistema operativo.
- Utilizar un antivirus con licencia y actualizado.
- Desconfiar de mensajes cortos y extraños que nos puedan entrar por el móvil o las redes sociales.
Qué hacer si nos han estafado
La Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) explica los pasos que hay que seguir, si hemos sido víctimas de fraudes o delitos por Internet.
1. Contraseñas y tarjetas
Lo más urgente es cambiar las contraseñas y, en caso de que haya un cargo indebido, bloquear las tarjetas y contactar cuanto antes con el banco para impedir o bloquear el pago.
2. Informar
En ocasiones, es suficiente con reportar el problema al servicio o empresa implicada (siempre que la web sea legal).
- Una red social permite denunciar un perfil falso o una suplantación de identidad.
- Además, los servicios de correo electrónico cuentan con métodos de recuperación de cuenta, en caso de que haya sido hackeada.
- También se pueden eliminar comentarios de un foro que atentan contra el honor y la intimidad de una persona, si se contacta con el administrador del sitio.
3. Acudir a la Oficina Municipal de Información al Consumidor
Una de sus funciones es tramitar, mediante procedimientos de conciliación, las reclamaciones de los consumidores por problemas en compras de productos o la contratación de servicios. También se ocupan de estos fraudes.
4. Denunciar
Si el problema no se puede solucionar, debe interponerse la denuncia ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado: Policía Nacional, Guardia Civil, Ertzaintza, Mossos d’Esquadra o Policía Foral.
La resolución de este tipo de delitos no es rápida por su naturaleza (denuncias relacionadas, componente internacional…) y, en ocasiones, resulta complicado recuperar lo perdido en la estafa, ya que a veces no es posible bloquear fondos ni hacer que los delincuentes se hagan cargo de las correspondientes responsabilidades civiles, económicas y mercantiles.