Uno de cada diez estudiantes universitarios españoles cursa su carrera a través de Internet, una cifra que supone 170.000 alumnos y que crece un 15% cada año, según un informe del Observatorio Español de Internet (OEI).
Incluidos estos 170.000 alumnos, el Observatorio estima que 300.000 personas cursarán este año académico algún estudio a través de Internet, de las cuales 50.000 están realizando la educación secundaria, muchos de ellos para poder compaginar los estudios con entrenamientos deportivos, por sufrir alguna enfermedad o estar privados de libertad legal.
La prisión de Can Brians, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), es el primer centro penitenciario en el que los reclusos pueden realizar carreras universitarias a través de una intranet gestionada por la Universidad Autónoma de Cataluña (UAC) y si el sistema funciona se extenderá a otras prisiones catalanas.
Tampoco la Conferencia Episcopal Española quiere «perder el tren de la modernidad», según el OEI, y ya ofrece, a través del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Barcelona, cursos de teología «online».
La Universitat Oberta de Catalunya (UOC) fue el primer centro en España que en 1995 puso en marcha la enseñanza a distancia con el uso de las nuevas tecnologías, y actualmente cuenta con más de 11.000 estudiantes y un campus virtual donde los alumnos pueden consultar sus dudas a los profesores.
Algunas de las ventajas de este tipo de aprendizaje, que la enseñanza presencial debería tener en cuenta, según el OEI, son la posibilidad de actualizar las materias continuamente, la adaptación del curso al ritmo del alumno y el acceso a la formación por parte de discapacitados o residentes en el extranjero.
Entre los inconvenientes, el Observatorio destaca que los alumnos que estudian a distancia con el apoyo de Internet están faltos del contacto humano que se da en el aprendizaje presencial y tienen que esforzarse más porque no existe tanta presión como en los cursos tradicionales, lo que puede originar una falta de dedicación.
También los fraudes son uno de los problemas de la teleeducación, sobre todo en el sector de las medicinas alternativas, en el que el Observatorio ha detectado que se ofrecen un gran número de titulaciones no-homologadas.
Para evitar engaños, el OEI recomienda a los alumnos que averigüen «quién está detrás de la página electrónica», paguen con tarjeta de crédito en vez de por transferencia, para tener más opciones si quieren recuperar el dinero, y escojan cursos que ofrezcan tutorías y teléfono de consultas en paralelo a la conexión a la Red.