El sector financiero sufre el 86% de los ataques de «phishing», una práctica fraudulenta que consiste en conseguir las contraseñas de Internet de clientes bancarios a través de correos electrónicos que simulan proceder de sus propias entidades financieras. Según un estudio del grupo de trabajo mundial contra este fraude electrónico (Anti-Phishing Working Group, APWG), en julio se registraron 14.135 informes de fraudes «online» en comparación con los 15.050 del mes anterior.
Esto pone de manifiesto que se ha producido un ligero descenso en los ataques de «phishing» convencionales, mientras que ha subido «el software malicioso diseñado para robar información confidencial» a fin de «cometer delitos financieros», señala Websense, una de las empresas que han participado en el estudio.
Los autores de estos fraudes «están ampliando sus redes alejándose de su patrón original, en el que utilizaban el nombre de instituciones financieras con un listado de usuarios permanente, pasando a atacar a instituciones bancarias más pequeñas», añade.
APWG espera que las grandes instituciones financieras «adquirieran experiencia en frustrar, desviar y controlar este tipo de ataques, a los ciberdelincuentes y sus estrategias basadas en el ‘spam'».