Alguna televisión digital va a desaparecer e Internet móvil, que iba a ser una opción al alcance de todos en la campaña de Navidad del pasado año, no ha pasado de ser una curiosidad para unos pocos iniciados. Sólo el acceso a la banda ancha por cable y ADSL, sujeto de masivas campañas publicitarias, muestra signos de vigor.
El negocio digital no despega y, como consecuencia, el sector español de las tecnologías de la información experimentó el pasado año un aumento del 7%, el más modesto de la última década, según estudios del sector. Para encontrar esa tasa de avance en una actividad caracterizada por su crecimiento explosivo hay que remontarse a 1992, el único año en que cayó el Producto Interior Bruto en la historia económica reciente de España.
Con el paso de los años el teléfono móvil consiguió abrirse camino entre los consumidores, sin embargo, no parece que vaya a suceder lo mismo con Internet móvil. El protocolo WAP de acceso a la Red aplicado a la tecnología GSM-1800 ha sido un fracaso espectacular. Apenas se desarrollaron contenidos, y el usuario tenía que pagar cantidades astronómicas por sencillas consultas en la Red, puesto que las compañías facturan por tiempo de conexión en unas comunicaciones que resultan demasiado largas.
Con la tecnología GPRS la conexión es continua y solamente se paga por el volumen de información recibido. Pero la difusión masiva de estos terminales no se ha producido, los contenidos para Internet móvil tampoco resultan atractivos y los expertos hablan ahora de que el despegue se producirá a partir de 2003.
A la crisis económica que padecen muchos fabricantes de terminales, se ha unido, hace ya meses, el miedo de los ciudadanos a las antenas móviles. Ni siquiera va a ser sencillo que en pocas semanas tengan cobertura UMTS -las operadoras deben tener desplegadas sus redes de tercera generación de telefonía móvil el próximo 1 de junio- las 15 ciudades españolas que superan los 250.000 habitantes.
El acceso a la banda ancha a través del cable y con línea ADSL es la gran esperanza, pero esta área de negocio explota una tecnología bien conocida y relativamente fácil de implantar en las empresas y en el área domestica en la que más ha calado Internet: los hogares donde viven jóvenes.
En las ferias y salones del sector se exhiben otras tecnologías que podrían tener un gran futuro, según evolucione el mercado. La tecnología Bluetooth permite la comunicación sin cable, pero no se conocerán sus posibilidades comerciales hasta que no la incorporen los fabricantes de móviles, reproductores de MP3, cámaras digitales o electrodomésticos.
Así se explica que, si el conjunto del sector de las tecnologías de la información sólo experimentó un avance del 7% en su conjunto en 2001, el primero por debajo de dos dígitos en una década, fue en buena parte por la caída de la industria de las telecomunicaciones en un 14%. La producción de equipos experimentó un descenso anual del 28%.