El próximo año llegará al mercado el esperado cargador único para todos los modelos de teléfono móvil, según el compromiso alcanzado por la industria y que fue presentado ayer a la Comisión Europea.
Los diez fabricantes que copan el 90% del mercado se han comprometido a comercializar este cargador para poner freno a la generación de miles de toneladas de residuos electrónicos «innecesarios» cada año, explicó Gunter Verheugen, vicepresidente del Ejecutivo comunitario.
«Cada vez que se compra un teléfono móvil, un producto con una vida corta, el consumidor recibe un nuevo cargador, que va acumulando en gran cantidad», afirmó Verheugen. Bruselas había amenazado el año pasado a los fabricantes con convertir el cargador único en una obligación legal.
El nuevo aparato funcionará mediante tecnología USB y será compatible con alrededor del 50% de los teléfonos ya existentes, que disponen de la tecnología de transferencia de datos. El resto requerirá un adaptador. El producto vendrá acompañado además de una nueva norma europea que garantizará su seguridad.
Verheugen no ocultó su deseo de extender el cargador único a otros productos electrónicos, como ordenadores portátiles o cámaras fotográficas. «Lo que me gustaría es que en pocos años el mismo cargador fuera compatible con todos los aparatos electrónicos de una persona», dijo el vicepresidente de la Comisión, quien reconoció que se trata de una tarea «complicada» por razones técnicas y de seguridad.