La compañía de seguridad informática McAfee difundió ayer un estudio que mantiene que los correos electrónicos no deseados, conocidos popularmente como «spam», producen cada año una cantidad de emisiones de efecto invernadero equivalente a la originada por 3,1 millones de vehículos.
El 80% de los correos basura termina siendo ignorado y borrado por los internautas
El envío de «spam» supone un gasto energético de 33.000 millones de kilovatios por hora (KWh) a lo largo de todo un año, una cantidad de electricidad que podría abastecer a 2,4 millones de hogares, según este estudio, titulado «La huella de carbono del Spam» y realizado a partir de datos de 11 países, España entre ellos.
Las emisiones de gases de efecto invernadero que implica todo este gasto energético son equivalentes a las que provocarían 3,1 millones de automovilistas usando 7.570 millones de litros de gasolina. Se trata además de una energía desaprovechada, ya que el 80% de los correos basura termina siendo ignorado y borrado por los internautas.
Este impacto ecológico se une a las pérdidas multimillonarias sufridas por las empresas y los particulares en términos de utilización de recursos (ancho de banda, memoria) y tiempo.
0,3 g de CO2 por mensaje
El estudio asegura que la emisión media de gases de efecto invernadero asociada a cada mensaje de «spam» es de 0,3 g de CO2, lo que equivale, por ejemplo, a las emisiones de un automóvil por cada metro que avanza.
La emisión media de gases de efecto invernadero asociada a cada mensaje de «spam» es de 0,3 g de CO2
McAfee recuerda cómo el cierre, en octubre de 2008, de McColo, una de las mayores fuentes de «spam» del mundo, supuso una reducción de cerca del 70% del correo no deseado total (lo que equivaldría a retirar de las calles más de 2,2 millones de automóviles). Pero esta rebaja duró muy poco tiempo, ya que los «spammers» encontraron rápidamente nuevas vías para difundir sus mensajes. De hecho, hoy el número de correos basura ha vuelto a alcanzar cifras récord.
El estudio termina diciendo que si todos los buzones de correo tuvieran instalado un filtro «antispam», se podría conseguir hasta un 75% de ahorro energético.