Publicar «textos críticos sobre las autoridades» en Internet es la falta que han cometido un total de 60 personas que permanecen encarceladas en todo el mundo por este motivo, según denunció ayer Reporteros sin Fronteras (RsF). China tiene a medio centenar de estos presos, mientras que Vietnam (4), Siria (3), Túnez (1), Libia (1) e Irán (1) albergan al resto de encarcelados.
Los legisladores de esos países y sus «ciberpolicías» siguen «atentamente» las evoluciones tecnológicas, según RsF. De esta forma, cuando los correos instantáneos como MSN Messenger comenzaron a utilizarse con más frecuencia, China pidió a las empresas que comercializan el servicio que bloquearan algunas palabras clave. Asimismo, tras la aparición del portal de Internet de Youtube, China e Irán manifestaron rápidamente su voluntad de «filtrar» los vídeos difundidos por la Red ante posibles contenidos «subversivos» o «inmorales».
El internauta «deja rastros y revela informaciones sobre su identidad, sus gustos, sus costumbres» desde el mismo momento que accede a la Red. Para ello se utilizan máquinas que «espían, generan informes y bloquean automáticamente las conversaciones subversivas, de forma menos cara y más eficaz», según la ONG. A pesar de ello, los internautas se organizan para evitar los filtros y proteger su anonimato, codificando sus correos electrónicos.
China ejerce «un control implacable» sobre las informaciones producidas y descargadas por los internautas, según la organización. A ello se une el hecho de que empresas como Yahoo, Google, Microsoft o Cisco Systems se hayan «avenido a censurar sus buscadores, para hacer desaparecer los sitios demasiado críticos de Pekín», según Reporteros sin Fronteras, que también critica que algunos países del África Subsahariana, como Etiopía, filtran la información que aparece por Internet, mientras que en Zimbabwe se está discutiendo una ley que daría a las fuerzas de seguridad la «posibilidad de interceptar las comunicaciones electrónicas, al margen de cualquier control judicial». También Tailandia censura desde 2006 los sitios informativos, incluso extranjeros, que critican la actitud del ejército.