La próxima semana Euskaltel pondrá en marcha una campaña comercial sin precedentes en España para resolver los problemas técnicos que implica su conversión en un operador virtual de telefonía móvil y la ruptura del acuerdo que le unía a Orange (antigua Amena). La compañía vasca va a contratar a 1.200 personas que se entrevistarán, uno por uno, con sus 468.000 clientes de telefonía móvil, formalizar la firma de un contrato que permita zanjar de forma definitiva la disputa sobre la titularidad de los mismos, «liberar» los terminales telefónicos para que puedan operar sin problemas en la nueva red y entregarles, además, la nueva tarjeta que deberán incorporar en sus equipos.
Esta iniciativa ha resultado inevitable tras la reciente resolución de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT). El regulador del sector decidió el pasado viernes que los números de teléfono que utilizan los usuarios de Euskaltel están asignados a Orange y que no hay base legal suficiente para afrontar un traspaso en masa entre una empresa y otra. Además, negó a la operadora vasca la posibilidad de realizar los trámites técnicos de adaptación de los terminales de forma remota, mediante una programación de la red, lo que le va a obligar a hacerlo de forma manual.
Desbloqueo individual
Las operadoras de telefonía móvil subvencionan una parte del coste de los terminales que entregan a sus clientes, razón por la cual también introducen en ellos unos códigos de bloqueo. Con ello, impiden que esos aparatos puedan usarse en otra compañía de la competencia.
Orange, por su parte, deberá facilitar a Euskaltel todos los datos necesarios para realizar esa «liberación» de terminales y permitir así que funcionen correctamente en la nueva red de la compañía vasca. Sin embargo, esa operación deberá ser realizada de forma individual en cada uno de los teléfonos.
Lo mismo sucede con las tarjetas SIM que utilizan esos equipos. Euskaltel entregará las nuevas a sus usuarios en el mismo momento en que proceda al desbloqueo de sus teléfonos.
La CMT ha dado de plazo a la operadora vasca hasta el 31 de enero de 2007 para realizar esta «adaptación» técnica de sus clientes. A partir de ese momento, según se desprende de la resolución, los usuarios que no hayan manifestado su deseo de permanecer en ese grupo quedarán en manos de Orange.
Esta empresa no dispone de sus datos de facturación o domiciliación bancaria de recibos y su competidora ya ha asegurado que no se los puede facilitar con el argumento de que, si lo hiciera, incumpliría la Ley de Protección de Datos.
Gran desembolso
El desbloqueo de terminales, cambio de tarjetas, campañas de información, etc. van a suponer para Euskaltel un desembolso cercano a los 10 millones de euros. A esta cifra hay que añadir otros 40 millones adicionales en inversión en equipos para dotar la nueva red de comunicaciones. Vodafone proporcionará el soporte inalámbrico -la utilización de las antenas celulares-, pero que todo lo demás -conducción de las llamadas, interconexión con la red fija o con la de otros operadores de móvil, servicios de mensajería, correo electrónico, etc.- deberá ser aportados por la compañía vasca.
De forma paralela, el grupo iniciará en los próximos días la comercialización de sus servicios de telefonía móvil para nuevos clientes o para aquellos a los que no les importe renunciar al número que tenían asignado hasta ahora.