Chrome es el nombre que recibe el navegador propio y gratuito lanzado hoy por el buscador estrella de Internet, Google. La nueva herramienta de navegación, que llega en su versión de prueba a 100 países, incorpora como nueva función la de aislar cada página web que abre para evitar que, en caso de que se bloquee, colapse al resto.
Se trata de un navegador «sencillo, simple y rápido» en apariencia, pero con una configuración preparada para acoger las aplicaciones más complejas que pueblan la Red, según detallan los directivos de Google en su blog oficial. El anuncio del buscador ha sido interpretado por la prensa económica como la entrada de lleno de Google a los dominios de Microsoft, una empresa que creció hasta convertirse en un gigante gracias al liderazgo de su sistema operativo, Windows, y de su navegador, Explorer.
«Todos pasamos mucho tiempo en un navegador. Buscamos, chateamos, enviamos correos, compramos y leemos noticias en un navegador. Por eso, empezamos a pensar seriamente en cómo sería si lo diseñáramos desde cero», apuntan en el blog Sundar Pichai, vicepresidente para la gestión de productos, y Linus Upson, director de ingeniería. «La Red ha evolucionado tanto, con las nuevas aplicaciones y programas, que nos dimos cuenta de que no necesitamos sólo un navegador, sino una nueva plataforma moderna», señalan.
Chrome también ofrecerá una versión para Mac y para Linux. Además, el programa tendrá un código abierto, por lo que los programadores podrán desarrollar sus propias aplicaciones, algo que ya ocurre con otros productos de Google. La versión beta que se difunde a partir de hoy «es sólo el inicio», ya que también se abrirá un foro de discusión para mejorarla antes de su lanzamiento definitivo, apuntan en el blog.