Hoy en día, cuando se habla de la casa del futuro, ya no salen robots camarero y brazos mecánicos. En su lugar, la casa está tomada por ordenadores que controlan discretamente la calefacción, las luces, el sistema de alarmas, el equipo de música e incluso avisan cuando la nevera está vacía.
En 1957, en Disneylandia se presentó la ‘casa del futuro’, un edificio de plástico patrocinado por la compañía química Monsanto, y desarrollado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). En la casa había un horno de microondas, una enorme pantalla de televisión en la pared, interfono con vídeo y un lavavajillas ultrasónico, sin agua. Aunque sólo el microondas funcionaba, lo demás eran cajas vacías.
A diferencia de entonces, hoy los sistemas de domótica funcionan y se pueden comprar. La automatización puede parecer un lujo o un capricho, pero se convierte en una necesidad para las personas con discapacidades. Algunos de los sistemas modernos ya están adaptados para facilitarles la vida.
La electrónica de la casa
La domótica es la aplicación de la informática a una casa (de domus, casa en latín). Consiste simplemente en conectar los electrodomésticos e instalaciones de la casa a uno o varios ordenadores. Estas son algunas de las cosas que la domótica puede hacer:
- Regar automáticamente el jardín.
- Controlar la iluminación de la casa según la hora del día y la luz solar disponible.
- Controlar la calefacción y el aire acondicionado y, al mismo tiempo, abrir y cerrar persianas y ventanas para regular la luz y el calor que recibe la casa.
- Centralizar el control del equipo de música o vídeo para acceder a ellos desde cualquier habitación de la casa.
- Controlar el sistema completo de la casa a distancia, por medio del teléfono o Internet
Hay casos extremos, como la casa inteligente Bill Gates, donde la temperatura y la música ambiental cambian según qué personas se encuentran dentro de cada estancia. Sin llegar a tanto, cada día es más barato automatizar la casa.
Con cables y sin cables
El mayor problema en una instalación domótica son las conexiones. La solución más inmediata consiste en tender una canalización para los cables de control, que va paralela a la instalación de la corriente eléctrica. Así, desde un ordenador central en la entrada, se puede apagar o encender la lavadora, por ejemplo. Es un buen sistema para nuevas construcciones, pero muy caro e incómodo para una casa ya construida.
Una opción muy interesante es el protocolo X10, que permite enviar las señales de control a través de la propia instalación eléctrica. De este modo no es necesario hacer un tendido especial. Incluso hay módulos que incorporan un emisor de infrarrojos para controlar la televisión, el reproductor de DVD o el equipo de alta fidelidad a distancia.
El protocolo X10, que permite enviar las señales de control a través de la propia instalación eléctrica, evita tener que hacer un tendido paralelo
Por último, las señales de control se pueden enviar por radio. La ventaja de este sistema es que no utiliza cables de ningún tipo, aunque también resulta más caro.
El cerebro de la casa
Una vez resuelta la instalación es necesario disponer de un ordenador con el programa adecuado para controlar los sistemas de la casa. Hay empresas especializadas en domótica como Insteon o Crestron que ofrecen el sistema completo, desde los controladores hasta el programa de control.
Los aficionados al bricolaje también pueden recurrir a tiendas especializadas donde adquirir por separado los módulos para controlar cada electrodoméstico, y un control central para conectar al PC a través del puerto USB, como si fuese un periférico más. Se pueden encontrar programas de control compatibles por menos de 50 euros.
Además del control por ordenador, la mayoría de los sistemas pueden controlarse con un simple mando a distancia o con un PDA, e incluso hay algunos que permiten controlarlo todo con la voz.