Todavía habrá que esperar un tiempo para que los modelos de móviles con puerto universal de carga de baterías se conviertan en un estándar. Mientras tanto, el problema del babel de puertos y adaptadores para cargar el teléfono móvil cuando se está fuera de casa continuará. Ahora bien, una nueva tecnología desarrollada por un potente consorcio de empresas puede cambiar el panorama y facilitar la carga de una manera más cómoda y eficiente desde un punto de vista energético.
El objetivo último del Wireless Power Consortium es desarrollar un sistema de puertos inalámbricos que permitan la transferencia de energía entre dos puntos sin necesidad de cables. De este modo, en el futuro sería posible que desde el enchufe hasta el aparato que se desee activar eléctricamente no hubiera más que un campo electromagnético que excitara los electrones y los subiera a un estadio de energía superior.
Este consorcio, en el que participan empresas de la envergadura de Texas Instruments, Duracell, Logitech, RIM, Nokia, Sanyo o Phillips, ha impulsado las investigaciones en materia de transferencia inductiva de energía. Esta se da entre dos bobinas electromagnéticas situadas a una cierta distancia, pero que no se tocan. Aunque no haya contacto, se crea un campo electromagnético por el que circula energía. Una de las bobinas está conectada a la corriente del hogar y transfiere la energía a la otra, que se enchufa al dispositivo que se desea cargar.
Las ventajas de la carga inductiva, que ya se emplea en la recarga de implantes humanos, son una rebaja elevada del riesgo de accidentes y una mejora de la eficiencia energética
Las ventajas de la carga inductiva, que ya se emplea en la recarga de implantes humanos, como los marcapasos, y en coches eléctricos, son una rebaja elevada del riesgo de choque de electrones, o cortocircuitos, y, por lo tanto, un menor peligro de accidentes. Además, mejora la eficiencia energética porque, una vez que el terminal está cargado, se detiene la transferencia. En los nuevos desarrollos se evitan las pérdidas por calentamiento, el conocido fenómeno «standby«.
Aunque al principio la transferencia inductiva registraba unas tasas de sobrecalentamiento superiores y, por tanto, era más ineficiente desde el punto de vista energético, los nuevos desarrollos específicos para la carga de dispositivos electrónicos, como móviles, reproductores de MP3 o tabletas del tipoiPad, están preparados para reabsorber el calor que se genera en el sobrecalentamiento.
Modelos actuales
Los prototipos que por el momento se han llevado al mercado tienen la misma estructura, si bien pertenecen a compañías de calibre diferente. Para el gran mercado, la multinacional de las pilas Duracell ha lanzado MyGrid, que por el momento no se vende en tiendas españolas. En Internet, la empresa Pure Energy vende por catálogo el modelo WildCarge, con adaptación a un mayor número de modelos de teléfono que MyGrid.
La base de ambos modelos es una superficie de plástico con recubrimiento metálico en su parte superior y que se enchufa a una toma de corriente
La base de ambos es una superficie de plástico con recubrimiento metálico en su parte superior y que se enchufa a una toma de corriente. Esta es la bobina que pasará por inducción la energía, que se recibe en un pequeño sensor enchufado a la toma de corriente del móvil y que, o bien simula una pequeña antena en forma de disco, o es una funda protectora -solo para modelos de iPhone y algunos de Blackberry- con bobina receptora de energía.
Basta con posar uno o varios móviles sobre la superficie metálica para que se comiencen a cargar. Debe tenerse la precaución de dejar el móvil apoyado sobre la superficie trasera o, de lo contrario, la carga no será óptima. Cuando la carga se completa en todos los dispositivos, la luz de conexión se desactiva para evitar el sobrecalentamiento y el gasto de «standby». Por otro lado, si una persona o un animal se acercan a la superficie de carga, esta detecta la interferencia y se desactiva, con lo que protege frente a posibles peligros de quemaduras o electrocución.
Si una persona o un animal se acercan a la superficie de carga, esta detecta la interferencia y se desactiva
WildCharge, que también tiene soluciones para algunos tipos de tabletas y «ereaders», vende por separado en la Red la superficie cargadora y los distintos sensores, así como las fundas para iPod Touch, iPhone y Blackberry. El precio de una superficie cargadora con una funda es de 79,99 dólares. Por el momento, solo se vende en Estados Unidos.
Por su parte Phillips, empresa también implicada en el consorcio, lanzará en breve su versión del cargador inalámbrico, específica para iPhone 4/4S y de nombre DLP7210B, que consiste en una superficie de carga y una funda para el teléfono. Estará disponible en España a partir del mes de marzo a un precio de 99 euros. A diferencia de los otros dos modelos, este tiene un diseño más elaborado y elegante, de modo que no desentone en la decoración de un hogar o de la oficina.