Si como regalo de fin de curso -o por tu cumpleaños, o porque sí- ha aterrizado un dron en casa y no sabes qué hacer con él ni cómo se utiliza, lo primero que debes tener claro es que este artilugio es una aeronave. Sí, aunque haya costado 50 euros y sea para jugar y entretenerse un rato con él. Así que antes de echar tu dron a volar, conoce la ley que regula su vuelo, porque no todo lo que seguro que crees que se puede hacer lo permite la normativa vigente. Hasta puede caerte una sustanciosa multa. Te lo contamos a continuación.
La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), dependiente del Ministerio de Fomento, es la encargada de regular el funcionamiento de estos vehículos aéreos no tripulados. Y ello implica el obligado cumplimiento de una serie de normas de seguridad, recogidas por ley en el Real Decreto 1036/2017, en vigor desde el 30 de diciembre de 2017.
La normativa es muy clara y no deja lugar a interpretaciones. Un uso irresponsable del dron puede costar vidas, por lo que las multas pueden alcanzar los 225.000 euros e incluso ascender a los 4,5 millones si el dispositivo se emplea con fines profesionales. Así que vale la pena saber qué se puede hacer y qué no antes de sacar el dron y probarlo.
Normas para un uso recreativo o deportivo del dron
La AESA considera uso recreativo o deportivo aquel que se realiza con un modelo de menos de 25 kilos de peso. Para utilizar tu dron de forma segura en este tipo de vuelos de entretenimiento, esta agencia desarrolló una normativa que detalla lo que puedes y no puedes hacer:
- Sin perderlo de vista. No puede alejarse a más de 500 metros del piloto ni elevarse a más de 120 metros. Y si se quiere que vuele más allá, se deberá realizar un estudio de seguridad y conseguir una autorización expresa.
- Cuando brille el sol. Solo se puede hacer volar de día, en condiciones meteorológicas adecuadas (sin niebla, lluvia ni viento) y en zonas adecuadas para ello. Para saber en qué lugares es seguro volar un dron, la empresa que gestiona la navegación aérea en España ha desarrollado una aplicación gratuita (ENAIRE Drones) que, a través de un mapa, informa sobre los espacios en los que está permitido el vuelo de estos dispositivos.
- Sin necesidad de formación. No hace falta ser piloto, pero debes hacerlo volar con seguridad. Los menores de edad deben estar acompañados por un mayor de 18.
- La importancia del seguro. Eres siempre responsable de los daños que pueda causar tu dron. Por eso es recomendable que tengas contratado un seguro a terceros.
- Cumplir la ley. La difusión de imágenes de personas o espacios privados necesitan autorización de las mismas. No olvides cumplir la Ley de Protección de Datos y la del Derecho al Honor, Intimidad y propia imagen, y las restricciones de toma de imágenes aéreas, que dejan fuera zonas definidas por el Ministerio de Defensa y áreas dedicadas a actividades como tiro, instrucción aérea…
- Especial atención. No puedes volar sobre núcleos urbanos o grupos de población, playas concurridas, carreras populares o festivales.
- Lugares prohibidos. No se puede volar a menos de ocho kilómetros de aeropuertos y aeródromos. Tampoco está permitido hacerlo en espacio aéreo controlado ni donde se lleven a cabo otros vuelos a baja altura (zonas de parapente, paracaidismo, globos, ultraligeros, planeadores, etc.).
- El respeto es lo primero. No se puede poner en peligro o molestar a terceros (otras aeronaves, personas y bienes de tierra).
Normas para volar el dron por trabajo
Los requisitos se endurecen cuando el dron se utiliza con fines profesionales: se necesita un certificado teóricopráctico de piloto de dron emitido por una ATO (escuela oficial de pilotos) y un certificado médico aeronáutico LAPL (para drones menores de 25 kilos) o de Clase 2 (para dispositivos de un peso mayor). Asimismo, se debera disponer de manuales de operación y mantenimiento del aparato. Y por supuesto, un seguro a terceros.
Los drones de uso profesional deben estar identificados con una placa ignífuga donde conste el nombre de la operadora aeronáutica y un dato de contacto. La AESA también establece la necesidad de pedir y obtener autorización (tras un estudio previo de seguridad) para:
- Volar sobre aglomeraciones de edificios y grupos de personas. El dron tiene que pesar menos de 10 kilos y disponer de un sistema que reduzca los efectos del impacto (paracaídas de emergencia, por ejemplo).
- Volar de noche.
- Volar a menos distancia de la que marca la ley en las proximidades de aeropuertos, aeródromos…
- Volar en Espacio Aéreo Controlado y Zonas de Información de Vuelo.
- Volar más allá del alcance visual del piloto (si el dron pesa más de dos kilos).
En la actualidad, en España hay más de 3.600 empresas que trabajan con estas aeronaves no tripuladas. Y las previsiones de crecimiento son imparables. «Todo son ventajas. No son muy caros, y tienes capacidad de introducir en ellos sensores de todo tipo (cámaras de fotos o vídeo, multiespectrales, térmicas) y puedes adquirir los datos que van grabando, procesarlos y tratarlos», explica el profesor y director del ‘Master de Drones’ de la Universitat Politècnica de València (UPV) Israel Quintanilla.
El coste del dron varía según su uso y tamaño: «Por 50 euros hay drones buenísimos de uso recreativo; a nivel profesional, los hay desde cerca de 1.000 euros hasta varios centenares de miles», añade Quintanilla.
Las posibilidades que ofrecen estos aparatos son casi infinitas. De hecho, ya se usan para transportar medicinas en zonas inaccesibles de África, para desactivar minas antipersonas, llevar un salvavidas a personas en peligro de ahogamiento en el mar… «Incluso hay prototipos de drones para el transporte de personas», avanza Jordi Salvador, director de tecnología de la base de pruebas Barcelona Drone Center. Escenarios que hace poco parecían de ciencia-ficción son hoy una realidad.
Qué hago si me graba un dron
A pesar de todas las leyes que tienen que acatar los dueños de drones, puede que estos no las cumplan. Si das con uno de estos dispositivos grabando imágenes tuyas -da igual que sea en un lugar público o en uno privado-, tu única solución es denunciar. Puedes hacerlo a la policía o la Agencia de Protección de Datos. Es además aconsejable notificarlo tan pronto lo veas, para que lo retengan. Y para que la denuncia llegue a buen puerto, tienes que acompañarla de pruebas y, si puedes, de un vídeo del vuelo del dron por la zona.
Una advertencia: no lo derribes, ni siquiera si vuela por encima de tu jardín. En este caso serías tú el que estaría cometiendo el delito, por lo que podrías ser denunciado por el propietario del aparato.