En abril de 2001, Eric Gauthier conducía por el centro de Montreal cuando chocó con otro coche. Su conductor, Yacine Zinet, falleció en el acto. Según Gauthier, Zinet se había saltado un semáforo en rojo, provocando el accidente que le costó la vida. Sin embargo, un tercer testigo demostró que Gauthier mentía: su propio coche.
Eric Gauthier conducía a 157 km/h en el momento del impacto, tres veces más deprisa del máximo permitido en la zona. Se sabe porque, sin que él tuviera conocimiento, su automóvil estaba equipado con un ‘Event Data Recorder’ (EDR) o ‘caja negra’, una especie de cinta de cinco segundos de duración donde se graba continuamente el estado del coche: velocidad, aceleración, frenos, manejo del volante y uso del cinturón de seguridad.
Al igual que las cajas negras de los aviones, los EDR permiten reconstruir las circunstancias de un accidente
Al igual que ocurre con las famosas cajas negras de los aviones, los EDR permiten reconstruir las circunstancias de un accidente después de que se produzca, porque guardan un diario con los últimos cinco segundos anteriores a la colisión. Todos los modelos de General Motors llevan cajas negras desde el año 2004, así como una gran parte de los Ford. Aparentemente, más de la mitad de los modelos que circulan hoy en día llevan un dispositivo de estas características. Sólo que nadie lo sabe.
¿Seguridad o intromisión?
Aunque las Agencias de seguridad en carretera de todo el mundo consideran los EDR una ayuda irreemplazable para mejorar la seguridad vial dada la información que aportan, muchas asociaciones por los derechos civiles están preocupadas por la pérdida de privacidad. «La posibilidad de que estemos bajo escrutinio constante», afirma Stephen Keating, del Centro por la Privacidad en la Universidad de Denver, «tiene efectos sociales y efectos legales que todavía no hemos considerado». A Jim Harper, abogado y editor de Privacilla.org le preocupa enormemente que «la propiedad privada de las personas esté diseñada por el Gobierno [estadounidense]».
Por su parte Ann Cavoukia, responsable de privacidad del Gobierno en Ontario (Canadá), no considera positivo que la gente desconozca que hay una caja negra en su coche, y aduce que este hecho puede tener consecuencias perversas: «En combinación con los sistemas de navegación por satélite (GPS) sería posible vigilar cualquier coche desde cualquier lugar».
Otros expertos son más cautos a la hora de criticar la medida, pues consideran que el tema es delicado: seguridad a cambio de perder la intimidad. Opinan que, aunque resulte fácil meterlo en el mismo saco que las cámaras de vigilancia en la vía pública (ilegales en muchos países) o la intervención de teléfonos sin una orden judicial, los EDR son un ‘chivato’ cuya información es sólo relevante en caso de accidente, lo que cambia su condición de manera radical.
Muchas asociaciones por los derechos civiles están preocupadas por la pérdida de privacidad que suponen estas cajas negras
Eric Gauthier ha sido sentenciado a 18 meses de carcel por conducción temeraria. Su irresponsabilidad acabó con la vida de otra persona. Sin la información que la policía recogió de su coche, la familia del fallecido seguiría pensando que el imprudente era él.
El número de muertes por accidente de coche supera generosamente la suma de otras más publicidadas, incluyendo las de guerras o armas. Y, sin embargo, los fabricantes siguen produciendo modelos cuyas capacidades, sobre todo en materia de velocidad, rebasan dos y hasta tres veces el límite máximo de velocidad permitido en autopista.
España es el país europeo que más muertos por accidente de autocar acumula en los últimos doce años. Según un estudio del Real Automóvil Club de Cataluña (RACC), sólo un 60% de los 56.957 autocares que circulan por España están equipados con cinturones de seguridad.