Entrar en una habitación y que todos los dispositivos dispongan de corriente eléctrica sin necesidad de conectarse a la red de alimentación podrá ser una realidad a medio plazo. Los investigadores trabajan en una tecnología que, al igual que sucede con los teléfonos móviles o las conexiones de Internet inalámbricas, puede transportar energía sin necesidad de cables.
Imagen: André Mouraux
Dispositivos portátiles como teléfonos móviles, reproductores de MP3 y ordenadores que no necesiten cargadores ni baterías para funcionar, ya que podrían recargarse a distancia, son un sueño que puede hacerse realidad en pocos años. Para ello, los científicos trabajan en tecnologías que abren la puerta al control de la energía, utilizando teorías desarrolladas en el siglo XIX y principios del XX.
Tesla, el mago olvidado
Nikola Tesla es uno de los inventores más importantes de la historia. Concibió la radio, el motor de inducción eléctrico, las bujías, el alternador y el generador eléctrico de corriente alterna, entre otras cosas. Sin embargo, hasta hace pocos años sus invenciones fueron atribuidas a otros creadores que patentaron sus inventos antes que él.
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En los últimos años de su vida, Tesla se dedicó a intentar transmitir energía a través del aire, sin necesidad de cables y utilizando para ello la conductividad existente en las capas superiores de la atmósfera. Concretamente en la ionosfera. La idea de Tesla era producir energía y enviarla a cualquier lugar del planeta. Para ello, construyó una torre de más de 60 metros de altura llamada Wardenclyffe Tower para realizar sus experimentos. Sin embargo, la torre nunca se terminó del todo ni funcionó a plena capacidad debido a la falta de presupuesto.
Basándose en los conceptos desarrollados por Tesla, un grupo de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) liderado por André Hurs y Marin Soljacic, han realizado algunos experimentos para conducir la electricidad sin necesidad sin cables. Uno de los primeros experimentos desarrollados ha permitido mantener encendida una bombilla de 60 vatios a dos metros del enchufe más cercano.
Cómo funciona
El transporte de la electricidad se realiza creando un campo magnético entre dos fuentes que vibran en la misma frecuencia
El transporte de la electricidad se realiza creando un campo magnético entre dos fuentes construidas con bobinas de cobre; una conectada a una fuente de energía y la otra al dispositivo. De esta manera, se consigue mediante resonancia magnética que las dos fuentes vibren en la misma frecuencia e intercambien energía entre ellas sin afectar a otros dispositivos u objetos cercanos.
El método consiste en inducir electricidad a través de un fenómeno físico conocido como resonancia: Todos los objetos disponen de una frecuencia de resonancia determinada, y si dos objetos vibran en una misma frecuencia, la energía de la vibración aumenta.
La transferencia de electricidad se realiza dentro del espacio limitado por las bobinas, sin que ésta se disipe fuera de este espacio. Además, otros objetos situados dentro del espacio entre las bobinas con una frecuencia de vibración diferente no se ven afectados por la resonancia magnética ni la energía desprendida. Soljacic y su grupo aseguran que la disipación de la energía es inferior a otros sistemas que usan ondas de radio o láser. Según sus promotores, el sistema (por ahora) sólo pierde el 50% de la energía que invierte. Los inventores han llamado a esta tecnología «witricity» o «witricidad», de la unión de las palabras en inglés «wireless» y «electricity».
Uno de los primeros experimentos ha permitido mantener encendida una bombilla de 60 vatios a dos metros del enchufe más cercano
Quedan muchos años para ver en el mercado dispositivos que aprovechen esta tecnología, pero sus aplicaciones podrán ser aplicadas en infinidad de áreas, tanto empresariales, como industriales o en los hogares de los usuarios. Sin embargo, aún se deben estudiar los posibles efectos sobre la salud, aunque en principio no hay indicios de peligrosidad. La razón de su baja peligrosidad para la salud radica, a diferencia a los hornos microondas que emiten frecuencias eletromagnéticas de alta potencia, en que esta tecnología emite en frecuencias de baja potencia, que no son dañinas ni afectan a las personas a pesar de que estén situadas dentro de su radio de acción. No obstante, al igual que otras tecnologías que funcionan en baja potencia, como los teléfonos móviles, hacen falta numerosos estudios previos antes de su comercialización definitiva.
El pasado mes de agosto, Intel, la empresa líder en el sector de los microprocesadores, presentó un sistema para la transmisión de electricidad sin cables. Para ello, utilizan el mismo desarrollo impulsado desde el MIT, pero han conseguido una mejor eficiencia de la energía con un 75% de eficiencia. Es decir, sólo se pierde el 25% de la energía suministrada desde la primera bobina. Además, Intel está trabajando para mejorar la resonancia a diferentes frecuencias y lograr así una mayor distancia entre las bobinas, ya que actualmente la distancia de mayor eficiencia está en un metro. Si Intel logra hacer factible un desarrollo comercial de esta tecnología, será muy fácil para la compañía implementarlo en productos para portátiles y otros dispositivos electrónicos, dada su posición en el mercado.