Las tarjetas de visita tradicionales todavía predominan para compartir los datos de contacto con otra persona, sobre todo, por motivos de negocios. Esto se debe a que constituyen una forma fácil de intercambiar información. Ahora, sin embargo, ha surgido una alternativa que aúna estas ventajas con las características digitales. Son unos aparatos denominados poken.
Por su tamaño, los poken se asemejan a los llaveros. Pero el aspecto más original de estos diminutos dispositivos radica en su modo de funcionamiento. Permiten intercambiar información mediante el contacto durante unos segundos con otro dispositivo similar.
A pesar de que se tocan, los datos se transfieren de manera inalámbrica y cifrada. Se usa una tecnología propietaria inalámbrica basada en Near Field Communication. Cuando se enciende una señal luminosa de color verde, el poken avisa de que la transferencia se ha realizado con éxito.
La tapa del poken otorga personalidad al aparato, puesto que los diseños son variadísimos
Los poken se componen de dos partes. Una con forma de mano de cuatro dedos que recuerda a la de Cobi, la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona, y que sirve para conectar con otros dispositivos similares. En el otro extremo, un conector USB le permite enlazar con los ordenadores.
La tapa del mismo otorga personalidad al aparato, puesto que los diseños son variadísimos: animales (gatos, osos pandas, monos o abejas), personajes famosos o, en un estilo más sobrio, toman el aspecto de una memoria USB convencional. Estos aparatos emplean una pila de botón de litio no recargable, cuya duración máxima estimada es de ocho meses. Al cabo de este tiempo, el usuario debe sustituirla para que siga en funcionamiento.
¿Qué intercambian?
Los datos que se pasan mediante estos dispositivos combinan la información de las tarjetas de visita clásicas (teléfonos, dirección, correo electrónico, direcciones de mensajería instantánea, etc.) con información sobre las redes sociales. Disponen de atajos para conectar con más de 45 redes, entre ellas, Facebook, Tuenti, Twitter, LinkedIn, Xing, MySpace, Flickr y Last.fm.
Imagen: Hagen Graf
Gracias a las API que liberan estos servicios, funciona como un agregador de datos de redes sociales y se ven los últimos contenidos compartidos en cada una. De esta manera, los poken se convierten en una especie de tarjeta de visita social y se puede acceder a las páginas de cada una de las redes.
Por otro lado, este dispositivo organiza de manera automática los contactos y señala en qué momento se produjeron. El poken se conecta al ordenador como un dispositivo USB cualquiera, pero lleva al usuario a un archivo HTML que conduce, a su vez, a una página web dentro del sitio de poken. Allí el usuario debe registrarse y, en su página personal, introducir una fotografía y la información de contacto y de redes sociales que quiera almacenar en el aparato, con formato de vCard.
Si se pierde un poken, no contendrá ningún tipo de información sensible
El propio aparato no contiene la información personal del usuario y sus contactos, sino los enlaces cifrados para manejar estos datos en el sitio web de poken. Si se pierde, no contendrá ningún tipo de información sensible. Allí se centraliza la agenda y gestión de los contactos. Se registra una línea de tiempo con las personas que se han conocido, la fecha y hora de los encuentros y el nombre, fotografía y datos de contacto de la persona en cuestión.
Cada usuario gestiona sus contactos y accede a las fichas, siempre actualizadas porque los cambios que realicen los contactos se transmiten a través del sitio web. Esta tarea supone también una de las grandes bazas de las redes sociales profesionales como LinkedIn, Xing o Viadeo: mantener los contactos actualizados aunque cambien de puesto de trabajo, de teléfono o de dirección.
No sirven si no lo tiene nadie más
Imagen: Robert SanzaloneAunque es uno de los gadgets de moda entre los usuarios más tecnófilos, un problema evidente de este dispositivo es que no se puede utilizar de forma individual. Para que funcione y sea eficaz, precisa de que otras personas cuenten también con su poken.
El envío de una vCard a través de un teléfono móvil o una PDA, así como entregar una de las tarjetas de visita tradicionales, son de momento alternativas más versátiles, excepto en el caso de que ambas personas tengan un poken. El intercambio mediante teléfono móvil es un trámite que obliga a encender las respectivas conexiones Bluetooth y el proceso se ralentiza. Además, destaca el caracter digital. En los poken, los contactos se archivan de forma automática y, gracias a Internet, sus datos se mantienen actualizados.
Resulta llamativa la capa de relación personal que el poken añade a las redes sociales. Se han diseñado con la posibilidad de llevarlos como un llavero, pero también como un colgante alrededor del cuello. De esa forma, los usuarios se pueden reconocer e intercambiar su información, si lo desean, a la inversa de lo que sucede en bastantes redes sociales donde la relación se establece primero de manera virtual y después se organizan encuentros para “poner cara” a las personas.
Por otro lado, los poken funcionan de dos modos, el normal y el discreto. Este último se ha pensado para no rechazar en público a una persona que no se quiere añadir dentro de los contactos. A pesar de que el trámite se cumpla con aparente normalidad, el usuario no intercambia sus verdaderos datos, sino una tarjeta fantasma que la otra persona no sabrá a quién corresponde. Estos aparatos se pueden comprar por unos 20 dólares, 13,85 euros al cambio actual. Se venden poken individuales o en paquetes de 12 unidades.