En 2007 un artículo en la revista Wired hablaba del concepto del «yo cuantificado»: el interés por recoger toda la información que pueda medirse sobre los hábitos cotidianos de uno mismo. Esta idea, sumada al creciente desarrollo de la tecnología wearable, ha dado lugar a una enorme variedad de pulseras inteligentes. Estos pequeños dispositivos permiten recopilar y medir docenas de parámetros de la vida de la persona y gestionarlos desde el móvil para utilizarla de diversas formas. Las hay para todos los gustos y bolsillos. Este artículo repasa qué son las pulseras inteligentes, sus modelos más populares y cómo sacarles todo el partido.
¿Cómo funcionan las pulseras inteligentes?
Hoy en día existe en el mercado una gran variedad de pulseras inteligentes, pero la mayoría de ellas, sea de la marca que sea, funciona de forma similar. En términos generales, se conectan con el smartphone mediante Bluetooth. Luego, a través de una app especial o una función integrada en el propio sistema operativo del móvil, es posible organizar los datos recogidos y obtener ciertas estadísticas de ellos.
La cantidad y variedad de datos recopilados es diferente, según el modelo de pulsera que se utilice. Las más económicas se limitan a unos pocos parámetros de actividad física, como los pasos que se dan o la distancia que se recorre a lo largo del día. Los modelos más avanzados, por otro lado, pueden llegar a medir la frecuencia cardiaca y las calorías quemadas, además de incluir otras funciones como un GPS integrado para hacer seguimiento de los entrenamientos al aire libre (idóneo para runners o para amantes del esquí, por poner dos ejemplos).
El modelo y precio de la pulsera también determina sus características básicas, como si tiene pantalla o no, y la posibilidad de controlar algunas funciones del móvil, como la reproducción de música o las llamadas de teléfono, desde la propia pulsera.
Pulseras inteligentes: ¿para qué se pueden usar?
Las pulseras inteligentes o smartbands pueden tener diversos usos, pero en la gran mayoría de casos sus poseedores las utilizan para hacer seguimiento de actividad física. Las aplicaciones que se emplean en conjunto con estas pulseras permiten establecer diferentes objetivos en función del deporte que se practique; y tener esos objetivos anima al usuario a querer conseguirlos. En definitiva, juegan un poco con la ambición inherente al ser humano de querer superarse y ser el mejor en alguna actividad. De hecho, algunas de estas apps también enlazan el perfil del usuario con el de sus contactos en redes sociales, animándole a competir con ellos para ver quién obtiene mejores resultados.
Pero el seguimiento de actividad física no es la única utilidad que se le puede dar a las pulseras inteligentes. Otro uso bastante popular es como herramienta para comer mejor y tener una dieta más sana. La pulsera en sí no hace esta labor de control, pero las aplicaciones de algunas de ellas animan al usuario a hacer fotos de todo lo que come. Esta especie de «diario de comida» ayuda a ser más consciente de qué y cuánto se come y, a la larga, a mejorar los hábitos alimenticios.
Además, muchas de estas pulseras incluyen también funciones de monitorización del sueño. Gracias a ellas, la smartband puede medir cuántas horas ha dormido el usuario, así como la calidad de su sueño, es decir, si ha sido sueño profundo o por cuántas fases REM ha pasado. Tener esta información puede ayudar a mejorar las pautas de sueño y adquirir ciertas rutinas que permitan mejorar el descanso nocturno.
Con todo, hay que ser precavidos con las mediciones de las pulseras inteligentes, porque en general no son muy exactas. Si bien sus cálculos pueden ayudar a ser más conscientes del nivel de actividad física o la calidad del sueño, entre otras cosas, no hay que obsesionarse con sus resultados. Las pulseras inteligentes no son instrumentos de medida precisos, pero hay que reconocerles un mérito: el de saber motivar a sus usuarios y ayudarles a adquirir hábitos más saludables.
Las mejores pulseras inteligentes
Hay docenas de modelos de pulseras inteligentes, para todos los gustos y adaptadas a todos los presupuestos. La siguiente es una breve selección de algunos modelos destacados, bien por su precio, bien por sus características.
- Xiaomi Mi Band 2. La sucesora de la primera pulsera inteligente de Xiaomi cuenta con sensor de ritmo cardiaco, medidor de pasos y monitor de ciclos de sueño. Su pequeña pantalla permite usarla también como reloj y se interactúa con ella a través de un único botón. Avisa de notificaciones mediante vibración, resiste al agua y su batería dura unos 20 días. Por menos de 40 euros, es difícil encontrar una pulsera más barata con estas características.
- Misfit Shine 2. Misfit es una marca que tiene varios diseños de pulsera inteligente. El modelo medio es el Shine 2, que hace seguimiento de pasos, distancia, calorías y calidad del sueño. También puede avisar de llamadas y mensajes mediante notificaciones y es resistente al agua. No se carga, sino que funciona mediante una pila botón sustituible que dura hasta seis meses. Cuesta unos 98 euros.
- Samsung Gear Fit 2. Algo más cara que la anterior, esta pulsera de Samsung dispone de una pantalla de 1,5 pulgadas Super AMOLED, procesador de 1 GHz y 4 GB de almacenamiento. Sus funciones están centradas en la actividad física, con sensor de ritmo cardiaco, acelerómetro y GPS. Soporta agua y polvo. Desde su pantalla es posible controlar la reproducción de música en el móvil o ver las notificaciones del teléfono, entre otras cosas. Su precio es de unos 195 euros.
- Fitbit Charge HR. Fitbit es otra marca con una amplia variedad de pulseras inteligentes, desde la Flex 2 con funciones básicas que se puede comprar por entre 60 y 70 euros, hasta el Fitbit Surge, ya casi más smartwatch que pulsera, con un importe de 300 euros. El modelo Charge HR está a medio camino entre ambos. Con él se puede hacer seguimiento de pasos, distancia, ritmo cardiaco, calorías quemadas y ciclos de sueño. Su coste ronda los 120 euros.
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