A la hora de ubicar correctamente en nuestro hogar un equipo informático, debemos tener en cuenta que si no reúne las condiciones ergonómicas adecuadas puede favorecer la aparición de alteraciones visuales o musculares.
Para minimizar estos riesgos, debemos observar algunos consejos muy sencillos y prácticos, regulados por la transposición de la Directiva 90/270/CEE en el Real Decreto 488/1997, de 23 de abril, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas al trabajo con equipos que incluyen pantallas de visualización.
La pantalla
Los caracteres de la pantalla deberán estar bien definidos y configurados de forma clara (se deben leer los caracteres en cualquier punto de la pantalla).
Debemos aumentar el tamaño de los caracteres cuando sea necesario para verlos bien, así como el espacio entre los caracteres y los renglones.
La imagen de la pantalla deberá ser estable. Se debe comprobar que no se produzca parpadeo. Ajustar el brillo y el contraste entre los caracteres y el fondo de la pantalla según las condiciones del entorno.
La orientación y el grado de inclinación debe ser el adecuado. La distancia de la pantalla al ojo debe ser igual o mayor de 40 cm.
El teclado
El teclado deberá ser inclinable para adoptar una postura cómoda que no provoque cansancio en los brazos o las manos. Comprobar que existe espacio suficiente para apoyar los antebrazos en la mesa es una medida necesaria.
La superficie del teclado deberá ser mate para evitar los reflejos.
Los símbolos de las teclas deberán resaltar suficientemente y ser legibles desde la posición normal de trabajo.
La mesa de trabajo
Deberá ser poco reflectante, tener dimensiones suficientes y permitir una colocación flexible de la pantalla, del teclado, de los documentos y del material accesorio.
Lo ideal es disponer de un atril o portadocumentos ajustable y reclinable, colocado de tal modo que se reduzcan al mínimo los movimientos incómodos de la cabeza y los ojos.
Se debe tener el espacio suficiente para poder adoptar una posición cómoda en todo momento.
El asiento de trabajo
Deberá ser estable, proporcionando al usuario libertad de movimiento y procurándole una postura confortable.
La altura del mismo deberá ser regulable.
El respaldo deberá ser reclinable y su altura ajustable.
Si no disponemos de una silla y mesa regulables en altura, debemos colocar un reposapiés que tenga 45 cm de ancho, 35 cm de profundidad y una inclinación entre 0º y 15º.