Se parece a la popular Blackberry pero no lo es y, además, se llama “Blockberry”. La anuncia el presidente de Estados Unidos, pero es un montaje fotográfico. Es un teléfono “shanzai”, es decir, una imitación barata pero que funciona y, en China -y en algunos lugares de África-, se vende de forma masiva entre la población rural, mayoritaria en este gran país. Ahora, las recreaciones del gigante asiático llegan a Occidente como objetos de culto y desde numerosos blogs se les rinde tributo. Lo “shanzai” gusta y divierte en la Red y, se asegura, en ocasiones mejora los productos fabricados en Estados Unidos y en Europa.
Imagen: Balazs Gal
Hay dos teorías etimológicas para explicar el origen de la palabra «shanzai» aplicada a la tecnología. La primera se refiere a los bandidos «shanzai», que fueron el equivalente occidental a «Robin de los bosques», unos héroes populares que se negaron a pagar los tributos que les exigían los funcionarios corruptos y robaron al imperio en favor del campesinado. Así se explicaría que los productos «shanzai», sobre todo teléfonos pero también portátiles que imitan al MacBook Air o tabletas que imitan al iPad, se destinen a la población de las pequeñas ciudades de provincias chinas, con fuerte sabor rural. Su precio es bajo porque sus fabricantes ahorran mucho dinero al regatear las altas tasas que debe pagar la tecnología en China. Por su parte, el Gobierno del país lo aceptaría, consciente de que ésta es la única forma en que la era digital puede llegar a muchos puntos.
Su precio es bajo porque los fabricantes ahorran mucho dinero al regatear las altas tasas que debe pagar la tecnología en China
Una segunda teoría haría referencia a la ciudad de Shenzhen, en la costa sur de China, que es una de las grandes ciudades-fábrica mundiales de tecnología, sobre todo para marcas occidentales como Apple. Allí mismo, diversas redes «despistarían» algunos prototipos hacia factorías locales donde se replicarían y distribuirían a un precio más asequible por la China interior. Esta teoría se apoya en que «Shenzhen» en mandarín con acento cantonés se pronuncia «Shanzai». Precisamente, en la provincia cantonesa de Guanzou está la ciudad de Guangdong, el principal centro logístico de la tecnología que se fabrica en Shenzhen.
Destino rural
Sea uno u otro el origen de la palabra, lo cierto es que ambas teorías sirven para definir un mercado interior de tecnología a precio bajo, que en China consiguió colocar en las zonas rurales durante 2007 más de 1.100 millones de teléfonos móviles de última generación, según la consultora Gardner, y que ahora amenaza con filtrarse a Occidente para competir con las grandes marcas. Aunque esta competencia debería darse en Europa en un mercado sumergido, ya que la violación de patentes dificultaría su venta legal, podría ser la única alternativa en zonas de África donde China tiene una creciente influencia y donde los productos occidentales resultan prohibitivos. Se sabe que algunas empresas chinas ya venden en países africanos móviles «shanzai».
Algunas empresas chinas ya venden en países africanos móviles «shanzai»
Estos productos están pensados en exclusiva para el mercado interior chino, que es mucho más pobre que el de las grandes ciudades y tiene un componente rural importante, por lo que ha estado alejado de la tecnología. Aunque un teléfono «shanzai» ha esquivado todo tipo de impuestos, que en China son muy altos para la telefonía móvil, su llegada a zonas alejadas favorece los planes del Gobierno de llevar el progreso y las nuevas tecnología a todos los rincones del país.
Los productos «shanzai» también consiguen importantes rebajas en su precio de coste gracias al uso de la tecnología de la empresa taiwanesa Mediatek, que los abastece de componentes, lectores de discos e incluso procesadores, a un precio muy inferior al de otras marcas como Intel. Por otro lado, las marcas «shanzai» se desprecian y rechazan de plano por parte de la población urbana, que las considera burdas imitaciones, hasta el punto de que «shanzai» ahora también sirve para designar lo tosco o «paleto».
Objetivo Apple
Aunque las empresas «shanzai» copian y adaptan casi todos los dispositivos que se comercializan en Occidente, los aparatos que fabrica la compañía norteamericana Apple son los principales objetos de deseo de los consumidores de Asia y, en consecuencia, son un claro objetivo «shanzai». Se cree que uno de los prototipos del futuro iPhone 4G extraviado hace pocas semanas ya ha llegado a Shenzhen vía Vietnam y estaría en proceso de copia. También el iPad se ha replicado y ya se han podido ver algunos prototipos en los blogs de tecnología.
Otros aparatos, como los ordenadores MacBook Air ya se han readaptado e, incluso, según algunos expertos, mejorado. Se les ha dotado de algunas funciones que el original no tenía. Tal es el caso del portátil ultraligero de Apple o de la tableta iPad, que en la versión «shanzai» tiene tres puertos USB, salidas multimedia HDMI y lector de discos DVD, pese a que los dispositivos de Apple no tienen ninguna conexión externa por motivo de intereses económicos, ya que la compañía de la manzana evita así que entren en el aparato contenidos que no controla.
Como no podía ser de otra manera, Internet se ha convertido en el principal foro para informarse sobre las novedades “shanzai” y deleitarse con las recreaciones de los fabricantes chinos. Los blogueros de todo el mundo se entusiasman con el ingenio con que se recrean algunas piezas y las adquieren durante sus viajes para someterlas a análisis y pruebas de uso. Blogs como Shanzai.como Cloned in Chinadan puntual noticia de los nuevos modelos copiados, mientras que la revista on line Engadgetha creado una cuenta en Twitter sólo para promocionar las noticias sobre este sector.