Contratar a una empresa de seguridad para que gestione la utilización de videocámaras que controlen la entrada de intrusos en el hogar sigue siendo, hoy en día, una opción interesante. Pero este mercado ha evolucionado mucho en los últimos años. En la actualidad, hay modelos de videocámaras que aplican tendencias tecnológicas como el almacenamiento de las grabaciones en una “nube” privada y de pago, el empleo de técnicas de grabación a 360 grados, el seguimiento de focos móviles o bien la identificación de sujetos domésticos frente a otros individuos que resulten sospechosos. Además, son dispositivos que destacan por su sencillez de uso e instalación y cuyo coste no resulta excesivo. Este artículo muestra cuatro videocámaras atractivas por sus avances y su precio.
Los nuevos modelos de videovigilancia doméstica no solo se pueden utilizar para preservar la casa de agresiones, sino que también son útiles para garantizar la seguridad de los hijos
Algunos de los modelos descritos en este artículo son novedades de última hora que todavía no han llegado a nuestro país, pero que se pueden adquirir en las páginas web de origen o que pronto se espera ver comercializándose en España. De todos modos, este sector está en plena expansión, como todo lo relacionado con la Internet de las cosas y la domótica a nivel de usuario. Por eso, en el futuro es muy posible que se vea un montón de diseños de bajo precio pensados para fines de videovigilancia, tal como ha sucedido con las cámaras para grabar deportes en el exterior.
Por otro lado, estos equipos de viovigilancia no solo se pueden emplear para preservar la casa de agresiones, sino que también son útiles para garantizar la seguridad de los hijos pequeños y las mascotas.
Flir FX
El fabricante Flir ha lanzado en fechas recientes el modelo FX. Esta cámara de pequeño formato, similar en forma y tamaño a las cámaras de acción usadas para deportes de exteriores, se instala con facilidad en cualquier ángulo de una habitación, de modo que deje captar el escenario principal donde pueda ocurrir un acontecimiento.
Entre otras funciones, este dispositivo cuenta con la capacidad de condensar la filmación, a fin de ahorrar tanto batería como tiempo de búsqueda de la imagen que interesa. Es capaz de detectar alteraciones del escenario, como la entrada de focos en movimiento, y activar entonces la grabación, de forma que pueda funcionar ahorrando batería. De este modo no se necesita en días un enchufe cerca. También puede hacer grabación en continuo y detectar los diferentes elementos que aparezcan en escena. Si se quiere visionar después el vídeo en busca de un ladrón, pero se tiene un perro o un gato, la cámara mostrará condensadas imágenes del animal, otros elementos de la familia y el intruso, cada una con los minutos y el día donde aparecen. De esta manera se puede ir directamente al momento exacto que interesa.
La Flir FX posee una capacidad de almacenaje de ocho gigabytes gracias a una tarjeta SD, lo que en su calidad de imagen puede alcanzar una semana, además de sistema de infrarrojos para visión nocturna. También se pueden guardar las grabaciones en una «nube» que pone el fabricante -con un coste mensual-, ya que la cámara dispone de conectividad wifi. Esto posibilita que se puedan ver las grabaciones, aunque no se esté en casa, y, además, que el límite de almacenamiento sea muy superior. Su importe es de 199 dólares.
Dropcam
Dropcam fue en junio pasado la última adquisición de Google para su proyecto de domótica, al que también se ha sumado a Nest, una empresa de termostatos. Dropcam es una videocámara de ligeras dimensiones y gran facilidad de instalación que va sobre un pie plano que se puede poner en suelos, techos o paredes. Funciona conectada a un enchufe y tiene conectividad wifi para enviar a la «nube» de la empresa las grabaciones.
Posee capacidad para grabar hasta 30 días, pero supone que mandará las imágenes a la «nube» y habrá que pagar 299 dólares al año. La otra alternativa es contratar grabaciones solo semanales que se van borrando, por 99 dólares al año. También permite no contratar almacenamiento y en tal caso usar las aplicaciones que tiene para iOS y Android, de modo que se pueda ver en el smartphone las grabaciones en tiempo real. El coste del dispositivo es de 199 euros.
iCamPRO
iCamPRO figura como el último proyecto del fabricante de cámaras Amaryllo, que además ganó el Premio a la innovación en el certamen CES de Las Vegas. Esta cámara de pequeño formato y forma esférica con suelo plano que está compuesta de dos piezas, la superior de las cuales gira sobre el eje de la inferior. De este modo, cuando el dispositivo está dispuesto en un lugar de la habitación o el salón, su parte superior, que es la que contiene la lente y el sensor de filmación, puede ir girando en 360 grados.
Esta capacidad se suma a la existencia de diversos sensores de luz y movimiento que detectan un cuerpo ajeno en la escena y permiten que la lente gire sobre sí misma siguiendo el trayecto del cuerpo en toda su actividad. Así se evitan los ángulos muertos donde se podría refugiar un posible ladrón, la mascota o el bebé para hacer una trastada.
La iCamPRO tiene conectividad wifi para enviar las imágenes a una «nube», con un cifrado de alto nivel, 256 bit, así como visión interna, gracias a un sistema de captación de infrarrojos. Posee 32 gigabytes de memoria interna, pero las imágenes también se pueden mandar a la «nube» Google Drive, donde la empresa regala 16 gigabytes. Todavía no hay fecha para su comercialización, aunque ya ha conseguido en Indiegogo la financiación para su desarrollo.
360fly
360fly es una videocámara que, como su nombre indica, es capaz de grabar en un ángulo de 360 grados en horizontal y 290 grados en vertical, lo que implica casi la totalidad de su entorno. A diferencia de la iCamPro, no tiene movimiento, sino un objetivo de gran angularidad. Los vídeos que se obtienen son similares a las imágenes que captan los coches de Google Street View, ya que se pueden ir moviendo en todos los planos para ver lo que ocurre en el lugar en un determinado momento. Es idóneo para colocar en lugares centrales de las habitaciones o el salón. Su precio, no obstante, se dispara, dada su alta calidad de imagen y tecnología: 500 dólares.
Canary
Canary es un proyecto de videovigilancia que fue presentado en Indiegogo durante 2014 con un gran éxito de recaudación, pero que ha tardado en culminarse, aunque en la actualidad esta videocámara ya puede encontrarse en modo comercial por 249 dólares en Internet. Por el momento, ha recibido buenas críticas de los analistas.
Este dispositivo se puede colocar en paredes o zonas de la casa que permitan un amplio control de los espacios y que interactúa vía wifi y conectividad remota con el móvil del usuario, de modo que este puede recibir todo tipo de alertas en la aplicación desarrollada a tal efecto. El propietario también puede controlar desde su smartphone su activación y desactivación. Se activa cuando todos los integrantes de la casa están fuera de su campo de control. Además, lanza alarmas por falsos positivos, pero el usuario le indica que lo que ha detectado es una cortina que se movía o un animal doméstico; es decir, aprende de sus errores.