La reproducción de música hoy en día se concentra sobre todo en los ordenadores portátiles o smartphones, por lo que cada vez es más movible. A raíz de este fenómeno han surgido los altavoces inalámbricos, que no se conectan con la fuente de sonido por cable y se pueden poner en cualquier sitio. Algunos destacan por su forma, que se adapta a espacios reducidos o resulta fácil de llevar encima, sin renunciar a la potencia. Otros tienen un precio muy asequible para la calidad que ofrecen. Este artículo explica cinco modelos de etapas de sonido inalámbricos aparecidos en el mercado durante el último año, dos de ellos barras de sonido y los otros tres altavoces de diseño.
Barras de sonido
En todos estos altavoces la calidad de sonido se combina con el diseño
Una nueva modalidad de los altavoces inalámbricos son las llamadas barras de sonido. Las forman dispositivos longitudinales y de corta elevación que contienen en su interior ristras de varios pequeños altavoces, de modo que se equiparan a lo que antes se llamaba como home cinema. Con ello se busca distribuir mejor la potencia de sonido en el espacio, lo que se conoce como efecto envolvente y, a la vez, crear un cierto desfase en la recepción que aumente la sensación estereofónica.
Son formatos 5.1, es decir cinco altavoces y un subwofer interno, o caja de graves, que amortigua estos sonidos, aunque algunos son 7.1 e incluso 5.2, con doble caja de graves. Su uso principal, al menos para el que están pensadas, es de acompañamiento y mejora del sonido de los actuales televisores planos. Pero, gracias a su cualidad de conexión inalámbrica, pueden conectarse también vía Bluetooth con ordenadores, smartphones y tabletas y emitir su música con una calidad nada desdeñable.
Pioneer SBX-N550 es una de las barras de sonido que incorpora la caja de graves en su interior y además presenta un diseño escueto y alargado, idóneo para colgar de una pared o situar en espacios de poca profundidad. Tiene dos altavoces y dos cajas de graves, además de un amplificador que alcanza hasta los 140 vatios, una potencia considerable. Por otro lado, cuenta con conectividad wifi -lo que permite en una casa conectarlo a varios aparatos- y Bluetooth. Su precio medio es de 300 euros, pero se puede encontrar por la mitad en tiendas de Internet.
Similar en aspecto es el Sony HT-CT180, aunque presenta caja de graves externa, lo que condiciona su portabilidad, ya que suelen ser pesadas. Aplica dos altavoces con amplificación hasta los 100 vatios y conectividad tanto Bluetooth 4.0 como NFC. Resulta apropiado para escuchar música de móviles que funcionen con el sistema operativo Android. Su coste recomendado es de 250 euros.
Altavoces de diseño
Otra gama interesante es la de los altavoces con diseños llamativos, que encajan en hogares con decoraciones modernas y no alteran el estilo de las personas que viven. En este caso priman tanto las formas y los colores como la calidad del sonido o el tamaño del dispositivo.
El primer modelo destacado es el Samsung WAM 7500, pensado como un altavoz fijo que emite sonido en 360 grados y tiene forma de lámpara blanca semiovoidal. Una versión más pequeña y con batería interna que le permite funcionar sin cable durante un tiempo es el WAM 6500. Ambos son inalámbricos con conectividad Bluetooth. Se espera que en breve Samsung los lance al mercado y se conozca su precio.
Por su lado, los altavoces Devialet Phantom son un prodigio de diseño galáctico, con aspecto de encajar en la película ‘2001, una odisea en el espacio’, pero que presentan unas condiciones de sonido de gran calidad. Su tamaño es el doble de un balón de rugby, pero ofrece una calidad de equipos de mucho mayor volumen. Además, se caracteriza porque incorpora dos altavoces contrapuestos en una esfera semielíptica, de modo que las vibraciones de uno eliminan las del otro y así neutralizan los graves, por lo que no se necesita subwofer. Su coste, sin embargo, los hace solo asequibles a los oídos más exquisitos y las carteras mejor alimentadas: de 1.690 a 1.999 euros.
Finalmente, los OM/ONE son una gama de altavoces de pequeño formato. Sobresalen por presentar un fenómeno de levitación gracias a su base magnética, que hace de polo repulsivo del altavoz en sí, del mismo signo magnético, y lo mantiene en el aire y girando debido a la ley de Maxwell sobre campos electromagnéticos. El resultado es que la parte levitante es un altavoz en forma de bola con sonido de 360 grados que no supone ninguna barrera física a su expansión en todas las direcciones posibles. Además, decorativamente este altavoz no deja indiferente y se vende en varios diseños y precios. El valor medio oscila entre los 179 euros y los 299 euros.