Si hace un par de años los móviles con cámara de fotos eran poco comunes, ahora se han popularizado hasta el punto de que prácticamente todo modelo que sale al mercado viene de serie con cámara. En 2003 se vendieron más de un millón de terminales con cámara en España, y 125 millones en todo el mundo. Sin embargo, las reducidas dimensiones de los móviles obligan a prescindir de muchas de las prestaciones de una cámara digital convencional. Por ello, la calidad final de estas instantáneas es muy baja, aunque no todo está perdido: un poco de práctica y el cuidado de una serie de factores ayudarán a que la calidad mejore notablemente.
Un problema de tamaño
El mejor exponente de que las formas de comunicarse están cambiando es el móvil. De las simples llamadas y los mensajes de texto (también conocidos como SMS, mensajes cortos de texto, en inglés), se está pasando a los mensajes que incluyen imágenes estáticas, vídeo y sonido. Estos nuevos mensajes se conocen como MMS (servicio de mensajes multimedia, en inglés) y han empezado a popularizarse en los dos últimos años, gracias a los móviles con cámara de fotos integrada. Los MMS necesitan una red de comunicaciones especial (GPRS o UMTS) y de un móvil compatible que acepte este tipo de mensajes (no todos los móviles aceptan mensajes MMS). Si el móvil no es compatible sólo aparecerá el texto (no aparecerán ni las imágenes ni el sonido), aunque ciertas operadoras de telefonía ofrecen la posibilidad de ver el mensaje con todos sus contenidos accediendo a una dirección de Internet.
Además de su aplicación original (obtener imágenes para los mensajes), las cámaras de los móviles han ganado protagonismo en otras funciones: como fondo para la pantalla del móvil, como identificador para los contactos de la agenda (haciendo que, al recibir una llamada, aparezca en pantalla la cara de la persona que está llamando) o como simple cámara para sacar fotos y luego imprimirlas.
Sin embargo, para este último caso, cualquier cámara digital convencional que tenga unas prestaciones normales supera con creces las capacidades de las cámaras de los móviles. Y es que la calidad de estas cámaras es, todavía, muy baja, y no sirve para imprimir estas fotografías con una definición aceptable. En cambio, su calidad sí es suficiente para ver las fotos en un ordenador. Estas cámaras integradas en los móviles todavía están lejos de satisfacer las expectativas de los usuarios, ya que, según un estudio realizado por DiceLaRed, sólo el 10% de los usuarios valora muy positivamente la calidad de la cámara de su móvil.
El tamaño es la principal causa de la escasa calidad que ofrecen las cámaras integradas. En menos de la mitad del espacio que ocupa una cámara de fotos tradicional, se “aprietan” todos los componentes del móvil y su batería, junto con el objetivo y los circuitos propios de la cámara. A pesar de que ya empiezan a comercializarse móviles con cámaras de mayor calidad (alguna alcanza incluso los dos MegaPíxeles, esto es, tres veces menos que las cámaras digitales domésticas de última generación), en general, ni siquiera llegan a un tercio de megapíxel (16 veces menos que una cámara digital convencional). Sin embargo, es posible sacarle partido a la cámara del móvil si se conocen bien sus prestaciones y se sigue un código de “buenas prácticas”.
Resolución, zoom y flash
La calidad de las fotografías obtenidas con las cámaras de los móviles, al igual que con las cámaras digitales convencionales, depende de una serie de factores como son la resolución, el zoom o la iluminación.
Resolución
Es el factor que más influye en la calidad final de las fotos. La resolución indica la cantidad de diminutos puntos (píxeles) de los que está compuesta una imagen. Siempre hay que usar la máxima resolución que ofrezca la cámara, ya que así se obtiene la más alta calidad posible, permitiendo editar la imagen más tarde y ajustar o reducir su tamaño. Pero, a su vez, el peso de la fotografía (el tamaño que ocupa en kilobytes) también aumentará notablemente, por lo que si más tarde se desea enviar en un mensaje, éste tardará más en ser recibido.
La resolución de las cámaras de los móviles (y también la de las cámaras digitales convencionales) se mide en megapíxeles. Es el número de píxeles (puntos de imagen) que componen la fotografía, y se obtiene multiplicando el alto por el ancho de la imagen. Así, por ejemplo, una imagen que mida unos 30 centímetros de alto por 30 de ancho estará compuesta por, aproximadamente, un millón de píxeles, es decir, un megapíxel.
Zoom
Se distinguen dos tipos de zoom; el óptico y el digital:
Zoom óptico: es el clásico zoom de las cámaras analógicas (las de carrete). Se basa en el movimiento de una serie de lentes para acercar el campo de visión y así obtener fotografías en las que el objetivo aparezca más cercano. La calidad que ofrece esta clase de zoom es muy alta, y, si no se abusa, es casi imposible detectar diferencias entre una foto obtenida con zoom o sin él.
Zoom digital: no usa ningún movimiento de lentes para aumentar el campo de visión, sino que el acercamiento se realiza aumentando el tamaño de los píxeles que componen la imagen. El resultado es una imagen de una calidad peor, ya que en el proceso se pierde nitidez y resolución.
Aunque ya existe el primer móvil con cámara dotada de zoom óptico, la mayoría de los móviles, debido a su reducido tamaño, sólo disponen de zoom digital. Siempre es mejor hacer la foto sin zoom y luego editarla en el ordenador personal, eliminando las partes de la imagen que sobren, para no perder así parte de la exigua calidad que estos dispositivos ofrecen.
Flash
Hoy en día pocos móviles incorporan flash, pero si se dispone de esta utilidad, lo recomendable es utilizarla cuando la iluminación sea insuficiente. Aunque las cámaras de los móviles están preparadas para obtener imágenes de calidad en condiciones de escasa luz, usar el flash nunca está de más si se duda de que las condiciones de iluminación sean las óptimas. Es importante saber que el flash consume mucha batería, por lo que tampoco se tiene que usar en exceso.
Trucos para mejorar la calidad
Además de la resolución, el zoom y el flash, existen otros puntos a tener muy en cuenta para conseguir la máxima calidad de las fotografías hechas con el móvil.
Enfocar desde cerca
Debido a su baja calidad, las cámaras de los móviles ofrecen mejores resultados en las distancias cortas. Si el objetivo está demasiado lejos, será necesario usar el zoom o editar la imagen con posterioridad, auque la calidad será aún peor.
Fotografiar objetivos estáticos
Para hacer fotos a elementos que están en movimiento con una cámara tradicional se usan velocidades de obturador muy altas, combinadas con películas especiales, más sensibles a la luz que los carretes normales. Sin embargo, en las cámaras de los móviles no existen carretes especiales y no se suele poder ajustar la velocidad de obturación, por lo que fotografiar un objetivo en movimiento dará como resultado una foto borrosa y de mala calidad. Aún así, en ciertos modelos existen funciones, como el ajuste del balance de blancos, que permiten, en condiciones de buena iluminación, fotografiar objetos en movimiento con una calidad aceptable.
Así mismo, también es muy recomendable mantener el móvil lo más estático posible. De esta forma se conseguirá que la cámara enfoque correctamente, con lo que la calidad final de la fotografía mejorará.
Editar las fotos en el ordenador
Además de hacer fotos, han aparecido varios móviles en el mercado que permiten realizar unas pequeñas funciones de edición sobre la imagen que se ha obtenido, para así eliminar partes que sobran o añadir efectos decorativos. Sin embargo, un móvil no es, ni mucho menos, tan potente como un ordenador, ni ofrece todas las posibilidades de un equipo informático doméstico. Para conseguir unos resultados correctos, será necesario pasar las fotos al PC y, desde él, usar un programa de retoque fotográfico, como Adobe Photoshop (propietario y de pago) o GIMP (libre y gratuito).
Tener en cuenta el retardo
Las cámaras de los móviles y las digitales convencionales pecan del mismo problema a la hora de pulsar el disparador: sufren un ligero retardo (inferior a dos segundos) desde que se dispara hasta que se realiza la foto. Este retraso se debe a que la cámara ha de ajustar varios parámetros para obtener la mejor calidad de imagen. Por tanto, interesa evitar el error de pulsar el disparador y mover inmediatamente el móvil. En ciertos modelos, este retardo puede ser desactivado o reducido de forma considerable, aunque la calidad final de la fotografía puede verse resentida.
No confiar totalmente en la imagen que muestra la pantalla del móvil
La pequeña pantalla de un móvil no es capaz de mostrar todos los detalles de una fotografía. Aunque se muestre una imagen bien iluminada, sin sombras y sin zonas borrosas, es posible que existan estos defectos, que no podrán ser detectados y corregidos hasta que las imágenes sean transferidas a un ordenador para ser editadas.
Los problemas que sufren las cámaras de los móviles se irán subsanando, según los expertos, y el propio progreso tecnológico hará que cada vez la calidad de estos dispositivos se acerque más al de las cámaras digitales convencionales. Cada vez se comercializan cámaras integradas más avanzadas, por lo que todo apunta a que en unos años este problema de calidad habrá desaparecido y se podrá usar el móvil como si de una cámara fotográfica estándar se tratase.