Los selfies o autorretratos tomados con el móvil están de moda. Son una de las tendencias más difundidas en las redes sociales, donde se comparten cientos de miles cada día y nuevos usuarios aprovechan cualquier oportunidad interesante para exhibirse frente a la cámara del smartphone en un lugar interesante o junto a una personalidad de fama reconocida. Más allá de si el selfie -que viene del inglés self, uno mismo- es una muestra de un individualismo imperante en la era digital, este tipo de retratos suponen una expresión nuestra ante los demás. Como tal, estas autofotos pueden hacernos quedar bien y darnos relevancia, pero también pueden perjudicarnos si la imagen es imperfecta, ridícula o no viene a cuento. Este artículo ofrece siete consejos para asegurar el triunfo con los selfies.
1. El contexto, fundamental
El objetivo último del selfie es ser compartido en el máximo de redes sociales, desde Instagram a Facebook, Pinterest o Twitter -incluso en LinkedIn-, pasando por los servicios de mensajería como WhatsApp. Esto quiere decir que irá a destinos muy diferentes. Lo que en una red puede ser gracioso en otra puede antojarse ridículo, grosero o incluso grotesco. Por lo tanto, se debe discriminar dónde compartiremos nuestro autorretrato y a quién va dirigido.
Si es un «selfie» romántico, no tiene sentido colgarlo en canales públicos
Si es un selfie romántico, insinuante o incluso de contenido explícito dirigido a una persona determinada, lo que se conoce como sexting, no tiene sentido colgarlo en canales públicos. Podemos limitarlo entonces a vías como WhatsApp, siempre procurando que no sea utilizado de forma indebida por el destinatario. Y tal vez merece la pena ponderar canales como Snapchat o Telegram, que aseguran al máximo la privacidad.
Si la autofoto es vacacional, puede que no tenga sentido mostrarla en redes laborales como LinkedIn o en Twitter, si es que usamos esta red para asuntos profesionales. Conviene valorar cada circunstancia.
Del mismo modo, no es de recibo aburrir a los contactos de Facebook o Instagram con autorretratos de reuniones profesionales o asuntos promocionales.
2. Cuidar el escenario
Un selfie puede ser solo de nuestra cara, esta acompañada de otra de un amigo o una persona famosa, o bien de nosotros mismos en un escenario determinado, como cuando estamos de viaje y queremos mostrar un paisaje muy conocido. En tal caso, es importante centrar bien la imagen propia, pero también las referencias traseras.
Si estamos con un famoso, es importante que su cara resulte más visible que la nuestra
Si estamos con un famoso, es lógico que su cara resulte más visible que la nuestra, y también que ocupe el lugar central de la autofoto, que lo que queremos es presumir. A nosotros nos veremos cada día en el espejo, pero a la personalidad es probable que no lo volvamos a saludar; así que el autorretrato es la prueba de que un día le conocimos.
Y lo mismo ocurre con parajes populares: debemos buscar que las referencias que indican el lugar sean lo más visibles y centrales posibles, como la Torre Eiffel en París.
3. La iluminación, fundamental
Una mala iluminación puede estropear un buen selfie, ya que por muy bien centrada que tengamos la imagen, si el sensor de la cámara no puede captar bien el detalle, la calidad de la fotografía será deficiente. Y para colmo, al compartirla en las redes sociales, le aplicaremos formatos de compresión que todavía le restan más calidad.
En consecuencia, se debe priorizar la iluminación, de modo que procuremos tener el sol siempre a favor, pero sin llenar la pantalla, ya que entonces quemará la imagen. Tampoco conviene estar frente al sol si el día es muy luminoso, pues apareceremos en la foto con una mueca, a no ser que llevemos gafas de sol. La solución es buscar que el sol quede en uno de los laterales del eje que formaremos con la cámara, pero sin crear reflejos.
4. Evitar a toda costa los flashes
Una mala iluminación nos puede estropear un buen autorretrato
De noche, a la salida del cine, nos encontramos con una persona famosa y queremos un selfie con ella. Si aplicamos el flash al autorretrato, la luz nos molestará y nos obligará a hacer una pequeña mueca. Además, saldremos con los ojos rojos y cara de vampiros, algo que no nos satisfará a ninguno. Es siempre mejor acercarse a una lámpara o una farola para recibir luz indirecta y, quizás, aumentar el tiempo de exposición de la fotografía apoyando la cámara en algún sitio o con buen pulso.
5. Poner cara de «selfie»
Por la poca distancia que mediará entre el smartphone y nosotros, la imagen que obtendremos en nuestras autofotos siempre estará distorsionada por la profundidad de campo, de modo que saldrán aumentadas y deformadas las partes más cercanas al objetivo: nariz más gruesa, ojos hundidos, mentón prominente, etc. El resultado de un autorretrato con caras serias se parecerá a una reunión de hombres de cromañón mirando algo desconocido.
Hay que saber poner cara de selfie para restar importancia a estas alteraciones. Esto es: guiñar un ojo, tomar la foto en ángulo cenital -desde arriba-, esconder el mentón, sonreír de forma exagerada, sacar la lengua, entornar los ojos o abrirlos mucho, etc. Todo ello buscando la bis cómica que quite hierro a las deformidades. Una autofoto es siempre una instantánea improvisada y oportuna.
6. Evitar usar el brazo
Los móviles de gama alta disponen de programas correctores de los temblores
Cuando usamos para el selfie nuestro propio brazo como sostén del smartphone, hay muchas probabilidades de que la imagen capturada sea deficiente. En primer lugar, porque nadie nos garantiza tener un buen pulso en determinadas circunstancias, aunque el peso de los teléfonos sea hoy en día muy liviano.
Por fortuna, los móviles de gama alta disponen de programas correctores de los temblores, pero lo que no tienen son correctores de las deformaciones de la profundidad de campo, con lo que si queremos captar una imagen general a brazo alzado, nos saldrá con una perspectiva grotesca.
Si queremos tomar un selfie de nuestro atuendo en un día determinado, lo mejor es emplear un espejo de cuerpo entero donde reflejarnos y fotografiar el reflejo.
7. Utilizar temporizadores
Por otro lado, en un autorretrato conjunto, si podemos dejar la cámara en una superficie estable y usar un temporizador para ponernos a la distancia adecuada, tanto mejor saldrá la imagen. En caso de que la cámara del smartphone no tenga temporizador de fábrica, se pueden utilizar distintas aplicaciones que lo incorporan. Self Timer Camera es idónea para iPhone. Para móviles con Android se puede emplear Camera MX.