En menos de diez años, el sector de los televisores ha experimentado una evolución digna de un relato de ciencia ficción. De los aparatos de tubo y rayos catódicos, se ha pasado a las pantallas de 42 pulgadas, planas y que pueden colgarse en la pared. Ahora le toca el turno a nuevos dispositivos capaces de mostrar imágenes en tres dimensiones sin necesidad de usar gafas especiales. Los principales fabricantes ya tienen listos algunos modelos de pantalla a 1080 píxeles (Full HD) con el soporte correspondiente.
Imagen: Jim Frost
En la pasada feria tecnológica IFA, celebrada en Berlín, se mostraron los futuros productos que se lanzarán al mercado de la electrónica de consumo. En este certamen, algunos de los principales fabricantes de televisores, como Samsung, JVC y LG, desvelaron sus primeros prototipos de pantallas en tres dimensiones (3D), que no comercializarán antes de tres años.
Panasonic y Sony han asegurado que el próximo año pondrán a la venta televisores que soportarán imágenes en 3D mediante diferentes tecnologías
Sin embargo, otras marcas no esperarán tanto: Panasonic y Sony han asegurado que durante 2010 pondrán a la venta modelos que soportarán imágenes en 3D mediante diferentes tecnologías, ya que cada firma ha desarrollado su propio sistema. Panasonic ha apostado por los televisores de plasma con una frecuencia de refresco de imagen de 100 hercios (cada centésima de segundo), mientras que Sony ha diseñado varios prototipos de pantalla basados en tecnología LCD y con una frecuencia 200 hercios (200 actualizaciones por segundo).
Estos televisores coincidirán con nuevos lectores Blu-Ray 3D, capaces de reproducir películas en este formato, que todavía no se ha consolidado debido a la escasa oferta de títulos y su elevado precio. La propuesta de Panasonic es unreproductor Blu-Ray 3D FullHD (vídeo), con muchas posibilidades de convertirse en un estándar aprobado por la industria de contenidos, puesto que las negociaciones entre la empresa y el sector audiovisual están muy avanzadas.
Nueva tecnología, nuevos cables
El soporte para vídeos en tres dimensiones supondrá que muchos dispositivos externos y cables de conexión tengan que ser sustituidos por otros modelos compatibles con esta nueva tecnología. En la actualidad, se desarrolla una especificación de los conectores de alta definición HDMI para soportar formatos gráficos en tres dimensiones.
Se desarrolla una especificación de los conectores de alta definición HDMI para soportar formatos gráficos en tres dimensiones
De momento, los contenidos que se podrán visualizar en estos televisores serán películas y videojuegos, aunque ya se han realizado algunas experiencias con otras emisiones. El pasado mes de mayo, France Tv y la operadora Orange retransmitieron en esta tecnología la final de tenis de Roland Garros. Para ello, utilizaron cámaras especiales con una doble lente que simula la visión humana.
Respecto a los videojuegos, Sony ha declarado que la consola PlayStation 3 será compatible con la tecnología 3D, ya que podrá convertir una imagen en dos para crear el efecto tridimensional. El soporte a esta tecnología se hará mediante una actualización del firmware (la parte del software que interviene en el modo del funcionar del hardware) del dispositivo, pero no será compatible con todos los juegos ni está confirmado si todas las versiones de la PS3 lanzadas al mercado desde 2006 serán compatibles con esta actualización.
Creación de una imagen tridimensional
La base de la técnica que hace posible mostrar imágenes en 3D se conoce como estereoscopía y consiste en crear la ilusión de profundidad en las mismas. Muestra una visión diferente para cada ojo, que al ser unidas por el cerebro recrean la imagen como una información visual tridimensional.
Esta técnica copia la forma en la que ven los humanos, ya que cuando se contempla un objeto distante, cada ojo obtiene una visión del mismo desde un ángulo diferente, el cerebro recopila la información procedente de los órganos oculares y la une en una sola imagen.
Cuando se contempla un objeto distante, cada ojo obtiene una visión del mismo desde un ángulo diferente y el cerebro recopila la información
Hasta la fecha, para visualizar una película en tres dimensiones es necesario utilizar unas gafas especiales, que crean esta ilusión óptica. Los fabricantes de televisores trabajan en prototipos de pantallas 3D que eviten su uso.
Los primeros modelos de gafas 3D disponían de una lente azul y otra roja. Estas lentes filtraban en cada ojo una parte de la imagen, para mostrar dos espectros diferentes al cerebro. Ahora se utilizan filtros polarizados (una lente polarizada de forma horizontal y la otra vertical) que muestran un número de colores superior que el de las antiguas gafas.
Problemas de visión
Debido a la forma en la que se producen estas imágenes, un porcentaje minoritario de la población no puede procesar esta tecnología. Es el caso de personas con problemas de visión, como ojo vago (ambliopía), estrabismo o visión en un solo ojo. Además, en ocasiones, las imágenes tridimensionales pueden ocasionar dolor de cabeza y mareos.
De la misma manera, las personas que utilizan gafas pueden sentir una gran incomodidad al colocar encima los modelos polarizados o les resulta imposible usar ambas a la vez.
2009 será recordado como el año en el que el cine volvió a las películas en 3D después de varios intentos en décadas pasadas. Estas primeras experiencias de tridimensionalidad digital se interpretan como una vía para recuperar los niveles de asistencia de los espectadores a las salas de cine. No obstante, aunque las películas en 3D enriquecen la experiencia visual, el precio de las entradas se encarece entre dos y tres euros por butaca.
A pesar de todo, el estreno de películas de animación como “Monstruos contra alienígenas” y “Up”, ha supuesto el pistoletazo de salida de una tecnología que requiere un tipo especial de salas habilitadas para soportar el nuevo formato; otro handicap de cara a un hipotético éxito. Quizá por el difícil panorama que plantea el cine de gran formato en 3D, la industria ha optado por entrar en los salones domésticos, en consonancia con los hábitos actuales de consumo.