Los nuevos dispositivos móviles que incorporan las redes de quinta generación (5G) ya están aquí. Esta tecnología, que promete descargas de hasta 10 gigas por segundo, mejor cobertura y mejor conectividad, ha llegado para quedarse. Pero ¿es el momento de invertir en ella o es preferible esperar hasta que el 5G sea real? ¿Cómo afectará a otras tecnologías como la TDT (Televisión Digital Terrestre)? Lo analizamos en el siguiente artículo.
El 5G ha llegado. Eso dicen, al menos, algunos operadores de telefonía. Pero ¿es algo realmente revolucionario? ¿Cómo lo notará el usuario? Con cada nueva tecnología, surgen muchas preguntas sobre lo que hay a su alrededor, y esta iteración de redes móviles no es una excepción. Lo que se denomina 5G es la quinta generación de las redes de telefonía móvil, herederas del 4G o LTE (Long Term Evolution o Evolución a Largo Plazo), y que representan una mejora, principalmente,en términos de latencia (tiempo de ida y vuelta delos datos), cobertura y velocidad, algo que puede cambiar no solo la forma de comunicarnos desde un smartphone, sino desde cualquier dispositivo conectado a la red, como un coche o la casa, en un futuro inminente. Es decir, el famoso IoT (Internet of Things o Internet de las Cosas).
Ahora bien, si nos ceñimos a la normativa actual, todavía no se ha definido lo que se puede llamar 5G propiamente dicho. Tenemos una especificación del estándar de velocidad, pero faltan dos elementos clave: la definición del margen de latencia y de la dimensión de la capilaridad de las redes (número de dispositivos conectados al mismo nodo o celda), dos aspectos básicos para la futura revolución del IoT que se espera con el 5G. Adicionalmente, aún se está debatiendo en Europa la regulación de todos los aspectos que rodean a la seguridad de las redes telefónicas de quinta generación.
Pero entonces… ¿el 5G existe?
Pese a este hándicap, la convención general en la industria de las telecomunicaciones sí que lo tiene claro. A la espera de la certificación de las autoridades, ya identifica como 5G a las redes que alcanzarán velocidades de descargade hasta 10 Gbps, una cifra que en la actualidad no ofrecen ni las mejores conexiones de fibra óptica en España. Ello supone multiplicar por 10 el máximo que se ha logrado sobre redes 4G+ (evolución de la tecnología 4G). Esto haría que se pueda descargar a una velocidad de un gigabyte por segundo (Gbps) o, poniéndolo de forma más gráfica: si cada uno de los 73 capítulos de todas las temporadas de la serie de televisión Juego de Tronos pesa 500 megas, los tendríamos todos descargados en 36,5 segundos. En teoría.
La carrera de las redes de telefonía móvil de quinta generación no está tanto en aumentar la velocidad —pese a que sea el elemento más publicitado y que mejor llega al público—, sino en otros factores como la mayor capacidad para gestionar una mayor capilaridad.Las redes 5G contarán con la capacidad de reunirhasta 100 dispositivos a la vez por metro cuadrado encada una de ellas. Y esto, ¿para qué es útil? Imaginemos un concierto en el que se reúnen 50.000 personas en un estadio: ahora suele fallar la cobertura debido a la saturación de la red o el creciente número de aparatos smart conectados al mismo tiempo.
En ambos casos, la capilaridad de la red 4G empieza a quedarse corta y solo se podría solucionar instalando más antenas para aumentar la capacidad. El despliegue del 5G se hará utilizando los mismos emplazamientos que tienen hoy las antenas 4G, que dan cobertura a todo el territorio nacional. Esto, en la práctica, significa que,con las mismas antenas, contaremos con una mejor cobertura, independientemente del número de aparatos conectados en nuestra posición.
Imagen: staboslaw
Cobertura hasta en el ascensor
Otra de las cualidades del 5G será la mejora de la cobertura en interiores. Esto se produce gracias al uso de las bandas más bajas del espectro radioeléctrico, como las de 80, 90 y hasta 700 MHz. Las más altas, al tener una longitud de onda mayor, permiten mejorar el ancho de banda (es decir, ofrecen más velocidad, más gigas por segundo), pero proporcionan un menor alcance o, lo que es lo mismo, no llegan tan lejos. Estas, las bajas, a pesar de ser más lentas, aumentarán la cobertura en interioresy desterrarán situaciones engorrosas como quedarnossin cobertura en el ascensor. Es un fenómeno similar al que experimentamos ahora mismo con la radio de nuestro coche al entrar en un túnel, donde las frecuencias de FM (entre 88 y 108 MHz) se pierden, pero las de onda corta o AM (entre 500 y 1600 KHz) se pueden escuchar.
Hay un aspecto clave que apenas notará el usuario pero que, quizás, sea el más relevante técnicamente, y potencialmente, el más revolucionario: la reducciónde la latencia. Esto significa que el tiempo de respuesta de la red pasará de 100 milisegundos (4G) a tan solo 20 en 5G, con el potencial de que se llegue a cotas de entre 1 y 4 milisegundos. Esto hará que la respuesta, desde quese emite hasta que llega al otro lado de la Red, sea prácticamenteinstantánea. Solo hay que imaginar lo que puede suponer para proyectos de áreas como medicina (cirugía de precisión a distancia), transporte (conducción remota de flotas, vehículos autónomos) o, en un plano más lúdico y cercano, a la hora de jugar a juegos online, donde tendremos una respuesta inmediata de nuestros comandos con el personaje en pantalla (el tan temido lag o retraso de los amantes de los videojuegos).
Las redes actuales, ¿son 5G real?
Si aún no hay una normativa sobre el 5G, ¿por qué se han lanzado a la piscina algunas operadoras de telefonía publicitando sus redes de quinta generación? El 5G que se ha desplegado en 2019, al menos en España, está formado por redes 5G NSA(Non Stand Alone). Estas redes trabajan tecnología 5G sobre redes 4G y, por tanto, no pueden ofrecer el 100 % de las cualidades de esta tecnología, sobre todo en términos de velocidad y cobertura.
Por su parte, el 5G SA (Stand Alone), es decir, sobre redes realmente de quinta generación, constituye un avance que, según las previsiones de las operadoras, no llegará hasta finales de 2020 o, incluso, principios de 2021. La fecha dependerá de la diligencia con la que se haga la subasta del segundo dividendo digital (es decir, la liberalización de frecuencias para dejar espacio a las redes 5G) y veamos cómo queda el reparto del espectro radioeléctrico el año que viene, en el que, además, se dará acceso a la banda de los 700 MHz.
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Pero ¿enqué consiste este proceso? El gestor del espacio radioeléctrico es el Estado, quien a través de una subasta, para la que se presentaron sus plazos pertinentes a través del BOE, ofrece la licencia a diferentes frecuencias, ya sea para operadoras o para cadenas de televisión y radio. El espectro radioeléctrico es limitado y, por tanto, hay que repartirlo tanto para las señales de TDT como de telefonía móvil. Es la razón de que tengamos que “sintonizar” nuestra televisión, porque cada canal emplea una frecuencia. Cómo ocurrió con la llegada del 4G, es necesario liberar ciertas frecuencias del espectro radioeléctrico para acomodar esta nueva tecnología y reordenar el uso de las frecuencias por parte de todos los licenciatarios.
Las implicaciones en la TDT
Esa subasta, por otra parte, no solo importa a las operadoras de telefonía. Tendrá también un impacto en todos y cada uno de los ciudadanos, porquela Televisión Digital Terrestre (TDT) deberá «mudarse» de frecuencias paradejar sitio al 5G. Esto no solo significa colocar otra vez los canales en nuestro televisor: las comunidades de vecinos tendrán que volver a llamar, antes de marzo de 2020, a los técnicos para reprogramar las antenas comunitarias. Se calcula que entre un 15 y un 30 % de los casos tendrán que reantenizar de nuevo si lo que tienen son cabeceras modulares. La fecha en la que la TDT dejará de emitir en la banda de 700 MHz está prevista para marzo de 2020. En junio estará repartido el último pedazo del espectro radioeléctrico que, ahora sí, verá unos pocos meses más tarde la llegada del verdadero 5G.