Los jóvenes y adolescentes, como usuarios de las redes sociales o comunidades virtuales, además de consumir contenido, lo crean. Sin necesidad de ser influencers, comparten a diario en comunidades virtuales comentarios, imágenes y vídeos con información personal sobre ellos mismos, pero también sobre amigos y familiares. Toda esta información conforma su identidad digital y puede estar al alcance de cualquiera. Por eso, en este artículo, desde el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), a través de Internet Segura for Kids (IS4K), te enseñamos a protegerla.
Mostrar una imagen positiva en Internet
La aceptación social de la sobreexposición y la fácil accesibilidad a las tecnologías para captar una imagen hace que, en muchas ocasiones, se comparta contenido en la Red sin reflexionar, sobre todo en la etapa de la adolescencia, caracterizada por la impulsividad.
Si hace unos años cometíamos alguna imprudencia, se quedaba entre los presentes, y como mucho se ampliaba a nuestro círculo de amistades. Si además existían imágenes, se compartían en papel fotográfico. Los negativos estaban bajo nuestra custodia, así que era complicado que pudieran difundirse más allá.
Sin embargo, hoy en día, las imágenes pueden viralizarse con rapidez y quedar disponibles en Internet durante mucho tiempo, lo que puede afectar de manera directa a la reputación y privacidad de la persona que aparece en ellas.
Debemos partir de la idea de que “no hay una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión”. Por eso, es necesario que antes de compartir una instantánea hagamos un balance:
- ¿Me importaría que esta foto la viera cualquiera? Pensando en desconocidos, vecinos, la familia, pareja, Recursos Humanos, jefes…
- ¿Seguiré sintiéndome cómodo con esa instantánea dentro de unos años? ¿Me puede dar vergüenza en el futuro?
- ¿Qué imagen transmite de mí esa foto? ¿Me puede perjudicar? ¿Aporta algo positivo o negativo a mi imagen en Internet?
- ¿Puede resultar molesta para otras personas que salen en la foto? ¿Están de acuerdo en que la comparta?
Es fundamental enseñar a los menores a crear y mantener una identidad digital positiva desde que comienzan a usar Internet, mostrándoles las consecuencias y los riesgos de publicar contenidos que perjudiquen su reputación en la Red, como pueden ser el ciberacoso o las dificultades para acceder a un puesto de trabajo en el futuro, entre otros.
Cuando los padres exponemos a nuestros hijos
El problema no siempre está en aquello que el propio menor comparte. En ocasiones, padres, amigos y familiares también influyen en la construcción de su huella digital. Son muchos los progenitores que comparten contenidos de sus hijos en la Red, práctica conocida como sharenting. Existen análisis que manifiestan que el 75 % de los menores cuenta con fotografías en Internet con tan solo dos años de edad.
Incluso aquello que se comparte en principio en círculos familiares o de amigos, puede quedar al alcance de desconocidos. Lamentablemente, a veces se utilizan imágenes descontextualizadas en redes de intercambio de contenidos íntimos de menores, que denominamos “contenidos de abuso sexual infantil”, y que desde INCIBE tratamos de combatir con proyectos como la campaña #StopAbusoMenores de 4NSEEK.
Más allá de estos riesgos, lo primero que debemos pensar como padres es el papel que tiene la tecnología en la rutina familiar y el modelo de uso que les queremos transmitir, incluyendo la reflexión sobre la forma en que compartimos, quizás de forma excesiva, este contenido, atentando a su intimidad de hoy y a su “rastro digital” futuro.
Si queremos borrar un contenido propio publicado por un tercero, no resulta sencillo, pues aunque contactemos con el autor para solicitar su eliminación, será difícil contar con la garantía de que alguien no haya guardado una copia y ese contenido pueda ser compartido de nuevo en un futuro. No obstante, cualquier usuario cuenta con mecanismos a su alcance para reportar en aquellas redes sociales/plataformas donde esté ocurriendo el problema. También será posible solicitar el derecho al olvido en los principales buscadores web, contar con la Agencia de Protección de Datos (AEPD) cuando se trate de contenidos sensibles y/o recurrir a la Línea de Ayuda en Ciberseguridad de INCIBE, 017, gratuita y confidencial. Además, debemos considerar que la publicación de fotografías de menores de manera ajena no está permitida y es susceptible de ser denunciada por el propio menor una vez cumpla los 14 años.
Imagen: is4k
Cómo proteger nuestra imagen digital
- Pensar antes de publicar un contenido. Aquello que compartimos será nuestra carta de presentación ahora y en el futuro frente a otras personas. Por eso, se debe evitar publicar contenidos inadecuados que puedan fomentar riesgos y dañar nuestra imagen, como por ejemplo, contenido sobre violencia, odio, consumo de drogas y alcohol o prácticas de anorexia y bulimia.
- Configurar de manera adecuada las opciones de privacidad. Es adecuado revisar los parámetros de las redes sociales para restringir el alcance de las publicaciones o activar el control del etiquetado. Hay que tener en cuenta que, aunque se limiten las publicaciones tan solo a los contactos, si tenemos 700 “amigos”, la información no es privada.
- Ser selectivo al aceptar amistades. Tanto a la hora de publicar como a la de aceptar amistades, se debe hacer la reflexión de si en la vida real contarían a esas personas lo que les cuentan a través de las redes sociales.
- Limitar la difusión de datos personales o sensibles. Compartir información que no revele datos privados, teniendo en cuenta que en una simple foto existen muchos elementos que están aportando información: el lugar desde el que se ha tomado (la habitación, el instituto, el parque…), geolocalización exacta (si el móvil guarda las coordenadas GPS en la imagen), rutinas, actividades y aficiones (incluyendo el lugar y la hora de publicación), amigos (que aparecen o que dan “me gusta”, comentan o comparten), el poder adquisitivo familiar (móvil, vestuario, el entorno, etc.) e, incluso, detalles propios (pírsines, tatuajes, ropa interior o fotos sugerentes).
- Saber cómo reaccionar. Es importante que cualquier menor conozca cómo debe reaccionar ante cualquier incidente en la Red relacionado con su privacidad, por ejemplo: solicitar ayuda lo antes posible, borrar los contenidos o no ceder ante posibles sextorsiones.
- Velar también por la identidad digital de los demás. Es igual de importante cuidar de nuestra identidad digital como de la de terceros. No debemos publicar información o imágenes de los demás sin su permiso, mucho menos si estas son dañinas y/o perjudiciales hacia otras personas.
- Apoyarse en información y recursos de Internet Segura for Kids de INCIBE. El portal de IS4K es una fuente a la que se puede recurrir para profundizar sobre la adecuada gestión de la privacidad. Además, tiene recursos con los que poder reflexionar en familia y desde el aula.
- Línea de Ayuda en Ciberseguridad de INCIBE. Ante cualquier duda o incidente siempre es mejor contar con ayuda profesional. Para ello, INCIBE pone a tu disposición el teléfono 017 de manera gratuita y confidencial.