Desde que en 2010 la vicepresidenta de la Comisión Europea Neelie Kroes desvelara el plan Agenda Digital Europea 2020 y sus objetivos para la siguiente década, se ha debatido mucho sobre sus posibilidades de éxito. Por lo pronto hay un acuerdo total en que se trata de medidas necesarias para reconvertir la maltrecha y anticuada economía europea en otra moderna y competitiva, pero se hace hincapié en la asimetría de la Unión y en la dificultad de que todos los países la desarrollen al mismo ritmo. Tenga un éxito rotundo o no, de momento la hoja de ruta de la vicepresidenta Kroes está impulsando numerosos avances en materia de telecomunicaciones y regulación de la economía digital.
Siete puntos fundamentales
Por el momento la Agenda está impulsando numerosos avances en materia de telecomunicaciones y regulación de la economía digital
La Agenda Digital Europea marca siete pilares en torno a los que conseguir hitos para que la Unión Europea sea en 2020 una potencia tecnológica y digital. Dentro de estos pilares la comisión no ha fijado unos objetivos claros, sino que los va marcando en función del ritmo al que evolucionen las distintas economías y también según avance la innovación tecnológica. Los pilares son:
Un mercado único digital dinámico: Este tal vez sea el punto más importante, puesto que el resto están supeditados a él y su función es hacer posible este espacio común digital. La medida más agresiva para conseguir este espació único europeo es la abolición del roaming -el primero de julio de 2014-, visto por autoridades y usuarios como un impedimento para el libre uso del móvil y la tableta fuera de las fronteras nacionales. No pocos estudios indican que cuando más consume un usuario es cuando está viajando, especialmente si se trata de un viaje turístico.
En este sentido, el uso del móvil para buscar información sobre restaurantes y tiendas, pero también sobre museos y actividades locales, incentiva la economía, ya que los usuarios pueden incluso hacer las compras de entradas desde su dispositivo. La Comisión Europea calcula que sin el roaming se crearía un mercado que generaría 110.000 millones de euros anuales, además de un plus de 800 millones en quince años para las operadoras, que les compensaría de las pérdidas del fin del roaming.
Acceso rápido y ultrarrápido a Internet: Un mercado único digital, por muy exento de roaming que esté, no tiene sentido si no está sustentado en unas infraestructuras de telecomunicaciones suficientemente sólidas y modernas. Uno de los objetivos para 2020 es que en todo el territorio comunitario la velocidad media de acceso a Internet para todos los usuarios sea de 30 megabits por segundo, con independencia de si tal acceso se hace por un punto fijo -ADSL, cable, FTTH– o por banda ancha móvil, ya sea WiMax, 3G o 4G.
Interoperabilidad y normas: La Comisión cree que el mercado de las telecomunicaciones europeo es demasiado complejo, con los veinte operadores actuales, y quiere fomentar las fusiones entre ellos, o como mínimo las asociaciones y la cooperación, para que no se duplique el despliegue de infraestructuras. También quiere hacer desaparecer la elevada competitividad existente, que provoca que muchas veces no salgan adelante proyectos comunes.
La Comisión quiere un mercado con cuatro o cinco grandes empresas comunitarias que operen en todo el espacio común. Del mismo modo, dicta normas que armonicen los distintos mercados de telecomunicaciones, de modo que para 2020 exista ya un espacio jurídico digital único.
Confianza y seguridad: La Comisión es muy firme en materia de privacidad de los usuarios y en el rechazo al crimen o la estafa en la economía digital. La Agenda Digital Europea busca crear unos estándares de seguridad que garanticen en todos los países que las compras y transacciones no son interferidas, y también que los usuarios pueden usar los servicios sin temor de que sus datos serán utilizados para otro fin que no sea el de reconocerle en un comercio en su siguiente compra.
Investigación e innovación: La Agenda Digital Europea invierte mediante diversos fondos en distintos proyectos de innovación que hagan en la próxima década de Europa un líder tecnológico. Uno de ellos es el desarrollo comercial del grafeno como nuevo material informático, para el que la Unión invertirá 1.000 millones de euros durante los próximos diez años. Otro es la tecnología de redes de datos 5G, llamada a sustituir al 4G con velocidades de acceso de un gigabit por segundo en movilidad. Al 5G se destinarán hasta 2020 50 millones de euros.
Fomentar la alfabetización, la capacitación y la inclusión digitales: Para que la totalidad de los ciudadanos de la Unión puedan acceder con igualdad de condiciones al espacio común digital europeo, la Agenda Digital fomenta cursos de formación y orientación tecnológica e impone planes de aprendizaje de esta materia en las leyes educativas de las distintas naciones.
Aplicar las TIC a retos sociales, como el cambio climático o la promoción de la diversidad cultural: En este apartado los objetivos están muy enfocados a la lucha contra el cambio climático racionalizando el consumo, incentivando el reciclado y la recompra de productos reutilizables.
No obstante, la Comisión incentiva el despliegue de ambos tipos de acceso para asegurar el valor mínimo en zonas rurales o de poca densidad urbana. Para la Agenda Digital es prioritaria la transición a la fibra óptica en los grandes núcleos urbanos, acompañada del despliegue de la tecnología 4G, que asegura un mínimo de 20 megabits por segundo en movilidad, en aquellas zonas donde sea difícil o poco rentable la creación de un tendido de infraestructuras terrestres. La Agenda ya ha fijado 2014 como el año en que el 4G debe regir en toda Europa.