Internet supone una ventana abierta a la libertad de expresión para todos los seres humanos; la entrada a un mundo donde nadie pone barreras al conocimiento y donde cada uno elige hasta dónde quiere saber sobre los más variados temas. Estas carácterísticas hacen de la Red un instrumento peligroso para los regímenes dictatoriales, que basan su poder en el control y la ignorancia de las personas. La cibercensura, liderada por China, se está convirtiendo en problema grave en algunos países y en una tentación para ciertos gobiernos democráticos.
China, la censura descentralizada
Según el diccionario de la Real Academia Española, la censura es una intervención. En esos términos, todos los gobiernos censuran cuando regulan los límites del espacio público con el Código Legal. La ley establece que no se pueden decir mentiras ni obscenidades sobre un tercero, disponer de su intimidad o insultar al prójimo. Son las vicisitudes de la vida en sociedad.
Pero la ley, cuando se aplica en democracia, también defiende el derecho del individuo a expresar su opinión sin represalias. Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.”
Desde hace una semana, los internautas chinos han perdido el acceso a Google, que ha sido sustituido por su homónimo chino
Lo que tradicionalmente se entiende como censura es la intervención del poderoso sobre ese derecho cuando su ejecución no infringe los derechos de los demás. Es un método tradicional de control en los estados dictatoriales que se ha impuesto sobre la Red en varios rincones del mundo: China, Cuba y los Emiratos Arabes.
Desde hace una semana, los internautas chinos han perdido el acceso a Google, que ha sido sustituido por su homónimo chino (Google.cn) y anula el resultado de búsqueda de ‘contenido sensible’, como “independencia de Tibet”, “matanza de Tiananmen” o “derechos humanos”.
El funcionario local es el Rey
A nivel internacional, ha sido la gota que colma el vaso, pero el organigrama de vigilancia que mantiene el Gobierno chino es mucho más complejo y se desgrana por zonas donde la censura es ejercida por el funcionariado local. Ben Lehman, diseñador de videojuegos residente en Shangai, decribió la situación con estas palabras:
“Muchos extranjeros ven China como una nación monolítica, pero el Gobierno central ejerce, en realidad, muy poco control directo. La mayor parte de las cosas (incluyendo la censura) están completamente en manos de los funcionarios locales”.
Ben Lehman: “En China la mayor parte de las cosas (incluyendo la censura) están completamente en manos de los funcionarios locales”
Lehman, relata su experiencia en el país en relación con la cibercensura asegurando que “hay sitios a los que puedo conectarme desde mi barrio en Shanghai y en cambio no puedo desde una cafetería del centro”. De la misma manera, según el internauta se va moviendo por provincias o condados, encuentra nuevos listados de sitios censurados. “Blogspot es inaccesible en la mayor parte del país, pero está disponible en el Shandong rural”, explica Lehman.
“Google y Gmail están disponibles en la mayor parte de sitios?”, prosigue, “hasta que el ‘comisario’ del barrio se levanta con el pie izquierdo de la cama y decide ‘apagarlos’ durante una semana”. En algunas partes del país a todo lo que se puede acceder es a QQ y Sina.com; ni siquiera se puede visitar la página oficial del Gobierno.
Cuba: los restos de una revolución
En términos de cibercensura, Cuba es una dictadura a la vieja usanza: el Estado se reserva el monopolio absoluto de la información. Los medios de comunicación y cualquier intento de prensa alternativa es rápidamente eliminado y castigado con veinte años de cárcel.
En este contexto, no es nada sorprendente que la compra de equipos informáticos o el contrato con un proveedor sólo sea posible mediante un permiso especial del Estado que se concede rara vez, para asegurar que se hace un uso “social y colectivo” de la maquinaria.
Los cubanos pueden conectarse a la Red en cualquiera de los cibercafés con terminales disponibles, pero les es imposible hacerlo en la intimidad de su casa
O que se impida el acceso a contenidos “terroristas, xenófobos o pornográficos”, como las páginas personales de exiliados cubanos o webs de noticias independientes que critican la dictadura castrista.
Los cubanos pueden estudiar informática y conectarse a la Red en cualquiera de los cibercafés con terminales disponibles, pero les es imposible hacer lo mismo en la intimidad de su casa, con la excepción de funcionarios oficiales, académicos y ciudadanos extranjeros. El gobierno niega rotundamente que se practique la censura en la Red.
Colaboracionismo digital
Google, que se ha negado a facilitar datos personales de sus usuarios al Gobierno americano, cedió (junto con Yahoo!, Microsoft y Cisco Systems) ante las presiones del Gobierno chino y creó el buscador específico para que las autoridades chinas pudieran controlar el acceso a información. “No estamos avergonzados”, dijeron sus ejecutivos, “pero tampoco orgullosos”.
“No estamos avergonzados, pero tampoco orgullosos”, dicen en Google sobre su colaboración con la censura china
China tiene una población de 1.300 millones de habitantes y supone un 22% de la población mundial, un mercado muy difícil de abandonar. Las grandes compañías defendieron su decisión de colaborar alegandoque “retirarse del país empeoraría la situación aún más para los ciudadanos”.
“Creemos que la información es poder; creemos que Internet es una fuerza positiva en China”, dijo Michael Callahan, representante de Yahoo!. El vicepresidente de comunicaciones globales de Google, Elliot Schrage, añadió que su empresa “hará una contribución significativa, aunque imperfecta, a la expansión total del acceso a la información en China”. Google.cn es el resultado de esa contribución, y muchos no creen que vaya a durar lo suficiente para valorar lo significativo de la misma.
Emiratos Árabes Unidos: el integrismo se conecta
Los extranjeros residentes en los EAU critican especialmente la inaccesibilidad de sitios de telefonía en Internet para contactar con familiares y amigos
Por su parte, los siete sultanatos que forman los Emiratos Árabes Unidos (EAU) no toleran la pornografía ni las críticas al gobierno en el Golfo Pérsico o los comentarios sobre las familias de los gobernantes.
La búsqueda de este tipo de información tiene como respuesta mensajes que explican que el bloqueo se debe a que “el contenido es inconsistente con los valores religiosos, culturales, políticos y morales de los Emiratos Árabes Unidos”. Este tipo de censura no ha despertado demasiado interés entre los habitantes porque el acceso a la Red es pequeño, algo reservado a las élites y los extranjeros. Según la BBC, los extranjeros residentes en los EAU critican especialmente la inaccesibilidad de sitios de telefonía en Internet para contactar con familiares y amigos.
Irán
En octubre del pasado año, la organización Reporteros sin Fronteras (RSF) denunció la voluntad del régimen iraní de ‘reforzar’ el control sobre Internet, cerrando webs de información independiente y contratando a una empresa para elaborar un nuevo sistema de control en la Red.
Entre los sitios cerrados estaba Baztab.com, dirigido por personas cercanas al Ayatolá Jomeini. Poco después, un tribunal iraní condenaba a un ‘blogger’ a catorce años de cárcel por delitos contra la república islámica de Irán. Esos delitos incluyen espionaje, porque el blogger facilitó información a un medio de comunicación extranjero. Según RSF, un castigo ejemplar para disuadir a periodistas y aficionados a seguir su ejemplo.
El director de Delta Global (el plan del Gobierno iraní para controlar lo que escriben y consultan sus internautas) Rahim Moazemi, dijo a la agencia iraní ISNA que su cometido era “poner fin a la anarquía de suministradores de acceso a Internet”, al centralizar el sistema de filtrado.
La libertad de expresión y de información es una de las libertales fundamentales del ser humano. Organizaciones no gubernamentates como Reporteros sin Fronteras y plataformas independientes a lo largo y ancho del mundo están sumando esfuerzos para conseguir que la información sea accesible desde todos los puntos del planeta.
En su 45 aniversario, Amnistía Internacional ha creado Irrepresible.info, una página que pretende recopilar toda la información censurada por gobiernos totalitarios y represivos como los de China, Irán, Cuba o los emiratos del Golfo Pérsico.
Además, firmarán un documento a favor de la libertad en la Red que será enviado a finales de este año a las Naciones Unidas, con la esperanza de que se pongan medidas para garantizar el acceso generalizado a la información.