Los smartphones son móviles inteligentes con acceso a Internet y regidos por un sistema operativo capaz de ejecutar órdenes complejas. Estas características los sitúan mucho más cerca de los ordenadores que de los teléfonos, si bien, por tamaño y por la capacidad que tienen de permitir hablar a través de ellos, mantienen su condición originaria. Cada vez más usuarios apuestan por este formato, mientras caen las ventas de teléfonos tradicionales. Y eso, a pesar de que su precio está por encima de los 350 euros, salvo en algunas excepciones, y se acerca más a los 500 euros. ¿Qué razones hay para invertir tanto dinero en un aparato que en principio solo se usa para hablar? Este artículo quiere mostrar cinco de ellas.
Hoy en día las redes de triangulación no solo han mejorado, sino que van camino a la sustitución por otra tecnología todavía mejor
Hace diez años apenas se podían usar las redes telefónicas de triangulación para realizar llamadas de voz, y siempre con la suerte de estar en una zona de cobertura. Solo unos pocos privilegiados utilizaban la Red para enviarse correos electrónicos a través de la BlackBerry, una marca cuya empresa madre, RIM, había extendido una red de servidores a lo largo del mundo capaces de captar la señal del teléfono y cursar el mensaje por Internet a la antena más cercana al destinatario.
Hoy en día, las redes de triangulación no solo han mejorado, sino que van camino a la extinción y la sustitución por otra tecnología todavía mejor. Las redes 3Gsoportan tráfico de datos digitales de hasta 40 megabits por segundo (mbps), aunque tienen un ancho de banda real medio de unos 7 mbps, similar al de una conexión wifi doméstica de ancho medio. Con la futura tecnología LTE o 4G, el ancho de banda teórico podría llegar a los 100 mbps, aunque el real estará en torno a los 40 mbps. ¿Quién tiene en casa un ancho de banda así si no es con fibra óptica?
1. Hablar sin pagar por los minutos de voz
La mayoría de los móviles de última generación que han aparecido en fechas recientes ya aceptan las redes LTE, aunque todavía son escasas en España. Cuando estén tendidas, ¿qué sentido tendrá usar un móvil solo para llamar y pagar por minutos si desde un smartphone se podrá llamar por Internet gratis? Se puede aducir que el coste del aparato es todavía así demasiado alto, pero si se cuantifica el pago mensual en llamadas se verá que compensa.
Las operadoras cada vez son más conscientes de que no tendrá sentido cobrar en el futuro por tiempo de llamada
De hecho, las operadoras cada vez son más conscientes de que en el futuro no tendrá sentido en el futuro cobrar por tiempo de llamada; en cambio sí es más efectivo cobrar tasas de consumo de datos o dar una tarifa plana a los clientes con un límite de gasto que baje el ancho de banda si se supera. Vodafone con su nuevo plan Red apuesta por no cobrar las llamadas de voz (da llamadas ilimitadas) y cargarlo todo al tráfico de datos.
2. Utilizar el móvil como GPS
Derivada de la primera razón se puede exponer la siguiente: si se tiene conexión permanente y con buen ancho de banda a Internet, ¿por qué no tenerla también a los servicios de geolocalización como los satélites GPS, a través de la Red? Así, los smartphones incorporan en su mayoría por defecto un servicio de mapas y GPS para orientarse. En su pantalla aparece el mapa y también la situación del usuario a medida que se mueve.
Es una función muy útil como callejero para orientarse en las ciudades
Es una función muy útil para orientarse en las ciudades –como con un callejero-, si se utiliza en el modo pedestre. Hasta ha generado servicios tan curiosos y útiles como Foursquare, que sirve para señalar sobre el mapa negocios y sitios de interés para el usuario y sus contactos. Cuando estos pasan cerca, el teléfono les avisa y les indica el interés del lugar.
Tambiénayuda en carreteras rurales donde se conozcan poco las variantes, siempre que haya cobertura. El iPhone 5 de Apple ha llegado a un acuerdo con la empresa de navegadores GPS Tom Tom para que este se pueda utilizar como GPS para el coche, a la vez que soluciona uno de los problemas de la función GPS en los smartphones: el rápido consumo de la batería.
3. Prescindir de los SMS y los MMS
Los mensajes cortos SMS han pasado en pocos años de ser una buena alternativa al gasto de las llamadas de voz a una carga. A medida que nos hemos acostumbrado a ellos, los hemos utilizado más y, en consecuencia, hemos doblado y triplicado su consumo. Conclusión: en la factura acaban suponiendo un serio gravamen añadido al precio de la voz.
En los smartphones esto tiene solución gracias, de nuevo, a la conectividad a la red de datos. Se pueden utilizar programas de mensajería como WhatsAppy otrospara comunicarse con los contactos de la agenda telefónica sin necesidad de efectuar llamadas. Además, por ese mismo canal se pueden pasar vídeos -mejor cortos- y fotografías a coste cero, cuando un MMS tiene su precio alrededor de un euro. Otra alternativa también cómoda es poder consultar el buzón de correo electrónico siempre que se desee.
4. Ahorrarse el reproductor MP3
Muchas personas llevan un reproductor MP3 además de un móvil clásico, para los ratos en que pueden relajarse con la escucha de música en el metro, el autobús o mientras hacen deporte. Un smartphone tiene la función dereproductor multimedia, lo que significa que, además de vídeos, es capaz de reproducir y almacenar música digital. De este modo, basta con pasarla al teléfono con un cable USB desde el ordenador, o comprarla en un servicio de Internet, para tener todo en un solo aparato.
5. Llevar la cámara de fotos y vídeo siempre encima
Lo mismo que sucede con el reproductor MP3 ocurre con la cámara de fotos y la de vídeo. Aunque no sean de una calidad óptima, las fotografías que capturan los smartphones sirven para compratir en redes sociales, guardar en álbumes digitales e incluso imprimir en pequeños formatos. También se pueden editar desde el propio móvil y son una excelente alternativa para tomar instantáneas; a su calor han surgido fenómenos tan interesantes como Instagram.
Además, aceptan la grabación y emisión de vídeo, con lo que se pueden grabar acontecimientos sociales o personales y luego editarlos con programas pensados para tal fin desde el mismo móvil. Después, los vídeos se pueden subir a servicios como YouTube o compartirlos con los amigos en las redes sociales.