Si uno tuviera que guiarse por la imagen que algunos medios dan de Internet, esto parecería un lugar sin ley donde los malhechores campan a sus anchas. Si bien las técnicas de los ciberdelincuentes son cada vez más refinadas, según un informe de Intel Security, y que se sigue siendo bastante descuidado en la protección de datos (sobre todo en móviles y tabletas, tal y como explica Norton), en realidad no cuesta nada ser un poco más precavido. En líneas generales, solo es necesario tener sentido común, ser un poco escéptico, fijarse bien en los detalles y usar la tecnología necesaria para proteger datos y dispositivos.
Internet: lo más importante es usar contraseñas seguras
Utilizamos contraseñas para todo, desde el perfil de una red social hasta el acceso a la cuenta del banco en Internet. Por eso es tan importante usar contraseñas seguras, esto es, que sean difíciles de adivinar y, por supuesto, una diferente para cada servicio.
Con ello lógicamente se sacrifica el poder memorizarlas todas (llegará un punto en que será imposible, sin más). Pero para eso se inventaron los gestores de contraseñas: utilidades que guardan todas las claves protegidas mediante una clave maestra (la única que habrá que recordar a partir de ese momento). Hay muchos para elegir: LastPass, 1Password, SplashID, KeePass, LoginControl, etc. Por último, un punto importante que se debe recordar es que nunca hay que compartir las contraseñas, ni facilitarlas por correo electrónico o teléfono. Si se recibe un correo pidiendo confirmación de una contraseña, lo más probable es que sea un timo.
Internet: cuidado con el software que se utiliza
La mayoría de programas que se instalan en el ordenador o la tableta no suponen ninguna amenaza, pero eso no quiere decir que no haya que estar atento. Primero, es vital descargarlos siempre desde su web oficial, para evitar usar copias fraudulentas que puedan contener virus, adware o similar. Segundo, un análisis con antivirus antes de ejecutarlo resulta imprescindible. Y tercero, es importante prestar atención al proceso de instalación; a menudo los programas incluyen extras indeseables en estas instalaciones, y para evitarlos es tan sencillo como leer bien cada ventana antes de hacer clic en el botón «Siguiente».
Pero las precauciones no acaban con la descarga y la instalación, sino que han de continuar durante toda la vida útil del programa. Es importante mantenerlos actualizados, puesto que cada nueva versión, además de corregir errores y añadir nuevas funciones, también puede solucionar fallos de seguridad.
¿Navegar por Internet es peligroso?
Pues no, no tanto… si se hace con un poco de cabeza. Por ejemplo, si se quiere hacer una compra on line, o usar un servicio como PayPal, es importante asegurarse de que estamos en la web correcta, y de que ésta tiene activado el protocolo HTTPS para una capa de seguridad extra.
También hay que ir con un poco de ojo ante posibles timos. Cuando se navega por Internet se pueden encontrar webs fraudulentas, banners de publicidad engañosa, falsos sorteos en redes sociales o bulos que corren por la Red como noticias verdaderas. En estos, la mejor prevención es no creer todo lo que se lee, y en casos concretos, consultar la información en Google.
Tampoco hay que olvidarse del navegador web, ya que al fin y al cabo es la puerta de entrada a Internet. Conviene mantenerlo actualizado, como se comentaba en el punto anterior, y también vigilar las extensiones que se instalan. Programas como CCleaner, KCleaner o Avast! Browser Cleanup pueden ser de gran ayuda en este sentido.
¿Cómo usar las redes sociales de forma segura?
Las redes sociales ocupan gran parte del tiempo que se pasa navegando por Internet. Por eso es vital repasar las opciones de privacidad de los perfiles que se tengan en todas ellas. Algunas, como Facebook, lo hacen bastante fácil, con menús muy sencillos y opciones claramente explicadas. También es recomendable, como se comentaba en el punto anterior, activar el protocolo HTTPS en todas las redes sociales en que sea posible, y como medida extra de seguridad, habilitar también la verificación en dos pasos, un sistema que, además de la clave, solicita un código aleatorio que se envía por SMS al móvil del usuario. Esto evitará que puedan acceder a nuestra cuenta aun teniendo la contraseña.
Toda precaución sirve de poco, si no se piensa un poco antes de compartir según qué cosas en las redes sociales. Piénselo dos veces, por ejemplo, antes de poner imágenes de sus hijos menores de edad, o de publicar alegremente que se va de vacaciones (con lo que su casa queda vacía). Tampoco se debería contribuir a esas interminables cadenas de mensajes con bulos.
Consejos para proteger el correo electrónico
Junto con el navegador web, el correo electrónico puede ser también el origen de muchos problemas de seguridad y privacidad en Internet. A veces se reciben mensajes que se abren, reenvían o se hace clic en sus enlaces sin poner atención a la letra pequeña, y esto puede tener consecuencias graves. Ante la más mínima duda, es conveniente optar por no abrir cualquier mensaje de correo electrónico que parezca sospechoso: un mensaje de nuestra entidad bancaria redactado de forma muy pobre o un correo de un amigo que está en inglés y que, además, contiene un adjunto.
Los bancos jamás le pedirán la contraseña por correo electrónico, ni tampoco que confirme sus datos, ni que rellene un formulario, ni nada parecido. Son todo maniobras de phishing para lograr acceso a las cuentas bancarias de quienes caen en el engaño. Y por supuesto, también hay que desconfiar de cualquier otro mensaje extraño, como los que todos hemos recibido alguna vez de una modelo rusa que busca pareja en Europa o un presidente africano derrocado que necesita que le guardemos temporalmente su fortuna en el banco.
La mejor herramienta, el sentido común
En resumen, y para acabar esta serie de consejos, todo se puede condensar en que lo más importante para ser un buen usuario precavido de Internet es tener un poco de sentido común y aplicarlo a todas las decisiones que se tomen cuando se usa la Web. Con un poco de sentido común y ciertas precauciones se pueden evitar muchos de los peligros a los que cualquier usuario de Internet puede verse expuesto.
Otro punto importante es el de ser un poco escéptico. Muchas técnicas empleadas por los ciberdelincuentes apelan a las emociones más básicas como, por ejemplo, la compasión ante un niño enfermo que pide una donación, el miedo de que bloqueen la cuenta del banco si no se confirma la contraseña o la desesperación de necesitar un puesto de trabajo. Por eso, lo mejor es no creérselo todo y hacer uso de Google para recabar más información. Precisamente estar más informado, poner atención en los enlaces en los que se hace clic y leer bien las pantallas de cada paso, cuando se instala un programa, son las mejores armas para no ser víctima de un ciberdelito.
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