¿Qué estáis haciendo con el móvil? ¿Qué tiene de especial eso que estáis viendo? ¿Por qué no lo dejáis un rato? Es fácil que quien tiene hijos adolescentes en casa haya formulado alguna de estas preguntas en más de una ocasión, y es que las consultas que trasladan las familias a la Línea de Ayuda de Ciberseguridad de INCIBE provienen del desconocimiento de las aplicaciones que utilizan sus hijos, así como de los posibles riesgos asociados a su uso. Por eso, en este artículo y mediante la campaña ‘Mi mundo digital‘ que tiene en curso el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), a través de Internet Segura For Kids (IS4K), damos las principales claves acerca de estos aspectos a los progenitores.
Videojuegos y redes sociales entre sus preferencias
En las tendencias de aplicaciones de moda influyen de manera determinante las experiencias de los compañeros de nuestros hijos, pudiendo sentir una gran presión social por ser de los únicos que no están en una u otra app. También se da una gran influencia mediante la publicidad dirigida expresamente a los menores, como a través de las cuentas sociales de sus influencers favoritos, publicaciones en Instagram, vídeos en YouTube o emitiendo partidas de juegos en línea en Twitch, entre otras.
En apps de videojuegos existe una oferta muy variada, diseñadas para encajar con los gustos e intereses en cada etapa de nuestros hijos. Los niños más pequeños prefieren juegos creativos (del estilo de Princess Salon, Dibujos para colorear), cuidado de mascotas virtuales (como Pou) o recreación de profesiones (Mi Tienda de Mascotas, My Coffee Shop).
Por su parte, los adolescentes eligen juegos deportivos (como FIFA, Dream League Soccer), bélicos (tipo Fortnite, Last Day on Earth), de aventuras (como Roblox, Minecraft), estrategia (estilo Clash Royale) y de simulación (por ejemplo, Los Sims). También, los juegos diseñados para varios participantes, para los que se apoyan en aplicaciones de chat como Discord.
Las apps de redes sociales, como Instagram, YouTube, TikTok o Snapchat, tampoco faltan en sus dispositivos. El 70,8 % de las personas mayores de 15 años que tienen móvil utilizan aplicaciones de redes sociales como un medio más para expresarse, incluso cuando están presencialmente con sus amigos. También destaca el uso de apps de mensajería instantánea (como WhatsApp o Telegram) de bromas, humor, pruebas o retos, aplicaciones de música (como Spotify), de edición de imágenes y vídeos (como Boomerang, Layout o Hyperlapse) y apps para comunicarse de forma anónima (como F3, Whisper, Tellonym o ThisCrush).
Comenzar a adentrarse en el mundo de las redes sociales puede parecer una tarea compleja, pero existen muchos recursos, como la guía para madres y padres sobre redes sociales de IS4K, que recoge dudas comunes y puede ser de gran ayuda al ampliar los conocimientos básicos para estar al lado de los menores y acompañarles.
¿Por qué les resultan tan atractivas?
Es habitual, sobre todo en redes sociales, que las novedades con éxito que aparecen en una acaben por implementarse también en las demás. Aun así, no todas captan el interés y cubren las necesidades de los menores de la misma forma y, por eso, es habitual que no se decanten por una sola y usen varias. Algunas de las características comunes con las que logran gran capacidad de atracción y enganche son:
- Compartir gustos y relacionarse con otras personas de su edad. Para los adolescentes estas plataformas son un medio más por el que conseguir reconocimiento social, algo necesario para desarrollar su autoestima y su personalidad.
- Recompensas. En redes sociales este sistema de recompensas se traduce en estímulos a nivel emocional, mediante los likes y la obtención de reconocimiento social. En videojuegos, la consecución de logros y misiones para desbloquear niveles y mejoras, así como la obtención de distintivos, como categorías de jugador (de más principiante, a más experto), medallas o badges. También pueden existir incentivos económicos, como en el caso de las apuestas deportivas o los torneos de póker en línea.
- Uso sencillo. Las apps son intuitivas, fáciles y rápidas de utilizar.
- “Anonimato”. La falsa sensación de anonimato que se puede llegar a sentir detrás de la pantalla genera a los menores una seguridad que les puede llevar, incluso, a desinhibirse, algo muy habitual, por ejemplo, en ThisCrush. Además, cuando en otras ocasiones deben mostrar un nombre público, pueden optar por nicks y avatares, como ocurre en los videojuegos.
- Inmersión. El usuario puede llegar a experimentar que está dentro gracias a la realidad aumentada. Así sucede con los filtros que transforman el rostro en Snapchat, mostrando las criaturas ante la cámara de Pokémon GO o sumergiéndose en universos tridimensionales de realidad virtual.
Mejor prevenir que resolver conflictos
Las apps con componente social pueden poner a niños y adolescentes en contacto con personas desconocidas y malintencionadas, promover una sobreexposición de información personal o ser utilizadas de manera inapropiada en un caso de ciberacoso. Además, cuando la comunicación es anónima, estos riesgos se disparan. Para prevenir antes que curar, se debe incidir en estos aspectos:
- Mediación parental. Es necesario conocer mínimamente las apps que los menores usan para poder acompañar, orientar o tan solo supervisar su día a día. Saber con quién se relacionan en estos medios, cuáles son las modas o tendencias y qué posibles riesgos esconden es, sin duda, la clave para prevenir problemas en línea.
- Descubrir nuevas aplicaciones. Se puede apostar por herramientas que les ayuden a formarse (como Duolingo) o mejorar su estilismo (21 Buttons). A través de este recurso de IS4K podrán descubrir el lado formativo de Internet, dándoles a conocer otro tipo de herramientas y aplicaciones.
- Implicarse. Las redes sociales han llegado para quedarse, así que una buena idea para aprender y supervisar la actividad es crearse un perfil y formar parte de su red de contactos en redes sociales. Además, los tiempos de uso y resto de normas se pueden consensuar en el «Pacto para el buen uso de las redes sociales» de IS4K.
- Respetar la edad recomendada. Es posible comprobar la edad a la que se dirige cada aplicación o juego, teniendo en cuenta su código PEGI. Ya sea con o sin el conocimiento de los adultos de su entorno, hay menores utilizando plataformas no autorizadas para ellos, como pueden ser las orientadas a apuestas deportivas, así como los casinos en línea y partidas con apuestas.
- Reforzar la autoestima del menor. Algunas redes sociales, como Instagram y Facebook han decido ocultar al resto de usuarios los likes recibidos en las publicaciones, con el objetivo de reducir la presión que muchas personas sienten por gustar al resto. IS4K propone el juego “De mayor quiero ser influencer” para compartir en familia y promover un diálogo abierto, que aporte al menor herramientas útiles en su desarrollo personal y social.
- Consultar con profesionales en caso de duda. No existen excusas para estar al día. Además, siempre que sea necesario es posible apoyarse en el equipo de profesionales de la Línea de Ayuda en Ciberseguridad de INCIBE: 900 116 117.