«Do not track»: navegar por Internet con la máxima privacidad

El método "do not tack" impide que las páginas web envíen información a otros sitios sobre las personas que las visitan
Por Jordi Sabaté 19 de junio de 2012
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Imagen: USAG- Humphreys

Las pisadas de un usuario en la Red no se borran con el viento digital, sino que son rastreadas por miles de programas que extraen de ellas innumerables conclusiones sobre su sexo, edad, costumbres o poder adquisitivo. Estos datos circulan desde las páginas web que visita a otras que los utilizan para hacer estudios de mercado, segmentar la publicidad o mejorar la oferta de servicios. No es una práctica ilegal, y muchas veces ni siquiera es maligna, puesto que los datos personales que identifican al internauta quedan resguardados. Pero cada vez es mayor el clamor moral para que como mínimo se ofrezca al navegante la posibilidad de elegir sistemas de bloqueo de estos rastreadores. Dichos sistemas se conocen como técnicas “do not track” (“no me grabes”).

Un rastreador recopila información sobre qué enlaces abrimos y con qué frecuencia, para enviarla a unos potentes ordenadores que la procesan

Cuando se lee que un estudio de una consultora asegura que «un 70% de los internautas han buscado en lo que va de año al menos una noticia económica en Google» (un caso hipotético), uno se pregunta si la consultora habrá realizado un ingente número de llamadas o encuestas on line para obtener tal deducción. En realidad no le hace falta, al menos no siempre. Es más sencillo llegar a un acuerdo en Google para colocar un rastreador en el buscador y ver el número de enlaces diarios económicos que se consultan, o incluso deducir, de otro tipo de conceptos buscados, si el perfil es el de un hombre o una mujer, o tiene más o menos de 30 años.

El robot rastreador (un programa) se encarga de captar el número de enlaces a los que se accede, el orden en que se consultan o la frecuencia y enviar la información a potentes computadores centrales que la procesan junto con millones más de datos, lo que se llama Big Data. En principio, a no ser que se incumpla la legalidad o se especifique en las condiciones de uso, ninguna de estas referencias es personal ni compromete información confidencial del internauta.

¿Demasiados datos?

Además, muchas veces el objetivo de los rastreadores es mejorar la experiencia del usuario en los distintos servicios desde donde se recoge la información; cuanto más se sabe de las reacciones y costumbres de las personas mejor se puede predecir lo que busca o quiere y más rápido lo puede ofrecer. En otras ocasiones, la información del rastro del usuario va destinada a fines publicitarios; no a ofrecer la dirección de correo o el número de teléfono (algo ilegal), sino a perfilar mejor los gustos del internauta a fin de afinar con los anuncios que se encontrará en sitios como Google o Facebook.

Por muy impersonales que sean los datos procesados, nadie garantiza que vayan a ser usados siempre para buenos fines

Sin embargo, por muy impersonales que sean estos datos, nadie garantiza que se procesen bien o se utilicen para fines no tan inocuos. El procesado de grandes volúmenes de datos, el Big Data, entraña ciertos peligros si acceden a ellos corporaciones sin control ni moral, mafias o países dictatoriales, que puedan usarlos en su interés y en contra del general. Dejar información a estos grupos puede no ser una buena idea.

«Do not track», una opción en el navegador

En consecuencia, ya desde 2009 un grupo de expertos en seguridad informática reclama con reiteración la inclusión de una opción en los diferentes navegadores que bloquee a los rastreadores que haya en las distintas páginas web que se visitan. Se trata de un programa que nos permita navegar sin dejar rastro y que podamos activar o no, según nuestra elección. Dicha opción ha sido bautizada como «do not track».

Hace poco, Firefox ha incorporado «do not track» en su última versión como una característica de la configuración del navegador

Hace poco, Firefox ha incorporado «do not track» en su última versión como una característica de la configuración del navegador y Twitterlo ha introduccido como opción para los enlaces que se abren desde el servicio con Firefox.

Por otro lado, Microsoft ha anunciado que Internet Explorer 10 lo incluirá como opción por defecto (es decir, habrá que activar la opción de dejarse rastrear de forma voluntaria), algo que ha sido criticado por otros navegadores que creen que Microsoft quiere reservarse la información de rastreo para sí. Microsoft por su parte, ha explicado sus razones.

En Chrome, el navegador de Google,existe una larga lista de aplicaciones en la Chrome Web Store que cumplen esta función con mayor o menor eficacia. Entre todas ellas la más popular es «Do not track plus», que previene contra todo tipo de rastreadores. Los mismos se pueden ver en un marcador que se sitúa junto a la barra de direcciones. También se puede ordenar a la aplicación que no bloquee los rastreadores en determinadas páginas. Otra aplicación popular con el mismo cometido es Ghostery.

Algunos inconvenientes
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Imagen: CONSUMER EROSKI

Si bien “do not track” es una alternativa de navegación totalmente discreta, como todo sistema que aísla del entorno presenta ciertos inconvenientes. Para empezar, la vertiente social que supone poder twittear un enlace o compartirlo en Facebook queda bloqueada, ya que estas opciones también son rastreadores. Es decir, si se utiliza esta opción se pierde capacidad social a menos que se ordene el desbloqueo. Además, plataformas como Google y otras de recomendación social de productos y servicios serán cada vez menos eficientes para el usuario si utiliza el “do not track”, ya que no podrán aprender de sus movimientos por la Web y por tanto no podrán anticiparse a sus deseos.

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