Casi todos hemos visto o leído noticias sobre los riesgos de seguridad que a menudo conlleva el uso de aplicaciones para móvil. Sin embargo, por lo general, actuamos como si no existieran o fueran una amenaza demasiado abstracta para ser tomada en serio. La información sobre los riesgos a los que exponemos nuestra privacidad es a menudo alarmista y contradictoria, así que resulta difícil tomar medidas concretas para evitar que nuestros datos caigan en las manos equivocadas. Pero deberíamos tener cautela. Aunque estas alarmas no son nada nuevo, la polémica desatada por FaceApp ha reavivado el debate. Si utilizas esta app, o cualquier otra, atento a cómo reducir los riesgos de seguridad por usarlas.
Para situarnos, FaceApp es una aplicación que te permite manipular nuestras fotos y añadirles efectos. El más famoso de ellos es un filtro de envejecimiento que estima qué aspecto tendremos dentro de 30 años. Su popularidad es tal que en los últimos meses las descargas de FaceApp casi han alcanzado los 30 millones en todo el mundo, según indican los informes de Statista. ¿Cuál es el problema? Muchos usuarios temen que los datos personales a los que esta app accede puedan ser cedidos a terceros y que nuestras fotografías sean empleadas con fines para los que no hemos dado permiso. ¿Qué debemos hacer si ya utilizamos este programa?
Antes de nada, hay que tener en cuenta que si has usado FaceApp puedes pedir que borren tus datos. Los pasos para hacerlo son sencillos y te los explican en este enlace. ¿Corremos algún riesgo por haberla utilizado? Para empezar, no garantiza un uso de nuestros datos personales acorde con la normativa sobre protección de datos vigente (puedes comprobarlo en esta captura): no nos detalla qué información nuestra recoge y deja vía libre para proporcionársela a terceros, entre otras cosas. Otro problema parece residir en el hecho de que esta app sube tus fotografías a la nube (almacenamiento virtual), de forma que borrarlas de nuestro teléfono no las eliminará de su base de datos. De esto se encargaría la propia empresa, que afirma deshacerse de la mayoría de ellas en 48 horas, aunque muchos recelan de que esto se cumpla a rajatabla.
Sin embargo, las condiciones de uso de FaceApp no son abusivas ni se trata de una excepción. Algunos apuntan que buena parte de la alarma que ha generado se debe a que es un programa de origen ruso, hecho que despierta cierta suspicacia por ser un país ajeno a la Unión Europea. Más allá de esto, hay una buena cantidad de aplicaciones móviles con su mismo modus operandi y se estima que al menos existen mil con problemas de seguridad. En resumen: FaceApp no parece ser más que un chivo expiatorio dentro de las muchas aplicaciones que no nos garantizan un uso seguro.
Qué hacer para reducir los riesgos de seguridad
¿Qué podemos hacer? Te sugerimos seis consejos para reducir en lo posible los riesgos de seguridad, aunque has de tener en cuenta que la protección total es imposible.
- 1. La primera solución es tan fácil como poco agradable: pagar por tus apps. La célebre frase “cuando algo es gratis, el producto eres tú” es tan manida como cierta. Si un desarrollador de programas no percibe dinero por las ventas de sus programas, casi siempre lo hará por otras vías, y la más popular es el comercio con la información de los usuarios. Por ejemplo, los principales proveedores de correo electrónico –Gmail, Outlook, Yahoo, etc.- recogen nuestros datos de navegación para utilizarlos con fines publicitarios. Pagar por un servicio nos permite tener un mayor control sobre el uso que se le da a nuestra información personal.
- 2. Hay apps cuyo riesgo es inmediato y no se reduce a la pérdida de privacidad, sino que pueden infectar tu teléfono mediante software malicioso o malware. En general, la medida de prevención más eficaz consiste en comprobar cuánto tiempo lleva la aplicación en la tienda y cuánta gente la ha descargado. No es infalible, pero sí un primer paso. La segunda medida supone comprobar qué permisos solicita la app para comenzar a usarla: desconfía de aquellas que, sin que parezca justificarlo su función, requieran acceder a datos personales como la lista de contactos o tus mensajes. En este artículo puedes informarte sobre los principales riesgos que el malware supone para tu móvil y tu privacidad, y aquí tienes una lista con las aplicaciones maliciosas más populares.
- 3. Debemos tener en cuenta que, como regla general, las aplicaciones de iOS (de la compañía Apple) son más seguras que las de Android (Google) gracias al sistema de testeo manual que garantiza la empresa de Steve Jobs. Es decir, las apps que puedes instalar en iOS han sido comprobadas por un equipo especializado en ello. Pese a esto, la diferencia entre ambas no es sustancial (43 % vs. 38 %, según este estudio), así que por el momento no es algo que marque una diferencia.
- 4. Utilizar antivirus y apps de seguridad. Habitualmente descuidamos más la protección de nuestros móviles que la de nuestros ordenadores personales. Existen programas que evitan o, al menos, dificultan que otras aplicaciones accedan a nuestros datos de forma no deseada, por ejemplo, protegiendo nuestros datos e imágenes con claves o protegiéndonos de los rastreadores de navegación. Aquí puedes ver algunas de las más eficaces.
- 5. Controlar los permisos de nuestras apps. Siempre que instalamos una nueva aplicación, nos pedirá acceso a diferentes servicios de nuestro teléfono, desde nuestra lista de contactos hasta nuestra ubicación. En muchas ocasiones no es necesario proporcionar tanta información sensible, así que merece la pena conceder solo los permisos indispensables para su funcionamiento, pero no más. Ten en cuenta que puedes anular esos permisos en cualquier momento: accede al menú de ajustes y en el apartado de aplicaciones encontrarás una opción para hacerlo.
- 6. Por último, controla qué datos almacenas en tu móvil. La información sensible y las fotos íntimas o potencialmente comprometedoras deberían estar a buen recaudo. Si subes datos a la nube, es necesario asegurarse de que están protegidos. En este artículo encontrarás una comparativa de los principales servicios, con detalles sobre la seguridad que ofrecen. También puedes guardar tu información más delicada en un disco duro. Y, por último, aunque no resulta tan sencillo, cifrar los datos que contiene tu teléfono.