«Geocaching», divertirse con el GPS

Este entretenimiento recurre a los localizadores para encontrar pequeños objetos escondidos por todo el mundo
Por Benyi Arregocés Carrere 12 de agosto de 2009

Varias personas con un GPS en la mano que buscan algo con curiosidad. Casi con toda probabilidad, son practicantes del “geocaching”, un entretenimiento que se ha popularizado entre miles de propietarios de este aparato localizador. ¿Pero cuáles son sus claves?

A la caza del «cache»

A la caza del

El reto del “geocaching” consiste en encontrar diversos objetos, denominados “geocaches” o “caches”, que otros jugadores han escondido. No suelen ser valiosos. Con frecuencia, son recipientes herméticos de cualquier tipo, con una libreta y un bolígrafo o lapicero en su interior. Estos elementos sirven para apuntar el nombre de la persona que los ha encontrado. Pero también esconden un “tesoro”: pequeños objetos, como libros o discos de música e, incluso, llaveros y monedas especiales denominadas “geocoins”. Ésta es la práctica habitual, pero también es posible que el “cache” sea diminuto, como pequeños frascos, y la dificultad para encontrarlo aumente.

Con frecuencia, son recipientes herméticos con una libreta y un bolígrafo en su interior para anotar el nombre de quien los encuentra

El elemento más estimulante radica en que la búsqueda no se restringe a un recinto determinado ni a una ciudad concreta. El campo de juego ocupa toda la Tierra. Los “caches” se esconden en cualquier rincón. Más de 850.000 están distribuidos por todo el mundo, a la espera de que un jugador los encuentre, según la base de datos de Geocaching.com, el sitio web oficial del juego y el más importante de los dedicados al mismo.

El GPS es de gran utilidad para localizar el “cache”. Evita que sea una labor tan ardua como buscar una aguja en un pajar. Los participantes que esconden el objeto publican las coordenadas para encontrarlo en Geocaching.com y en otros sitios web. De esta manera, se acota en gran medida el campo de búsqueda y el juego gana atractivo, aunque se mantiene la dificultad. Una vez que se llega a las coordenadas, puede estar en cualquier parte: debajo de un banco, sobre un árbol o en el recoveco de una estatua.

¿Qué se hace cuando se encuentra?

Cada participante puede buscar los “caches” que estén más cerca de su domicilio o entretenerse si alguno está colocado cerca de su lugar de vacaciones. Una vez que se encuentra, se anota en la citada libreta y se publica en Internet el descubrimiento.

Ahora bien, casi siempre se vuelve a esconder en el mismo sitio para que otros participantes puedan hallarlo. Gran parte de los jugadores utilizan el formato de archivo GPX, basado en XML, para consultar los datos de la ubicación. Esto permite formar listas de “caches” para que los buscadores puedan agruparlos y rastrear varios en una misma zona.

Más de 850.000 “caches” distribuidos por todo el mundo esperan a que un jugador los encuentre

Numerosos sitios se dedican a este entretenimiento. En Estados Unidos, además de la gran referencia de Geocaching.com, que centraliza el juego en todo el mundo, se pueden encontrar otros importantes como Navicache.como Terracaching.com. Los tres sitios explican cómo se juega y ofrecen listas de lugares donde se han escondido los “caches” en la multitud de países que ya los albergan. En España también hay sitios con similares características, como Geobuscadores.com, promovido por Geobuscadores Españoles Asociados, o Geocaching Hispano.

Otros sitios se dedican a contabilizar quiénes son las personas o grupos que más “caches” han encontrado, como Cacherstats.com. En España el líder, en el momento de redactar este artículo, era el Catalunya Team con 3.493 encontrados y 10 escondidos por ellos mismos.

Derivados del «geocaching»

A pesar de que el objetivo principal del “geocaching” consiste en encontrar los objetos y acumular “caches”, la imaginación de los participantes ha permitido crear numerosas variantes lúdicas. Una de ellas consiste en situar varias pistas, cada una con información sobre la posición de la siguiente. Las coordenadas del GPS guían al participante hasta encontrar el verdadero “cache”, lo que alarga bastante el proceso de rastreo, o situarlo en zonas inaccesibles y apartadas de la ciudad.

Se han construido escondites que exigen al jugador resolver acertijos o enigmas para llegar a la siguiente pista

También se han construido escondites que exigen del jugador un trabajo detectivesco. Para llegar a la siguiente pista y dar con el “tesoro”, hay que resolver diversos acertijos o enigmas. El jugador se convierte en una especie de Sherlock Holmes con GPS.

Otra modalidad son los “caches” móviles. El funcionamiento es similar al estático, pero la persona que lo encuentra se convierte en el creador de un nuevo escondrijo: lo mueve a otro punto y comunica las nuevas coordenadas. Los escondites siempre se renuevan y se convierten en únicos, con un único descubridor.

Hitchhikers

Junto a esta posibilidad que modifica el emplazamiento del escondite, se produce otro fenómeno, más habitual: cambiar de lugar sólo los tesoros. En este caso, si se retira el objeto que se encuentra, se debe dejar a cambio otro de igual valor o superior en la caja. Las monedas especiales, denominadas “geocoins”, y los “travel bugs”, que se suelen usar como tesoros, cuentan con un número de serie para rastrear su nueva ubicación a partir de los datos escritos por la última persona que los ha encontrado.

Estos tesoros han servido para que los participantes se entretengan mientras los mueven a otros “caches” y compiten por descubrir cuál se aleja más del lugar original. Incluso se pueden depositar en una ciudad cercana. Esta práctica se denomina en inglés con la palabra “hitchhikers”.

Los caches virtuales

Para probar que se ha encontrado, se debe enviar por correo electrónico una foto de la persona en el lugar en cuestión

Un “cache” virtual consiste en un objeto distinto al que caracteriza a este juego. Puede ser de cualquier tipo. Para probar que se ha encontrado, se debe enviar por correo electrónico una foto de la persona en el lugar en cuestión. La Sociedad Geológica de América promueve un “cache” virtual con fines educacionales, denominado “Earthcache”. Los alumnos deben responder a preguntas sobre geología para hallarlos, a la vez que aprenden sobre la historia del terreno donde se asienta.

Encontrar webcams y obtener una prueba de que se ha estado en ese lugar, mediante una captura de la imagen de la persona, es otra variante virtual del geocaching. Lo mismo que buscar un objeto en un determinado punto y tomarse una foto antes que nadie con las coordenadas que marque el GPS.

Para promocionar este juego, se organizan fiestas y reuniones donde se buscan “caches”, como una forma de iniciar a otras personas en los entresijos de esta modalidad.

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