Hoy en día, la mayoría de los padres han tenido que incorporarse en el nuevo entorno online en el que ellos ni crecieron ni se desarrollaron, con el fin de adaptarse a los tiempos y disminuir así la brecha tecnológica que les separa de sus retoños. Aunque los más pequeños presumen de desenvolverse como pez en el agua con las nuevas tecnologías, necesitan tener referentes también en Internet. Carecen de madurez y experiencias vitales, por lo que son igual de vulnerables que fuera de la Red, así que no es recomendable convertirles en «huérfanos digitales». Sin embargo, este progreso online por parte de los progenitores no ha sido bien recibido por muchos hijos. Tal y como refleja un estudio llevado a cabo por la agencia EMarketer sobre Facebook, los adolescentes lo han considerado como una intromisión en su espacio que conlleva pérdida de libertad, observando que esta red social pierde cada vez más usuarios jóvenes y gana adultos. Y es que la mediación parental no siempre se realiza de forma adecuada. En este artículo se explica en qué se diferencia la mediación y el control parental y cómo debe ser en Internet el acompañamiento y supervisión de los progenitores según la edad del niño.
Mediación parental y control parental, ¿a qué nos referimos?
Es habitual que los conceptos de mediación parental y control parental se interpreten de manera incorrecta, por lo que es importante aclarar qué significa cada uno.
- La mediación parental hace referencia a la educación digital del menor por parte de sus responsables. Consiste en acompañarle en este proceso para que se realice un uso seguro y responsable de las nuevas tecnologías, velando para impedir que los riesgos de las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación) se materialicen y, en caso de ocurrir, ofrecer soluciones.
- El control parental se refiere a un tipo concreto de recurso para ejercer la mediación en el entorno digital, que comprende aplicaciones y funcionalidades que permiten supervisar y delimitar el empleo de las pantallas por parte de los menores.
¿Por cuál decantarse? En este proceso educativo lo adecuado es desarrollar autoridad pero enfocada de forma positiva, basada en el diálogo y la asertividad. Para ello se debe aplicar tanto mediación activa (supervisión, acompañamiento y orientación) como restrictiva (establecer reglas y límites).
Se deben descartar acciones como imponer un criterio, espiarles o prohibir el acceso a las TIC, pues así solo se conseguirá desencadenar conflictos en el hogar y la solución será temporal, perdiendo la confianza de los hijos.
¿Te sientes perdido? ¡Tenemos las claves!
Algunos padres tienen la idea preconcebida de que educar digitalmente y mantener ese equilibrio resulta muy complicado. Sin embargo, se trata de una apreciación errónea, pues cualquier padre o madre sin necesidad de ser un experto en TIC puede desarrollar esta tarea de manera adecuada. La clave principal está en mostrar una buena disposición y contar con recursos útiles, como puede ser la guía de mediación parental de IS4K que aporta pautas y conocimientos de forma sencilla, convirtiéndolos en comprensibles para cualquier adulto.
Siempre resultará más fácil comenzar si se cuenta con un buen clima entre padres e hijos, basado en el respeto y la confianza. Como punto de partida general, también es recomendable que se haga un uso de las tecnologías en espacios comunes, evitando hacerlo a puerta cerrada en la habitación o en cualquier otra dependencia de la casa.
Cada etapa del menor es diferente y por tanto también debe serlo este acompañamiento y supervisión durante el desarrollo del menor, pasando a ser más permisivos a medida que la edad y la madurez de los hijos aumentan. A continuación, a modo de orientación, encontrará unas recomendaciones generales para aplicar en cada etapa:
Imagen: IS4K
– De 3 a 5 años:
Las actividades han de ser dirigidas por los adultos y estarán basadas en estimulación sensorial, psicomotricidad, coordinación, atención y discriminación de estímulos visuales y auditivos. Se deben elegir contenidos infantiles y acompañarles en todo momento para evitar que lleguen a contenidos inapropiados por error. Es aconsejable aplicar el bloqueo de elementos emergentes o contenidos inadecuados, así como no extender el tiempo de la actividad, siendo preferible que se queden «con ganas de más».
– De 6 a 9 años:
El acompañamiento de los padres es fundamental para mediar en su aprendizaje y facilitarle contenidos de calidad. Una opción muy aconsejable puede ser crearle una lista propia con sus «favoritos» y activar filtros de contenido inadecuado. También es conveniente establecer normas y límites de uso, ya que en esta etapa comienzan a disponer de cierta independencia con los dispositivos.
– De 10 a 13 años:
Es posible que en esta franja de edad empiecen a cobrar interés las relaciones con otros menores a través de las TIC. También puede despertarse interés por ciertos contenidos y actividades dirigidas a adultos, así como querer jugar a videojuegos no adecuados. Para no tener dudas en el momento de elegir, se pueden consultar las normas PEGI y apoyarse en herramientas de gestión del tiempo.
– De 14 años en adelante:
Sensibilícele sobre los contenidos inadecuados, así como los riesgos que pueden conllevar hablar con desconocidos. Fomente el empleo responsable de las redes sociales basado en el respeto y tolerancia, aportándole valores relacionados con su reputación online. Es necesario continuar estableciendo límites en el uso así como facilitar un clima para que le trasladen sus preocupaciones.
¡En conclusión!
Las nuevas tecnologías forman parte de los menores y evitarlas o prohibir su uso carece de sentido en una sociedad cada vez más globalizada e interconectada. Según datos del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) en un estudio realizado en el 2016, el 51,5% de los españoles cree que las TIC aumentan los conflictos familiares. Debido a la experiencia de los casos tratados a través de la Línea de Ayuda de IS4K, se puede determinar que existe esta sensación porque se identifican carencias en cuanto a las habilidades TIC de padres e hijos.
Por ello, la clave fundamental se encuentra ahí: comenzar a educar desde edades tempranas y antes de que el menor tenga el primer contacto con la tecnología. Ante la duda y en determinadas situaciones más complejas es adecuado contar con ayuda profesional. Además, en IS4K se lo ponemos fácil a través del teléfono gratuito y confidencial: 900 116 117.