La tecnología no solo ha revolucionado la industria y el ocio, sino que se ha introducido en nuestras casas. Según el ‘Libro Blanco del Hogar Conectado‘ (eNeo Laboratories y Techfoundries), ya podemos dotar de memoria a nuestro hogar para que aprenda cuál es nuestra rutina y, de este modo, nos haga la vida más fácil. En este artículo comprobaremos cómo la tecnología en hogares y electrodomésticos puede hacer que una vivienda corriente parezca sacada de una película futurista.
Casas inteligentes en el móvil
Situaciones que no hace mucho tiempo parecían sacadas de una película de ciencia ficción se han convertido en algo real gracias al avance tecnológico. Hoy en día existen impresoras 3D que pueden llegar a fabricar órganos humanos y miniaturas de cualquier persona, algo que está revolucionando entornos como la decoración o el ocio, pero también la medicina de los trasplantes.
La aparición de nuevos conceptos como la domótica, tecnología que permite el control inteligente de una vivienda, ha hecho posible que, hoy en día, una casa realice por sí misma tareas sencillas, como apagar y encender luces, subir y bajar persianas o cortinas y hasta controlar el flujo de gas. Estas tareas se pueden programar y vigilar a través de teléfono móvil, ordenador o tableta, siempre que haya conexión a la Red.
Por medio de conexiones inalámbricas, Internet o Bluetooth, además de domótica, es posible controlar una vivienda de forma remota y programarla para que actúe sola en un determinado momento. En este sentido, existen aplicaciones y programas on line que permiten monitorizar el hogar y programar funciones como el sistema de aspersión de riego de plantas, de manera que se active en función de la humedad, calor o las precipitaciones.
Hogares inteligentes y seguros
Una casa inteligente se protege a sí misma, dicen los expertos. Un hogar conectado en el que se produjera un escape de gas sería capaz, por medio de un detector de monóxido de carbono, de informar a una central a través de la Red. Esto permitiría evaluar la cantidad de gas y cerrar el suministro a través de una electroválvula. Esto mismo puede aplicarse a escapes de agua y subidas de tensión eléctricas. Además de convertir la vivienda en un lugar más seguro, este tipo de sistemas promete un ahorro económico y energético.
Otro uso muy valorado es aparentar la presencia de personas en casa. Las vacaciones son una época especialmente sensible en lo que a robos en hogares se refiere. Pero una vivienda conectada es capaz de minimizar ese riesgo por medio de acciones, como encender y apagar luces o televisores, que habremos programado. Incluso puede simular movimientos nocturnos, como viajes al cuarto de baño o a la cocina. A través de sensores de movimiento programados a determinadas horas, es posible encender alarmas y cámaras de video que informan mediante diferentes canales on line (correo electrónico) a usuarios y compañías de seguridad sobre la presencia de extraños en horas anormales.
Tecnología que controla electrodomésticos
Podemos conectar y controlar por Internet prácticamente cualquier aparato y, en este sentido, los electrodomésticos no son una excepción. Los fabricantes son conscientes de este hecho y, como parte de su papel en el desarrollo tecnológico, apuestan por la integración de sus aparatos. De este modo, es posible controlar desde cualquier lugar, y de una manera simple, cómo va la colada, el lavavajillas e incluso la nevera.
La intensidad de trabajo de un electrodoméstico tampoco es siempre la misma. Por eso, ya hay frigoríficos que, por medio de sensores, identifican la cantidad de comida en su interior y la temperatura que necesita para conservar los alimentos.
¿Más aplicaciones? Las tareas del hogar requieren tiempo, pero un hogar conectado nos permite optimizar muchos de estos procesos. Por ejemplo, en la cocina existen vitrocerámicas y hornos que cuidan de la comida y se apagan cuando está hecha. ¡El sistema nos enviará un mensaje al móvil para informarnos!