El debate sobre la neutralidad en la Red está de actualidad entre los usuarios, operadores de telecomunicaciones y gobiernos. Sin embargo, en este concepto se engloban determinados usos o estrategias comerciales que nada tienen que ver con el mismo. ¿Qué abarca el concepto de una Internet neutral? ¿De quién es responsabilidad garantizarla? ¿Cómo afectaría a los usuarios si se alterara?
Imagen: Declan Jewell
La neutralidad en Internet se define como el modelo de una red de datos donde las comunicaciones se tratan sin restricciones en su circulación ni prioridades en su acceso, con la intención de prestar el mismo servicio a todos los usuarios domésticos. De esta forma, el tráfico, ya sea de una página web, una aplicación de VoiP o un servicio de streaming, debe tener el mismo trato por parte de los proveedores de acceso a Internet (ISP).
La premisa es que el acceso a una página web como Google reciba la misma atención que el de la página personal de un usuario, de modo que la popularidad de un sitio esté determinada por la acción de los usuarios y no por la intervención, más o menos directa, de un proveedor. Además, los usuarios pueden acceder a cualquier sitio web, con independencia de su origen o ubicación, sin que estos estén restringidos por políticas comerciales.
Gestión del tráfico
Los proveedores de acceso utilizan desde hace años diferentes tecnologías denominadas «Traffic Shaping», o gestores de tráfico, que se encargan de forma interna del mantenimiento de las redes sin que se registre saturación en el acceso y garantizan que se preste el servicio de forma correcta. Se utilizan sistemas avanzados y automáticos para evitar que las infraestructuras de redes colapsen o den un servicio de acceso inferior a la calidad mínima. Sin embargo, no hay ninguna medida o legislación que limite o normalice la forma en que los proveedores de acceso pueden gestionar este tráfico.
Este poder en manos de los proveedores de acceso les permitiría integrar en sus redes políticas que prioricen o restrinjan una determinada aplicación
Este poder en manos de los proveedores de acceso les permitiría integrar en sus redes políticas que prioricen o restrinjan una determinada aplicación y unos servicios que hasta ahora se comportaban de forma neutral. Pueden disponer de tecnologías para conocer qué hacen los usuarios y restringir el uso a determinados protocolos y servicios, como el acceso a streaming de vídeo o al protocolo P2P, por lo que podrían moldear el tráfico de las redes en función de sus intereses y del perfil de los usuarios.
En ofertas de acceso a la banda ancha móvil es común entre los proveedores restringir el uso de determinadas aplicaciones y protocolos, sobre todo la VoiP y el P2P. Las legislaciones actuales, como el Paquete Telecom aprobado en la Unión Europea, pretenden que los usuarios conozcan de antemano estas restricciones, para disponer de mayor información al contratar el servicio.
Posibles escenarios
La venta del acceso a Internet se ha convertido en una «comodity», es decir, en un producto que no aporta valor añadido a los usuarios y que deja márgenes de beneficio cada vez más pequeños a los operadores de telecomunicaciones. Los proveedores de acceso verían con buenos ojos que, para mantenerse rentables, el concepto de «neutralidad en la Red» se eliminase y el ente regulador local (en este caso la CMT) permitiera que puedan discriminarse protocolos y servicios, o se priorizaran unos sobre otros en función de acuerdos económicos con terceros.
Los proveedores de acceso a la Red verían con buenos ojos que, para mantenerse rentables, el concepto de «neutralidad en la Red» se eliminase
Podrían lanzar al mercado planes de acceso web con servicios de pago incluidos o priorizaciones de tráfico a determinadas páginas y plataformas en detrimento de otras. No es la única posibilidad y, además, pueden darse diferentes escenarios donde la Red se parezca más a la televisión y los operadores de telecomunicaciones cobraran a las empresas como Google o Amazon por el tráfico que generen en sus redes, una medida conocida como la «tasa Google«.
Por otro lado, la neutralidad también podría alterarse si los planes de determinadas empresas poderosas en Internet se llevan a cabo. Google ha propuesto otro modelo al anunciar un acuerdo privado con el operador de telecomunicaciones estadounidense Verizon, por el cual se comprometen a cumplir con la neutralidad de la Red en el modelo actual, pero al mismo tiempo apuestan por crear diferentes escenarios con la priorización de servicios y productos en la banda ancha móvil en redes de última generación (4G, LTE). De esta forma, habría una Internet de dos velocidades.
Defensa de la neutralidad en la Red
Los activistas, analistas y defensores de los usuarios consideran que la hipotética alteración de la neutralidad en la Red afectaría a las libertades civiles de los ciudadanos, al crearse barreras artificiales al acceso en función de los ingresos de cada consumidor. Internet se ha considerado como un servicio de acceso universal en muchos países, como España. La Red se ha convertido en un espacio donde el conocimiento y la comunicación humana se deben transmitir de forma libre y neutral, con independencia de las estrategias de negocio de las grandes empresas de telecomunicaciones.
Algunos empresarios y emprendedores del sector web consideran que las pequeñas compañías de Internet serán las grandes perjudicadas
Algunos empresarios y emprendedores del sector web, consideran que las pequeñas compañías de Internet serán las grandes perjudicadas, ya que no podrán competir en igualdad de condiciones con las grandes multinacionales en el momento de crear y posicionar productos y servicios en la Web, como sucede en la actualidad.
Chile se ha convertido en el primer país del mundo en disponer de una legislación específica para la defensa y la garantía de una Internet neutral. Con esta ley, los internautas de este país tienen derecho a utilizar, enviar, recibir u ofrecer cualquier tipo de contenido, aplicación o servicio a través de la Red sin bloqueos arbitrarios o discriminación, siempre y cuando sean servicios o contenidos que se ajusten a la legislación. El Gobierno chileno considera que esta medida estimulará la competencia, al tener una mayor transparencia y calidad de servicios por parte de los proveedores de acceso a Internet. En el seno de la Unión Europea, la neutralidad en la Red se debate a través de una consulta pública que invita a participar a proveedores, operadoras de telecomunicaciones y usuarios.