Technorati o el de imágenes Flickr, LibraryThing se basa en estos criterios para ofrecer un sistema de clasificación muy plástico y adecuado para el usuario. Cada internauta puede hacer su propia clasificación que luego comparte, si quiere, con los demás usuarios inscritos, pudiendo así comparar y adoptar las categorías de otros internautas o sus sistemas. La filosofía: cuantos más catálogos haya en LibraryThing, más generalizados y comunes serán los criterios de clasificación utilizados por sus propietarios. En realidad en cuestión de tags, o etiquetas, convendría más hablar de agrupación que de clasificación.
El clasificador anarquista
Por otro lado, estas etiquetas no aparecen como verdades inamovibles, ni son la única alternativa posible a la hora de encajar un libro. Un mismo título puede aparecer en varios tags, y estos ser compartidos por un número determinado de usuarios mientras otro grupo pone el mismo libro en otro tag distinto. Por ejemplo: 2000 usuarios ponen en su catálogo a Viaje al centro de la tierra en el tag «Novela francesa», mientras que 500 lo ponen en «Historias científicamente imposibles», otros 20 en «Geología» y un usuario sitúa la novela en el tag «Novelas que no ocurren en la superficie terrestre».
Las cuatro clasificaciones son ciertas simplemente porque así lo deciden los usuarios. LibraryThing es un sistema de clasificación anarquista que respeta el criterio de un solo individuo sin contraponerlo al de los demás. Cuando se está en red, según se ha constatado, las jerarquías se hacen mucho menos necesarias para entender el mundo. Lo que importa es que la gente esté de acuerdo. Y lo que la mayoría acuerda tiende a ser lo más adecuado. En este criterio se basó Google para organizar su buscador (que clasifica las páginas según su popularidad) y gracias a él es hoy la mayor empresa de Internet del mundo.
LibraryThing es…
- Libre. Se basa en un sistema de gestión de favoritos similar al de Del.icio.us, en el que se entran los datos de un libro por diversos campos a elegir. Estos pueden ser Título, Resumen, Tag, ISBN, Clave de clasificación, Cubierta, Comentarios, Fecha de entrada en el sistema, etc… Están basados en la clasificación de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, pero el usuario decide cuáles se utiliza en su sistema. Algunos, como Título, son imprescindibles, pero la mayoría no.
- Social. Una vez se introducen los datos en cada celda (el sistema se organiza por filas y columnas, como en un documento Excel) se guardan en el catálogo de LibraryThing. Aparecerá entonces a la derecha de cada título el apartado «Shared», o compartido. Ahí se indica si hay más personas que coinciden con nosotros en alguno de los apartados y en cuál. Puede ser que coincidan en Título, en la utilización del Tag, o en la fecha de Entrada… Cualquier categoría es válida.
- Interactivo. El nivel de coincidencia le permite al usuario comparar sus criterios y adoptar otros sin renunciar a los propios. O renunciando; todo vale. También se pueden visitar las bibliotecas de otros usuarios y estudiar sus métodos; o bien comprobar que libros que se creían imposibles de encontrar están disponibles en tal o cual colección, o editorial, de un determinado país. Incluso se pueden dejar comentarios y recomendar otros libros similares en los catálogos ajenos. Por supuesto, LibraryThing funciona mejor cuantos más usuarios tenga. Y al contrario: con pocos catálogos pierde buena parte de sus utilidades.
- Sencillo. El uso de LibraryThing no precisa descargar ningún software, es lo que se conoce como una aplicación web. Sólo necesita de un nombre de usuario. Se puede poner una contraseña en el caso de que se quiera restringir el acceso al catálogo propio. Es un servicio gratuito hasta los 200 libros, pero a partir de ahí, se cobra una pequeña cuota anual: 10 dólares. El objetivo de la tasa, en principio, no es el beneficio, sino el poder mantener el sistema en funcionamiento e incluso mejorarlo.
La iniciativa Google Print, que pretende digitalizar y volcar en la red unos 15 millones de libros de aquí a 2015, puede conferirle un significado pleno a LibraryThing como herramienta de catalogación. Hasta ahora el Proyecto Gutenberg, la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos e Internet Archive entre otros habían conseguido reunir unas decenas de miles de libros online. Cuando la millonaria colección de textos digitalizados de Google salte a la palestra, el panorama cambiará por completo. Por fin la Red tendrá una biblioteca a su medida y ésta necesitará ser clasificada.
Google Print ha desatado polémicas en numerosos países, pero en ninguno como en Francia, donde el director de la Biblioteca Nacional, Jean-Noël Jeanneney, mostró su recelo por las intervenciones de Google sobre el patrimonio cultural francés y ante el dominio de EEUU en el mundo digital.
LibraryThing, u otras iniciativas similares, por su estructura social, podrían ser la solución para evitar inclinar la colección de Google Print hacia el punto de vista anglosajón a la hora de catalogar: introduciendo títulos en la web y dejando que los usuarios los ‘indexen’. Este verbo viene a sustituir en la Red al verbo “clasificar”, más jerárquico y menos social. De este modo, se crearía una superestructura de ordenación consensuada por todos los internautas, con independencia de su origen cultural, que evitaría las visiones sesgadas sobre lo que debería considerarse patrimonio de toda la humanidad.