Mientras en Estados Unidos Amazon y Google se han revelado contra los grandes sellos discográficos por no querer llegar a acuerdos sobre la explotación de sus catálogos de música en Internet, en Europa vivimos plácidamente con Spotify. Al otro lado del Atlántico, los dos gigantes han lanzado sendos servicios que permiten a sus usuarios subir a los servidores la música que compren o almacenen en sus ordenadores, y escucharla luego desde cualquier sitio y en cualquier dispositivo, algo que ha disgustado a la industria del sector. Aquí se puede hacer lo mismo sin tener que retar a las corporaciones culturales, gracias a los acuerdos que Spotify cerró con ellas hace dos años. Sin embargo, la rentabilidad del servicio es todavía baja debido al magro número de usuarios que contratan las modalidades de pago. Lutz Emmerich, director general de Spotify en España, asegura que la gente está dispuesta a pagar si con ello consigue llevar su música consigo allá donde vaya.
Estamos empezando a rodar las nuevas actualizaciones y los usuarios parecen muy contentos si juzgamos por los comentarios que leemos en la Red. La respuesta a las alternativas que damos a los clientes que accedían al servicio en modo “free” -no pagar y, a cambio, escuchar publicidad- ha sido muy positiva, ya que la gente quiere llevar su música consigo de una manera fácil esté donde esté, esto es, en el móvil o en su iPod. Hasta ahora, esto era un privilegio para los usuarios que pagaban la cuota mensual de diez euros. Ahora los usuarios de Spotify con iPod y un acceso “free”, solo necesitan un reproductor de música.
Somos un servicio de música líder, con millones de usuarios, para escuchar música de manera “legal” en Internet en Europa. Además de esto, somos el servicio por suscripción de música más grande del planeta. Con estas premisas, la previsión solo puede ser positiva.
“De momento, solo un porcentaje pequeño de nuestros clientes tiene un teléfono capaz de acceder a la música de Spotify”
El futuro es llevar encima tu música, la que te gusta y quieres oír, allá donde estés, para poder oírla cuando quieras, no importa el cómo, si es en streaming o descargada en el aparato. Además, el futuro es sin duda que ese aparato sea tu teléfono móvil, que ya es mucho más que un teléfono aunque le llamemos así. Ahora bien, de momento solo un porcentaje pequeño de nuestros clientes tiene un teléfono capaz de acceder a la música de Spotify, ya sea en streaming o descargada, mientras que muchos siguen usando sus iPod para descargar o comprar sus canciones de iTunes. Ahora queremos que también puedan comprárnoslas a nosotros.
La “piratería” en la actualidad es todavía el mayor problema de la música, pero dado el nivel de libertad que ofrecemos nosotros para que nuestros clientes puedan elegir la música que deseen, cuando y donde lo deseen, la obtención de “música ilegal” se convertirá rápidamente en una minucia en comparación con la alternativa legal. La gente en realidad no quiere “robar” o compartir música “ilegalmente” si a cambio la recibe a un precio honesto y con un servicio eficaz. A este respecto, la experiencia de usuario también importa mucho, el “plug and play”, como dicen los anglosajones: apretar un botón y que todo funcione es lo que queremos todos. Creo que en Spotify esto está muy logrado.
“La gente en realidad no quiere ‘robar’ o compartir música ‘ilegalmente’ si a cambio la recibe a un precio honesto”El mercado americano es el más potente del mundo, por lo que antes de entrar debemos asegurarnos de que lo hacemos bien y sin errores, de ahí que estemos demorando tanto nuestro desembarco. Nos llevó año y medio lanzar el servicio en Europa, eso es algo que la gente no sabe, se cree que fue llegar y besar el santo, pero realmente hubo que hilar muchos acuerdos y cerrar numerosos flecos.
En el total de modalidades tenemos diez millones de usuarios, de los cuales, un millón está en las de pago en tarifa plana, esto es, un 10%.
“La venta de canciones es una extensión natural del acceso indefinido a nuestro gran catálogo”Creo que simplemente muchos usuarios quieren tener el derecho a elegir de qué modo escuchan su música y esto es lo que ahora les ofrecemos. Por supuesto, con la intención de aumentar nuestra cifra de negocio, pero también de mejorar la experiencia de uso de la plataforma. Al final, la venta de canciones es una extensión natural del acceso indefinido a nuestro gran catálogo: puedes escoger la tarifa plana por un precio mensual o la compra de títulos cuando te apetezca.
No juzgamos mal que la gente quiera consumir la música en Spotify en la modalidad “free” y lucharemos para que pueda ser así en la medida de lo posible, pero ofrecemos también otras alternativas que pueden resultar muy interesantes a todos nuestros clientes.