Las redes sociales de Internet constituyen uno de los últimos fenómenos en España. En poco más de un año han pasado de ser un nuevo e interesante servicio poblado por usuarios avanzados a convertirse en un extendido y popular tema de conversación. ¿Quién no ha oído alguna referencia a redes como Facebook o Tuenti en los últimos meses? Para hablar de todo este fenómeno y de cómo los padres deben encarar el uso masivo que los más jóvenes hacen de esta herramienta, CONSUMER EROSKI habló con Mar Monsoriu, una experta en el uso de las nuevas tecnologías que ha dedicado su último libro “Manual de Redes Sociales en Internet” (Creaciones Copyright) a esta generación de padres que no comprenden bien el nuevo mundo en que irrumpen sus retoños.
Mal y a trompicones. Hice una especie de batida entre mi libreta de direcciones para ver quién tenía hijos de 14 años y les envié un correo electrónico por si querían colaborar. Había gente que me contestaba: “Yo se lo voy a pasar a mi hija, pero en Tuenti no está”. Pero claro que lo usaban. Luego me decían: “Menos mal que me lo has pedido, porque ahora me acabo de enterar de que mi hija está allí”. Les ha pillado con el pie cruzado. Ahora empieza a sonarles un poco, pero la pregunta es: ¿a mí, persona adulta, me interesa estar?
Que claro que sí, que no les queda más remedio. Ya no hay vuelta atrás, es como si dijeran que ya no quieren utilizar el correo electrónico en Internet; se perderían un montón de oportunidades.
“Se está observando una migración clarísima de los mayores de 18 años a Facebook porque en Tuenti se les han colado los hermanos pequeños”
Depende de la edad. Era Tuenti, pero bastantes de los entrevistados estaban sobre los 18 años. En los últimos seis meses ha cambiado bastante el panorama y se está observando una migración clarísima de los mayores de 18 años a Facebook porque en Tuenti se les han colado los hermanos pequeños.
A mí me cuentan lo pesados que son los críos de 11 años con sus hermanos y primos para que les agreguen, cotillear sus salidas y conversaciones y chivarse. Los mayores se niegan a eso, dejan el perfil sin moverlo y se largan a Facebook. Hasta hace un tiempo, los chicos que se apuntaban dentro de Tuenti en redes de universidades españolas eran cientos al día, actualmente, diez al día como máximo.
Los más pequeños estaban en Habbo, una red con avatares, pero les parece más real Tuenti. En MySpace se encuentran todos los chavales a los que les encanta la música o relacionados con el mundo artístico. Fotolog ha tenido mucho tirón entre los chicos de 16 años, pero pierde adeptos porque sólo les dejan poner una foto al día y ya saben que pueden estar en otros sitios con más prestaciones. En esta red se han metido varias tribus urbanas, como los emos.
“Los niños diferencian bien lo que es aceptable de lo que no lo es”Ellos diferencian bien que es lo aceptable. El tema de la imprudencia se produce más por inconsciencia. A lo mejor ponen un número de teléfono móvil y no caen en que puede ser peligroso, pero sí tienen claro que determinadas fotos no son aceptables. A mí me hacían gracia los comentarios que hacían los chavales quejándose: “Yo he visto fotos de mis profesores, que ya les vale”. Y esto les influye mucho más de lo que parece. Por otro lado, pueden coincidir con gente de su misma edad que sean una mala influencia porque pertenecen a un grupo no deseable. Por ejemplo, una niña que se empiece a relacionar con grupos de personas anoréxicas.
Necesariamente tienen que conocer qué son las redes sociales, no pueden abstenerse. Deben hacer el esfuerzo. Por decirlo de una manera sencilla, si hasta ahora un padre se había preocupado de qué era una página web, ahora se tendrá que preocupar de qué es un tipo especial de página web que se llama red social, porque ahí es donde están sus hijos y se van a socializar: van a conocer a extraños, van a conectar con sus amigos y van a publicar sus fotografías.
“La red social es cómoda, tecnológicamente avanzada y tiene tanto desarrollo que cuando te descuidas has perdido mucho tiempo”Las redes sociales tienen el récord de permanencia de la gente en ellas porque dentro se realiza lo que antes se hacía en otros sitios. En ese sentido es lógico, porque se suma el tiempo que se dedicaba al correo electrónico, al chat, a navegar, a escribir blogs, a compartir vídeos de YouTube o música de Last.fm. Ahora se tienen todas esas prestaciones dentro de un sitio, con lo cual alguien está cinco horas en una red social; pero claro, antes lo estaba haciendo por separado. La red social es cómoda, tecnológicamente avanzada y tiene tanto desarrollo que cuando te descuidas has perdido mucho tiempo, y esto sucede a pequeños y a mayores. Es como el “Hola” con noticias de los amigos; eso me dijo una vez un amigo. Las empresas tienen un problema, porque no pueden prohibirlo a sus empleados pero tendrán que establecer una pauta de comportamiento respecto a qué se acepta en cuanto al tiempo.
“Las redes sociales sirven de maravilla para promover eventos y productos si se tiene un poco de idea”Hay gente que considera personales a las redes sociales como Facebook frente a las profesionales como Xing, Viadeo o LinkedIn. Sin embargo, yo creo que se tiende a que en éstas también se hagan negocios porque se tiene todo en el mismo sitio. Las redes sociales sirven de maravilla si quien debe usarlas tiene un poco de idea. Por ejemplo, el Teatro Abadía de Madrid ha creado una página en Facebook y ha buscado comunicarse con gente normal, que no necesariamente estuviera vinculada a las artes escénicas, para dar a conocer sus espectáculos programados. Es una manera de que el teatro se acerque a su audiencia. De hecho, se está reinventando la publicidad, hay un nuevo comportamiento por parte de la audiencia y hay que saber moverse. Ahora funcionan las campañas, las iniciativas, las causas y los clubes de fans.
“A los niños, les encanta comentar lo que sienten, lo que hacen en cada momento, retransmitir su vida”A los niños, les encanta comentar lo que sienten, lo que hacen en cada momento, retransmitir su vida. Por ejemplo, en Fotolog la gracia del asunto es publicar una foto, hacer un primer comentario y que los demás sigan. Si no tienes 500 comentarios, eres un “matao”. Gracias a lo cual se tienen que estrujar la neurona para ver qué foto ponen y qué comentario. A ellos les sorprende que uno no lo haga. A mí me dicen: “Oye, tú en Tuenti no haces comentarios”.
“Un joven 15 años no querrá agregar a su padre porque no va a estar nada cómodo”
No. Si son pequeños y aceptan por las buenas, vale, pero llega un momento en que los niños son preadolescentes y, por pura evolución, ellos reafirman su personalidad y quieren unirse a su pandilla y separarse de sus padres. Un chico de 15 años no querrá agregar a su padre porque no va a estar nada cómodo. Si el padre o la madre son muy insistentes, el hijo tendrá perfiles A y B. El A de buenecito con su padre agregado, y el B haciendo el bestia.
En lugar de eso, aconsejo que les pidan que enseñen su perfil y así lo limpiarán de vez en cuando. Funciona como si se les pidiera que ordenaran su habitación; intentarán apañarla un poco. Se debe dar un margen de tiempo, de una semana, por ejemplo, para que el joven quite fotos por las que crea que se le puede abroncar y lo deje más presentable. Si, aun así, el padre o madre ve algo que no le gusta, conviene negociar y hacerle ver, por las buenas, que eso que ha puesto no está bien. Histéricos no, porque no conseguiremos nada. Luego, sí se le podría tratar de convencer para que tenga agregado a algún adulto responsable, a alguien en quien confíe: un tío, un hermano mayor, un profesor. Una persona que en algún momento pueda echar un vistazo.
“No se puede evitar que los niños accedan a desconocidos, es un hecho que el 100% de ellos lo hace”
No se puede evitar que los niños accedan a desconocidos, es un hecho que el 100% de los niños hace. Eso ha pasado en el Messenger y ahora en las redes sociales sucede corregido y aumentado. ¿Por qué? Porque quieren tener más popularidad y hacer amistades nuevas. A un niño pequeño le parece un exotismo agregar entre sus amigos a alguien que viva en otro lado y que se salga de su ambiente habitual. El hijo va a tener las amistades que ya tenía más los nuevos que conozca a través de las redes sociales.
Aceptado ese hecho, hay que darles consejos acerca de esos desconocidos: que desconfíen un poco, hacerles ver que el que digan que tienen una determinada edad no necesariamente es verdad, que no proporcionen datos acerca de la localización de la casa, que no den el teléfono móvil. Se debe intentar esto, ahora, el éxito es bajo, para qué engañarnos.
Leí que unos periodistas ingleses habían descubierto trucos para saltarse la prohibición de las redes sociales y acceder directamente a los perfiles a través de los buscadores. Estuve haciendo pruebas y busqué “pro an” de proanorexia y me salieron 750 perfiles de MySpace a los que podía acceder directamente, sin estar inscrita. Ahora la última moda entre los menores consiste en cómo ver las fotos de Tuenti de quien no tienen agregado.
“Tuenti tiene una seguridad horrible”
Sí, Tuenti tiene una seguridad horrible. La red social que conozco más segura se llama Asmallworld. Se compone de millonarios, los primeros invitados fueron los de la lista de Fortune, y resulta muy difícil entrar. Es dificilísimo poder “chulearles” la parte informática. Su arquitectura web se diferencia mucho de otras que haya podido ver y han implementado unas medidas de seguridad muy superiores a las que tienen otros, quizás porque tienen más que proteger.
“En las redes sociales no hay privacidad; a pocos trucos que se sepan, se acaba accediendo a los perfiles de la gente”
Pero en general, Facebook me parece más segura que otras. Aun así yo me he saltado todo. He visto perfiles de arriba abajo de gente que no tengo agregada y he visto todas sus fotos. No hay privacidad, a pocos trucos que se sepan, se acaba accediendo. La gente debe tener claro que todas las redes sociales, si no venden los datos ya, los venderán. Toda la información que ponemos es para ellos. Lo hemos firmado en el aviso legal y además se trata de una de sus fuentes de financiación: fotos, contenidos, datos de correo electrónico, teléfono móvil…, todo eso lo van a vender. Sólo se debe poner aquello que no te importa que vendan. No se debe subir algo que crees que sólo vas a compartir con tus amiguetes, porque el día menos pensado verás la foto de tu hijo en la portada de una revista de bebés y no tendrás ningún derecho a nada.
Las personas conocidas deberían tener su perfil en las redes sociales porque una de dos: o lo tienen o las suplantan. Cuando se empiezan a agregar contactos (amigos, compañeros de trabajo, etc.) se puede diferenciar quién tiene el perfil original. La propia persona tiene capacidad para acudir a la red social y pedir que quiten al otro. Este problema también les sucede a las empresas, a veces de buen rollo, pero también para crear comunidades virtuales antimarca. En personas normales, si uno desarrolla su perfil evita que otro se tome la molestia de crear otro, porque no tendría mucho sentido.