Sin pretender caer en la ciencia ficción, se pueden formular varias hipótesis sobre la combinación de medicina y nuevas tecnologías. Las ventajas se unen a los peligros, porque allí donde está la información útil, también puede haber inexactitud, rumor o fraude. El doctor Miguel Ángel Mayer, una autoridad en este terreno fronterizo y nuevo, es el responsable del proyecto Web Médica Acreditada, que tiene como fin separar los sitios que garantizan al ciudadano información de calidad de otros de dudosa seriedad. CONSUMER EROSKI le entrevistó para saber cuáles son las líneas rojas en el ámbito de la sanidad virtual.
Web Médica Acreditada (WMA) es un programa de certificación y calidad de páginas web con información médica, promovido por el Colegio Oficial de Médicos de Barcelona, cuyo objetivo fundamental es ofrecer el apoyo necesario para que tanto los profesionales como los pacientes, y el público en general, utilicen Internet de la forma más segura y adecuada. El fin último es que estos sitios web se conviertan en una herramienta complementaria en la relación entre médico y paciente, y contribuyan a crear una comunidad virtual de confianza.
Ante la gran diversidad de la calidad de la información y servicios de salud ofrecidos a través de Internet, tanto asociaciones de pacientes, como gobiernos y sociedades científicas y de profesionales se han visto en la necesidad de elaborar mecanismos de control y asesoramiento para una utilización adecuada de servicios basados en Internet.
“Cuando se ofrezcan servicios de consultas on line, se debe hacer referencia a las limitaciones que suponen los mismos”
Para que un sitio web pueda recibir la acreditación de WMA, es indispensable que los responsables médicos del sitio acepten las condiciones del Código de Deontología Médica y del Código de Conducta de WMA. Entre las principales recomendaciones que deben cumplir las páginas web con información de salud, destacan el compromiso de cumplir con las recomendaciones éticas y legales de la profesión aplicadas al entorno de Internet y el cumplimiento de un conjunto de criterios de calidad.
La identificación clara de los responsables de la web y la actualización de los contenidos, donde se especifique su origen y autoría. Además, se debe estructurar la página de forma comprensible, con estándares de accesibilidad. Por otro lado, cuando se ofrezcan servicios de consultas on line, se debe hacer referencia a las limitaciones que suponen los mismos. Cualquier información web obtenida por los pacientes debe ser comentada con el profesional de referencia, con una dirección de correo electrónico de modo visible. Por supuesto, se debe indicar el tratamiento que recibirán los datos que se obtengan del usuario a través de los formularios que se cumplimenten en sus páginas y hay que asegurar la confidencialidad de los mismos.
En el momento en el que una web cumple con los requisitos del Código de Conducta de WMA obtiene el sello de acreditación, que suele estar visible en la página principal. Desde ese instante, se adopta el compromiso de continuar la adaptación a las normas del código para garantizar unos mínimos de calidad. Cada año, las páginas acreditadas se revisan para su reacreditación.
“Cada año las páginas web acreditadas se revisan para su reacreditación”
En ellos se refleja el compromiso de sus responsables en el cumplimiento y seguimiento de los criterios de calidad recomendados, éticos y legales, y que se aplican en todas las actividades en las que se impliquen profesionales médicos. Web Médica Acreditada contribuye a refrendar ese compromiso y a canalizar las dudas y quejas que surjan por parte de los usuarios.
Para los usuarios supone una garantía. Sin embargo, además de esta confianza, debido a las limitaciones propias de Internet y para garantizar un buen uso de la información, es importante seguir la norma general de comentar con el médico o profesional sanitario de referencia cualquier duda o decisión que afecte a la salud. Así se evita que se base únicamente en información obtenida a través de Internet.
“Es importante seguir la norma general de comentar con el médico o profesional sanitario de referencia cualquier duda o decisión que afecte a la salud”
La calidad de la información médica en Internet es muy variable. Esto puede posibilitar que, en alguna ocasión, los internautas confíen en algunas recomendaciones o consejos inadecuados que les puedan ocasionar problemas de salud. Ya se utiliza el término “HealthWorldWeb”, en vez de la “WorldWideWeb”, para señalar la dimensión que adquieren cada vez más los servicios de salud en Internet. Muchas páginas web contienen información de interés y confianza, de muy diversa naturaleza; ya sean científicas, de divulgación, de asociaciones de pacientes, institucionales, etc.
Pero pueden darse diferentes formas de fraude y picaresca que se aprovechan de la necesidad y el desamparo de las personas enfermas o de sus familiares. Problemas como el cáncer o las dietas de adelgazamiento son el objetivo más habitual de estos fraudes. Es muy difícil, por tanto, definir un porcentaje de sitios fiables y, aunque el número de páginas de gran calidad es alto, depende de diversos factores, como el tema o el origen de la información. En este punto se podría aplicar el refrán “no es oro todo lo que reluce”.
“Tanto Google como cualquier otro buscador pueden ser herramientas de gran ayuda para realizar consultas generales sobre aspectos relacionados con la salud”
Tanto Google como cualquier otro buscador pueden constituirse como herramientas de gran ayuda para realizar consultas generales sobre aspectos relacionados con la salud y, por tanto, debemos esperar que una adecuada utilización de esta información aporte grandes beneficios. Uno de ellos sería favorecer una mayor información sobre salud entre la población y así canalizar por esta vía actividades educativas y de prevención para la toda la ciudadanía.
Se puede fomentar la vida saludable entre los más jóvenes o facilitar el seguimiento y control de los pacientes de la tercera edad o con enfermedades crónicas. También simplificar determinadas tareas administrativas. Sin embargo, tal y como se ha señalado, ante páginas web de una calidad y origen tan diverso, y dada la complejidad de los síntomas y enfermedades, siempre debe consultarse con un profesional sanitario, antes de tomar una decisión que afecte a la salud, y al médico en concreto para el diagnóstico e interpretación de cualquier síntoma que se padezca.
Si se tiene en cuenta la repercusión que Internet puede tener en el público general en temas de salud, es de vital importancia destacar que la información que se encuentra en la Red no reemplaza, sino que en todo caso complementa, la relación entre médico y paciente; nunca puede sustituir al diagnóstico realizado por un médico, a quien debe consultarse siempre ante cualquier síntoma de enfermedad.
“Si escribimos en Google la palabra “salud”, obtenemos más de 100 millones de enlaces relacionados”
Internet constituye una fuente extraordinaria e inagotable de información; puede contribuir a mejorar el conocimiento sobre salud de pacientes y público en general. Si escribimos en Google la palabra “salud”, obtenemos más de 100 millones de enlaces relacionados. Sin embargo, este exceso de información, y la falta de criterio para su gestión, puede generar ansiedad y preocupación infundada entre determinadas personas.
Son usuarios que utilizan la Red como un procedimiento de diagnóstico basado en unos hipotéticos síntomas, una práctica que da lugar en ocasiones a una nueva tendencia denominada “cibercondría”. Este problema se relaciona con personas que padecen hipocondría y encuentran en Internet una forma fácil y accesible para obtener información sobre los síntomas y problemas de salud que perciben, o creen percibir, aunque así aumentan todavía más su angustia.
La ansiedad de estas personas por conocer el significado de cualquier pequeño síntoma o sensación puede llevarles a creer que padecen alguna enfermedad y, en algunos casos, a autodiagnosticarse o automedicarse a partir de la información que encuentran en sitios web de dudosa procedencia. En estos casos, es necesario acudir al médico y seguir un tratamiento específico para solucionar este problema.
Afortunadamente, nuestro sistema sanitario es muy diferente al de Estados Unidos. Nosotros disponemos de asistencia sanitaria universal para todos los ciudadanos, sea cual sea su condición económica o laboral. Estas dificultades para acceder a la atención sanitaria en Estados Unidos han favorecido la proliferación de redes sociales y servicios web para proporcionar apoyo y asesoramiento a pacientes y familiares que no tienen cubiertas sus necesidades de salud por el sistema sanitario.
La utilización de ciertos servicios como HealthVault sólo tienen algún sentido si no hay un sistema como el que se desarrolla desde el Ministerio de Sanidad y las consejerías de salud autonómicas en el proyecto de Historia Clínica Digital, que se basa en la posibilidad, con el consentimiento del paciente, de acceder desde cualquier consulta de España a su información clínica en interés de una mejor atención. Sin embargo, es un tema muy complejo que requiere todavía perfilar algunos aspectos relacionados con la seguridad de los datos o los estándares de comunicación entre los diversos sistemas sanitarios implicados.
“La utilización de ciertos servicios como HealthVault sólo tiene algún sentido si no hay un sistema sanitario público universal”
En los servicios de Internet, como la consulta on line, los foros, los blogs o los chats, es necesario establecer sus ventajas y sus limitaciones. Las recomendaciones legales y deontológicas vigentes establecen que los datos clínicos obtenidos a través de mensajería instantánea como única fuente de información no permiten realizar un diagnóstico o tratamiento si además no hay una visita presencial.
Cuando se conoce previamente al paciente por visitas reales, la utilización de este medio puede ser útil para realizar actividades de control y de seguimiento de algunas enfermedades crónicas. Nunca debe utilizarse tampoco para situaciones de urgencia. De forma general, en caso de obtener alguna recomendación o consejo sobre salud, hay que consultar con el médico de referencia antes de tomar cualquier decisión, insisto.
En el futuro, con las mejoras en el sonido o imagen, servicios que ahora sólo se utilizan en situaciones muy concretas podrán ser cotidianos. Desde WMA hemos elaborado un decálogo de buen uso de la información obtenida en Internet con fines sanitarios dirigido al público en general.
Las nuevas tecnologías de la información y comunicación pueden comportar diferentes ventajas, como el control a distancia de pacientes con enfermedades crónicas, disponer de información clínica de un paciente que es atendido en otra autonomía o país, la valoración de imágenes radiológicas o la realización de intervenciones quirúrgicas llevadas a cabo desde lugares muy distantes. También será cada vez más frecuente la “webscripción” o recomendación de sitios web por parte de los médicos que faciliten la obtención de información de confianza o que permitan ofrecer servicios personalizados a nuestros pacientes y usuarios en general.
“Los datos clínicos obtenidos a través de mensajería instantánea como única fuente de información, no permiten realizar un diagnóstico o tratamiento”
España ha realizado un gran esfuerzo para disponer de un desarrollo telemático bastante avanzado si lo comparamos con otros países de Europa y Estados Unidos. Esta actuación se ha beneficiado de un sistema sanitario de atención universal y con un papel muy importante de la atención primaria, que ha permitido coordinar con más rapidez, al menos en el ámbito autonómico, algunos estándares tanto tecnológicos como de seguridad, necesarios para el buen funcionamiento y “entendimiento” de todos los servicios implicados.
Todavía debemos trabajar mucho para una plena implementación de la historia clínica electrónica, para mejorar la velocidad de Internet, asegurar integración y estandarización de la transmisión de datos y perfeccionar la seguridad y confidencialidad de los mismos; o en aspectos relativos a la privacidad y la forma en la que muta la relación médico-paciente en los nuevos escenarios que nos ofrecen estas tecnologías de la comunicación.
La aplicación cada vez más amplia y sofisticada de tecnologías asociadas a Internet debe permitir en un futuro próximo la utilización de este medio para atender a nuestros pacientes. Sin embargo, todavía es necesario que Internet se extienda a todos los hogares y centros sanitarios, que haya una verdadera conexión entre los datos clínicos de los pacientes en todos los niveles; que la velocidad de navegación sea mucho mayor y que los sistemas sanitarios contemplen este tipo de servicios.